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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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278 LA LEYEND A DE ORO. LIA 30.<br />

lido en las sinagogas <strong>de</strong> ios judíos , con extraordinaria<br />

eficacia, vehemencia, admiración y estupor <strong>de</strong> todos los<br />

que le oían y veian la mudanza tan repentina y tan extraña<br />

en su persona; se fué á Arabia j y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />

allí también predicado, se volvió á la ciudad <strong>de</strong> Damasco,<br />

convenciendo y confundiendo á los judíos que habia en<br />

ella, y probándoles con razones y autorida<strong>de</strong>s evi<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> la sagrada Escritura, que Jesucristo, á quien él ánlcs<br />

perseguía, era el verda<strong>de</strong>ro Salvador. Y aunque algunos<br />

<strong>de</strong> los judíos se converlian y abrazaban la verdad; los mas<br />

eran tan obstinados, queso cegaban con la misma luz y<br />

convertían en ponzoña la medicina: los cuales <strong>de</strong> tal manera<br />

se embravecieron contra san Pablo, que <strong>de</strong>terminaron<br />

quifarle la vida y acabarle, y para po<strong>de</strong>rlo hacer mas<br />

á su salvo, persuadieron á los gobernadores <strong>de</strong> la ciudad<br />

<strong>de</strong> Damasco, que era hombre malvado, embaucador y revoltoso<br />

, para que le echasen mano; y en efecto lo pretendieron<br />

hacer, y cerraron las puertas <strong>de</strong> la ciudad, para<br />

que no se pudiese escapar; mas como el Señor le guardaba<br />

para mayores cosas, los otros discípulos <strong>de</strong> Cristo le<br />

<strong>de</strong>scolgaron <strong>de</strong> noche por una ventana que caía á la parte<br />

<strong>de</strong>l muro <strong>de</strong> la ciudad, metido en un serón, y queriéndose<br />

acompañar con los otros discípulos <strong>de</strong>l Señor,<br />

ellos huían <strong>de</strong> él, como <strong>de</strong> enemigo cruel ;• porque aun no<br />

sabían que ya no la era, sino discípulo como ellos , <strong>de</strong><br />

Cristo y predicador <strong>de</strong> su Evangelio , hasta que san Bernabé,<br />

que habia estudiado en la misma escuela <strong>de</strong> Gamaliel<br />

y sido condiscípulo <strong>de</strong> san Pablo, y tenido amistad<br />

con él, le habló y trató, y sabiendo la misericordia que<br />

Dios habia usado con él y cuán trocado estaba, le abrazo<br />

y con gran<strong>de</strong> regocijo y alegría le llevó á los otros apóstoles,<br />

y el mismo santo Ies contó lo que le habia acontecido<br />

en el camino <strong>de</strong> Damasco, y la manera con qué Dios le<br />

habia llamado y converliclo, y lo que <strong>de</strong>spués le habia<br />

sucedido en la misma ciudad <strong>de</strong> Damasco; alabando todos<br />

al Señor por aquella gracia , que con su mano po<strong>de</strong>rosa<br />

habia hecho á su Iglesia, sacando agua viva <strong>de</strong> la dura<br />

peña y <strong>de</strong> las tinieblas luz y <strong>de</strong> un bravo y rabioso perseguidor<br />

un valeroso caudillo y esforzado capitán y <strong>de</strong>fensor<br />

<strong>de</strong> la Iglesia.<br />

No se pue<strong>de</strong> explicar con pocas palabras, ni fácilmente<br />

creer, lo que este santísimo apóstol trabajó y pa<strong>de</strong>ció en<br />

cultivar la viña <strong>de</strong>l Señor: las peregrinaciones que hizo:<br />

las tierras que anduvo: las ánimas que convirtió al Señor,<br />

y el modo con que las convirtió, que fué enseñándoles<br />

una doctrina aprendida <strong>de</strong>l cielo, é inflamándoles con el<br />

fuego <strong>de</strong> su encendida earidad y con el ejemplo <strong>de</strong> sus admirables<br />

y divinas virtu<strong>de</strong>s, y con una paciencia invencible<br />

con que sufría las persecuciones y encuentros <strong>de</strong> Satanás<br />

y <strong>de</strong>sús ministros que le acosaban y afligían; y con<br />

los milagros continuos y espantosos, que Dios obraba por<br />

él; porque así como le habia escogido, como vaso precioso,<br />

para llevar y <strong>de</strong>rramar por todo el mundo el ungüento<br />

oloroso y saludable <strong>de</strong> su santísimo nombre y testificar<br />

á los reyes y principes, á los judíos y gentiles que<br />

era el Salvador <strong>de</strong>l linaje humano, así fué necesario que<br />

le adornase con su espíritu soberano ; para que con él pudiese<br />

cumplir con tan alto oficio y resistirá todos los asaltos<br />

y dificulta<strong>de</strong>s que se le ponian <strong>de</strong>lante. Porque primeramente<br />

hablando <strong>de</strong> las regiones que este sol divino<br />

alumbró con la luz <strong>de</strong>l Evangelio; él mismo dice <strong>de</strong> sí,<br />

que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> íerusalen hasta la Esclavonia y Dalmacia y to -<br />

das las tierras circunvecinas, habia predicado el Evangelio<br />

y predicádote en las partes , don<strong>de</strong> antes no habia sido<br />

oido, ni otro habia predicado : porque no edificó el glorioso<br />

apóstol sobre fundamento ajeno: ántes sobre los cimientos<br />

que él echó, otros edificaron. Y en estas peregrinaciones<br />

<strong>de</strong> san Pablo es mucho para notar, que algunas<br />

veces el Señor le revelaba á dón<strong>de</strong> habia <strong>de</strong> ir, y á<br />

quiénes habia <strong>de</strong> predicar, y otras, queriendo él predicar<br />

, se lo estorbaba: como aconteció una vez, cuando como<br />

escribe san lucas, el Espíritu Santo le prohibió que<br />

predicase en Asia la Menor; y otra , cuando en sueños le<br />

apareció un hombre <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Macedonia, qua<br />

por ventura erá el ángel que la tenia á cargo, y le rogaba<br />

que pasase allá y que los ayudase: y luego se puso san<br />

Pablo en camino para Macedonia, teniendo por cierto que<br />

el Señor le llamaba , y con aquella revelación le mandaba<br />

que predicase en Macedonia el Evangelio; porque los<br />

juicios <strong>de</strong> Dios son secretísimos é incomprensibles, y aunque<br />

no los entendamos, los <strong>de</strong>bemos reverenciarr y no<br />

carecen <strong>de</strong> razón; la cual en este hecho pudo ser querer<br />

el Señor alumbrar á los <strong>de</strong> Macedonia por la predicación<br />

<strong>de</strong> su apóstol; porque en aquella sazón estaban dispucslos<br />

para recibirla y los <strong>de</strong> Asia por ventura no lo estaban , y<br />

fuera para mayor con<strong>de</strong>nación suya si no obe<strong>de</strong>cieran á<br />

la doctrina <strong>de</strong>l Evangelio que se les predicaba. Y también<br />

pudo ser la causa <strong>de</strong> esto el querer el Señor, que por entonces<br />

el apóstol sembrase en otra tierra, don<strong>de</strong> habia <strong>de</strong><br />

coger mas fruto y aguardar que la <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Asia<br />

estuviese mas dispuesta para recibir el riego <strong>de</strong>l cielo, que<br />

sobro ella había <strong>de</strong><strong>de</strong>rramar á su tiempo el evangelista san<br />

Juan que fué el maestro y príncipe <strong>de</strong> todas las iglesias <strong>de</strong><br />

Asia.<br />

En todos los lugares, en que anduvo el apóstol, ganó<br />

innumerables almas para el Señor, por la fuerza <strong>de</strong> sa<br />

predicación y por la admirable y divina doctrina que Ies<br />

enseñaba ; la cual no habia aprendido <strong>de</strong> los hombres, n¡<br />

tenido otro maestro <strong>de</strong> su evangelio, sino el que solo lo<br />

es, y le habia escogido paralan alto ministerio y se lo habia<br />

revelado. Habia subido al tercer cielo, don<strong>de</strong> oyó<br />

aquellas palabras misteriosas é inefables que con lengua<br />

humana no se pue<strong>de</strong>n explicar , bebió d© la misma luz;<br />

abrasóse en aquel fuego divino, y quedó tan Heno, taa<br />

resplan<strong>de</strong>ciente, tan encendido, que no podia <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> regar<br />

y bañar la tierra con sus corrientes y alumbrarla con<br />

sus resplandores ó inflamarla con sus ardores y con las<br />

llamas que salían <strong>de</strong> su pecho. Y si es verdad (como lo<br />

afirman san Agustín , san Anselmo, santo Tomás y otros<br />

graves autores), que san Pablo en aquel rapto vió la esencia<br />

divina (dado que otros son <strong>de</strong> contrario parecer), y<br />

aunque por poco tiempo fué bienaventurado; ¿cómo creemos,<br />

quedó el alma <strong>de</strong> estebienaventurado apóstol? ¿Cuán<br />

rica <strong>de</strong> tesoros ? ¿ Cuán adornada <strong>de</strong> dones ? £ Cuán ilustrada<br />

<strong>de</strong> la ciencia <strong>de</strong>l cielo? Y ¿cuán abrasada <strong>de</strong> amor<br />

divino y por toda la vida, con qué rastros y memorias, <strong>de</strong><br />

lo que había pasado por él? Y así san Pablo en todo lo<br />

que enseñó y escribió, fué como inlórprete y comentador<br />

<strong>de</strong>l Evangelio ; porque los evangelistas cuentan la vida,<br />

y muerte <strong>de</strong>l Señoreen un estilo llano é histórico, sin encarecer<br />

la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> ios misterios; mas sobre este canto<br />

llano, envió Diosa san Pablo como cantador divino que<br />

echase el contrapunto, <strong>de</strong>scubriendo la caridad <strong>de</strong> Dios,<br />

dándonos á su Hijo benditísimo y las riquezas \ Sesoro^

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