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DIA ¿1).<br />
San Pedro con verda<strong>de</strong>ros milagros y prodigios confirwaba<br />
su doclrina; y Simón Mago con apárenles y üngidos<br />
y por arte mágica y diabólica <strong>de</strong>slumhraba los ojos<br />
'•acos <strong>de</strong> los que le trataban. Finalmente, él fué un ministro<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio tan eficaz, que san Ignacio con mucha<br />
fazon le llama primogénito <strong>de</strong> Satanás, y san Justino, Ireneo<br />
y Epifanio y otros santos dicen que fué maestro y<br />
fuente <strong>de</strong> todos los errores y herejías. Comenzó esla conhenda<br />
entre los dos Simones en Samaria, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> era<br />
fialural Simón Mago: porque habiendo venido á ella san<br />
Pedro y san Juan, y recibido los fieles al Espíritu Santo por<br />
la imposición <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong> los santos apóstoles; Simón,<br />
espantado <strong>de</strong> ver aquella maravilla, y codicioso <strong>de</strong> alcanzar<br />
ten gran po<strong>de</strong>r, ofreció dinero á los apóstoles, para que<br />
•e diesen aquella gracia <strong>de</strong> comunicar al Espirilu Santo por<br />
sus manos, creyendo que el don <strong>de</strong> Dios se podia comprar<br />
con dineros, y san Pedro se lo afeó y le exhortó á hacer<br />
penitencia. Y habiéndose escapado Simón <strong>de</strong> aquella ciudad,<br />
y predicando por otras su falsedad y mentira, y percutiendo<br />
los pueblos, por don<strong>de</strong> pasaba; el glorioso san<br />
Pedro le siguió en algunas provincias, y le fué á los alcances<br />
para <strong>de</strong>shacer las tinieblas <strong>de</strong> sus malas artes y <strong>de</strong>sengañar<br />
á los que le hablan creido y le lenian por una<br />
virtud soberana <strong>de</strong> Dios. Y como Simón, huyendo <strong>de</strong>l<br />
sanlo apóstol, hubiese venido á Roma, el Señor mandó á<br />
san Pedro, que él también viniese á ella, para echarle <strong>de</strong><br />
aquella ciudad, y quitar aquel estorbo tan gran<strong>de</strong> á in religión<br />
cristiana, y establecer en ella la cátedra pontifical,<br />
Como dijimos.<br />
1>;»i tiósan Pedro <strong>de</strong> Antioquía para Roma, acompañado<br />
<strong>de</strong><br />
Su discípulo san Marcos, que <strong>de</strong>spués escribió el Evan<br />
g.^'0» <strong>de</strong> Apolinar, á quien hizo obispo <strong>de</strong> Ra vena, <strong>de</strong> Mar-<br />
Clal. á quien envió á Francia, <strong>de</strong> Rufo, á quien hizo obispo<br />
<strong>de</strong> Gapua, y <strong>de</strong> algunos otros santos, discípulos y compañeros;<br />
y como escribe Metafraste, llegó á Sicilia, y por<br />
tradición se tiene que estuvo en Nápoles, y hoy dia se<br />
reverencia un lugar don<strong>de</strong> se dice que el santo apóstol<br />
dijo misa. Entró en Roma á los 18 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>l año <strong>de</strong>l<br />
Señor <strong>de</strong> 44, y en el segundo <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> Claudio, según<br />
la mas probable opinión <strong>de</strong> Ensebio y san Gerónimo:<br />
aunque otros dicen, que fué el tercero <strong>de</strong> su imperio, y<br />
el 45 <strong>de</strong> Cristo ; y en este dia celebra la santa Iglesia la<br />
cátedra <strong>de</strong> san Pedro en Roma, como en su festividad se<br />
lliÍo, y fué dia dichosísimo para aquella ciudad, y para<br />
lodo el mundo, que habia <strong>de</strong> ser ilustrado con los rayos<br />
<strong>de</strong> su luz y bañado <strong>de</strong> los rios caudalosos, que <strong>de</strong> la silla<br />
<strong>de</strong> Pedro, como <strong>de</strong> fuente perpetua y divina, se hablan<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>rivar por toda la tierra, y fertilizar todas las proyocias,<br />
regiones y naciones <strong>de</strong>l mundo. Y así san Pedro,<br />
volyiendo los ojos por todas ellas, y abrazándolas con su<br />
V|.8ilancia y cuidado pastoral, las proveyó <strong>de</strong> pastor, y en-<br />
]lJ¡ I>0r toda Italia, Francia, España, África, Sicilia y otras<br />
s as' obispos y sacerdotes, que las enseñasen y alumbrapen<br />
los resplandores <strong>de</strong>l Evangelio : á Sicilia envió á<br />
ancracio, Marciano , Berilio y Filipo : á Capua, á Prisco:<br />
"lepóles, á Aspernate: á Terracina, á Epafrodito: á Ne-<br />
• Plolomeo : á Fiesoli, á Rómulo : á Laca, á Paulino:<br />
J "avena, á Apolinar : á Verona, á Eutropio : á Padua, á<br />
rosdocitno ; á Pavía, á Siró : á Aquileya, "primero á Mar-<br />
C0S Y <strong>de</strong>spués á Hermagora: á Francia, á Marcial, Mater-<br />
I10' yalerio, Sixto, Troümo, Sabiniano y Juliano: á Espaá<br />
T«rcaalo, á Ctesifonle. Secundo, Indalecio, Cecilio,<br />
TOMO II.<br />
JUNIO. 273<br />
Esiquio , Eufrasio y oli os. Y aun Melafrasle escribe , (pío<br />
el mismo santo apóstol vino á España y pasó á Inslalerra,<br />
<strong>de</strong>rramando por todas partes, como un sol resplan<strong>de</strong>ciente,<br />
su claridad y los rayos <strong>de</strong> la divina luz; porque como<br />
pastor univeisal, tenia cuidado <strong>de</strong> todos y á todos proveía.<br />
Y san Cipriano llama á la Iglesia romana Malviz : porque<br />
no solo la Iglesia do Cartago habia recibido <strong>de</strong> ella la fé,<br />
sino también las <strong>de</strong> Mauritania y Numidia, que eran sufragáneas<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong> Cartago : y san Gregorio, papa, escribiendo<br />
á los obispos <strong>de</strong> Numidia, les dice que hablan recibido<br />
los principios <strong>de</strong> la fé <strong>de</strong>l apóstol san Pedro : y por<br />
esto Inocencio I, sumo pontífice, en una epístola que escribe<br />
á Decencio, afirma que <strong>de</strong> san Pedro y <strong>de</strong> sus sucesores<br />
fueron enviados por el mundo los obispos y sacerdotes,<br />
que plantaron la fé y fundaron las iglesias en<br />
muchas provincias y naciones.<br />
No se pue<strong>de</strong> fácilmente creer el fruto que el santo apóstol<br />
hizo en jRoma, agí <strong>de</strong>shaciéndose los embustes y artificios<br />
diabólicos <strong>de</strong> Simón Mago, que por la venida <strong>de</strong> san<br />
Pedro por entonces huyó <strong>de</strong> aquella ciudad, como alumbrando<br />
á los que le oian con la doctrina evangélica y con<br />
las maravillas que Dios obraba por él, con gran contradicción<br />
<strong>de</strong> los judíos que se le oponían, y con esla ocasión<br />
alborotaron y turbaron la ciudad. Por don<strong>de</strong> el emperador<br />
Claudio, el noveno año <strong>de</strong> su imperio, los mandó salir<br />
á todos <strong>de</strong> Roma , como gente inquieta y revoltosa. Por<br />
este mandato <strong>de</strong>l emperador salió también san Pedro <strong>de</strong><br />
Roma, si ya ántes no habia salido, or<strong>de</strong>nándolo así nuestro<br />
SeAor, para que con su presencia vi-ilase las iglesias<br />
<strong>de</strong> Oriente, y celebrase en Jerusalen el primer concilio<br />
que se hizo en la Iglesia , y compusiese en el las diferencias<br />
y <strong>de</strong>bates que hablan nacido entre judíos y gentiles,<br />
que se habian convertido á nuestra santa fé, que eran muy<br />
pesadas y muy graves: porque, como se escribe en los<br />
Hechos apostólicos, los judíos convertidos, con el celo <strong>de</strong><br />
su antigua ley querían que los gentiles juntamente con<br />
el bautismo se circuncidasen, afirmando que <strong>de</strong> otra manera<br />
no se podían salvar: y los gentiles no querían sujetarse<br />
á la circuncisión, entendiendo , como era verdad,<br />
que por la fé <strong>de</strong> Cristo nuestro Señor y el santo bautismo,<br />
y las buenas obras alcanzaban la salud eterna. Y pasó tan<br />
a<strong>de</strong>lante esta contienda, que para <strong>de</strong>terminar lo que so<br />
habia <strong>de</strong> hacer, fué necesario que san Pablo y san Bernabé<br />
fuésen á Jerusalen y propusiesen esla cuestión á san<br />
Pedro y á Santiago el menor, obispo <strong>de</strong> aquella ciudad,<br />
y san Juan Evangelista y algunos otros <strong>de</strong> los principales<br />
discípulos <strong>de</strong>l Señor. En aquel concilio se <strong>de</strong>finió, conforme<br />
al parecer <strong>de</strong> san Pedro, que no se echase carga tan<br />
pesada á los gentiles, como pretendían los judíos ; pues<br />
sola la gracia <strong>de</strong> nuestro Señor Jesucristo es causa <strong>de</strong><br />
nuestra salud: y formaron el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> lo que habian<br />
<strong>de</strong> guardar, y le enviaron con los mismos san Pablo y san<br />
Bernabé, y con Judas y Silas, dos <strong>de</strong> los mas principales<br />
hermanos, con tan gran resolución y autoridad, que dicen<br />
en él los apóstoles: « Ha parecido al Espíritu Santo y<br />
á nosotros, no cargaros, ni obligaros á mas, que guardaros<br />
y absteneros <strong>de</strong> los manjares que han sido ofrecidos á<br />
los ídolos, y <strong>de</strong> la fornicación.w Acabados los negocios<br />
que al santo apóstol se le ofrecieron en Jerusalen y Ju<strong>de</strong>a,<br />
y parles <strong>de</strong> Oriente , volvió á Roma, pasando por Egipto<br />
y por Africa, como escribe el Metafraste. Apresuró su camino<br />
san Pedro, por enten<strong>de</strong>r que Nerón , el cual habia<br />
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