Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

5G8 LA LlíYIíMU DE ORO.
sacerdotes de los ídolos, que se vengasen de san Bartolomé,
como destruidor de sus templos, y aselador de sus
aliares, y ruina del culto de sus dioses y de sus casas y
familias, á quienes habia quitado sus ganancias y aprovechamientos.
Los sacerdotes incitaron á Astiages, hermano
del rey Polimio, que reinaba en otra provincia comarcana,
para que mandase traer delante de sí al santo apóstol
y le castigase: y habiendo pasado algunas razones con el
santo, encendido de saña por lo que habia oído á los sacerdotes;
y mucho mas, porque hablando con el apóstol,
un ídolo que tenia en el templo principal de su ciudad
habia caido en (ierra y héchose pedazos, le mandó herir
con varas de hierro: y después de haberle atormentado
de esta manera, desollarle vivo; y como aun viviese,
cortarle la cabeza. Los cristianos y el mismo rey Polimio
lomaron su sagrado cuerpo y le enterraron con gran solemnidad
; y de allí á treinta dias el rey Astiages y los sacerdotes
que habían sido en su muerte atormentados de
los demonios, acabaron su miserable vida y comenzaron
la muerte eterna del iníicrno: y con esto quedaron atemorizados
los gentiles, y muchos se convirtieron á la fé:
y por divina revelación el mismo rey Polimio fué consagrado
obispo, y lo fué veinte años, y creció mucho aquella
cristiandad. Todo esto es de Abdías Babilónico, y de los
demás autores que he dicho; y es lo que comunmente
está recibido.
Andando el tiempo, como los gentiles viesen que de
todas partes concurrían los cristianos á reverenciar las reliquias
del sagrado apóstol, escribe Gregorio Tnroncnse,
que tomaron en una arca de plomo el cuerpo de! santo, y
le echaron en el mar diciendo: Ya de hoy mas no engañarás
al pueblo. Por la majestad de Dios, que es Señor
del mar, de la tierra, y honrador de sus sanios, guió
aquel precioso tesoro, y le llevó en su arca á la isla de
Lípari, cerca de Sicilia, donde por divina revelación fué
recibido de los cristianos y se le edificó un templo, del
cual fué trasladado á Benevento, ciudad del reino de Ñapóles:
y en tiempo de Otón, emperador, el 11 de este nombre,
y de Gregorio Y, sumo pontífice, fué otra vez trasladado
á Roma el año del Señor de 983, y colocado en una
iglesia que ?e fundó de su nombre, en una isla que hace
en la misma ciudad el rio Tiber. Allí está hoy dia su sagrado
cuerpo, y es tenido en grande veneración, y frecuentado
su cuerpo, especialmente el dia de su fiesta y los
ocho dias siguientes. De san Bartolomé se ha de advertir
que algunos le quieren hacer siró de nación y de sangre
real: lo cual no tiene alguna probabilidad, porque lodos
los apóstoles fueron galileos, como se saca de los Actos de
los apóstoles, y san Bartolomé fué pescador, como se dijo
arriba. También otros dicen que san Bartolomé fué aquel
Natanael, de quien se hace mención en el primer capitulo
de san Juan, y de quien el Señor dijo: «Este es el verdadero
israelita, en el cual no hay engaño:» pero san
AgustíVi y san Gregorio dicen, que Natanael no fué escogido
por apóstol; porque era doctor de la ley, y el Señor
quería que sus apóstoles fuesen gente pobre, vil y despreciada
en los ojos del mundo. También se ha de advertir
que en Boma se celebra la festividad de san Bartolomé á
los 23 de agosto, y fuera de ella comunmente á ]os2í, y
asi la ponen en sus Martirologios Beda, Usuardo y Adon.
La razón de esto, dicen algunos que fué querer la Iglesia
unm Si'.i'jiwv oí dia m qus murió: y las otras Iglesias,
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el dia en que fué desollado vivo, y padeció aquel cruelí"
simo tormento. Pero lo mas cierto es, que las otras Iglesias
hacen fiesta de san Bartolomé á los H de agosto, que es
el día en que murió; y la Iglesia romana el dia de la traslación
de sus reliquias, que fué á los 2o de agosto, como
lo notó el cardenal Baronio; y el papa Inocencio III mandó
que en esto se guardase la costumbre de cada liena.
Entre los otros autores que hacen mención de san Bartolomé,
que son muchos y gravísimos, es el uno el divino
Dionisio Areopagita, discípulo del apóstol san Pablo; el
cual en el libro de la Mística Teología, escribiendo á san
Timoteo, obispo de Efeso, y condiscípulo suyo , le dice
que el bienaventurado san Bartolomé, alumbrado con la
luz sobrenatural del cíelo, dijo: «Que la sagrada teología
era grande y pequeña, y el Evangelio ancho y grande,
y por otra parle breve y conciso;» y alaba mucho
esta sentencia. Un Evangelio andaba con nombre de san
Bartolomé, que Gelasio, papa, da por apócrifo, como los
de los otros apóstoles (fuera de los cuatro Evangelios recibidos
de toda la Iglesia católica), que siguieron los herejes
y usaban mal de ellos.
* EL MARTIRIO DE TRESCIENTOS SANTOS.—En tiempo de la
persecución del emperador Yaleriano, que fué por los
años 238 el procónsul de África fué á Ulica, y mandó que
cuantos cristianos se hallaban detenidos en las cárceles
fuesen conducidos á su presencia. Dispuso que se encendiera
un gran horno de cal, junto al cual mandó colocar
un altar con sal y el hígado de un cochino para sacrificar
ü ofrecer á los ídolos : luego dijo á los cristianos: ó bien
ofreced incienso y oblación á Júpiter sobre ese altar, ó
seréis echados en el horno de cal. Mas aquellos ilustres
confesores llenos de valor y fortaleza contestaron : que
jamás abandonarían á su Dios y Señor por ofrecer incienso
á los ídolos; y al momento fueron echados al horno,
donde consumidos por el fuego, entregaron sus espíritus
al Criador. Los fieles recogieron las cenizas de estos mártires,
y como estuvieren mezcladas con cal, las llamaron la
Amasa blanca de los s«ntos.»
SANAUDOENO, OTUSPO Y CONFESOR.—Era hijo de Aulhaire,
señor francés establecido en el territorio de Brie, y
recomendable por sus virtudes. Audoeno y su hermano,
llamado Adon, recibieron en su infancia las bendiciones
de san Columbano, que fué á visitar á su padre, y cuando
estuvieron mas adelantados en edad, entraron al servicio
del rey Clotario II. En la corte de este príncipe encontraron
á san Eloy, con quien estrecharon íntima amistad,
A poco tiempo los dos hermanos se disgustaron del
mundo, y resolvieron consagrarse al servicio de Dios.
Adon fundó un monasterio cerca del Marne que tomó después
la regla de San Benito. Audoeno que habia merecido
gran favor de los reyes Glotario lí y Dagoberto I, obtuvo
de este último un terreno situado en los bosques de Brie,
y en él fundó en el año 636 este monasterio. Era todavía
lego, y ya los prelados le consultaban sobre los negocios
importantes de sus Iglesias. En C40 fué elegido obispo de
Rúan y consagrado en Rheims, y desde«ntoncos sus virtudes
brillaron extraordinariamente sobre toda la Iglesia
de Francia. Renunciando á toda la pompa mundana, juntaba
á una humildad profunda la práctica de la mortificación
y de abundantísimas limosnas. Su celo era infatigable,
y se hacia todo de todos por medio de su paciencia y
su afabilidad. Su principal conato era desterrar los abusos