Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

u 15.
bajo de un árbol. Alli san Vilo hizo oración al Seflor , suplicándole
qué pues les habla hecho gracia, que venciesen
los tormentos y lós peligros de los demonios y tiranos, les
diese la gloria que de su misericordia esperaban: y acabada
la oración, oyó una voz que le decía: Vito, yo he
oído tus ruegos: y con esto dieron sus almas bienaventuradas
á Dios , y los líeles sepultaron sus cuerpos honoríficamente
con ungüentos preciosos. El martirio de estos
santos fué á los 15 de junio del aflo del Señor de 303 ; y
el vigésimo del imperio de Diocleciano y Maximiano. Kl
cuerpo de san Vi'o después fué trasladado de Roma aran'.-;,
y san Venceslao rey de Bohemia, por gran tesoro hubo
un brazo suyo y le edificó un suntuoso templo en Praga,
que es la metrópoli y cabeza del reino de Bohemia , el año
de ll'á, y de allí otra vezá Sajonia el ano de 826. ¿Quién
no ve en esta vida y martirio de san Vito la omnipotencia
y bondad de Dios, que en un flaco y delicado niño así
triunfó de los tiranos, de los tormentos , de la muerte y
de lodo el poder del infierno ? ¿Quién temerá su flaqueza
ó desmayará , considerando la virtud y favor del Señor? Y
¿quié i se fiará de amor de padre ó de otro hombre, por las
buenas obras que le ha hecho, si su mismo padre , y Diocleciano,
cuya hija habia sanado, fueron los verdugos de
san Vito y causa de su martirio?
La vida de estos santos traen Surio, y los martirologios
Romano, Beda, Usuardo y Adon.
SAM PRÓSPERO, AQUITANO, CBISPO.—Fué san Próspero de
nación francés, y nació en la provincia deAquitania, que
hoy es la Gascuña. De sus padres, patria, nacimiento y
niñez, no sabemos cosa cierta: solo se escribe, que fué
vai on muy eloenente y erudito, y muy dado á la sagrada
fritura, y que un dia abriendo el li'oro de los Evangelios
T'e tenia en la mano, halló aquel lugar en que Cristo
nuestro Redentor, hablando con un mancebo le dijo: «Si
quieres ser pei feclo, vé, y vende todo lo que tienes y dalo
á ios pobres, y ven, y sigúeme.» Leyendo estas palabras
san Próspero, hablóle Dios al corazón, y movióle de manera
como si para él solo las hubiera csci iío el sagrado
evangelista: y alumbrado con ta luz del cielo, y abrasado
con el amor divino, entendió que Dios le quería para mas
alto estado, y para que haciendo divorcio con el mundo,
siguiese el estandarte de Cristo en santa y rica pobreza.
No fué sordo á la voz interior del Señor, antes luego vendió
su hacienda, que era mucha, y la repartió á los pobres
y á sus criados, y dió libertad á sus esclavos; y suelto y
libre do aquellas prisiones y cadenas, se fué á Roma para
visitar los cuerpos de ¡os gloriosos príncipes de los apóstoles
san Pedro y san Pablo, lo cual hizo con rara devoción
y guslo espiritual de su alma. Era á la sazón sumopomiíice
el gran León , primero de este nombre, el cual habiendo
entendido que san Próspero había llegado á Roma, y
^ cansa por que habia venido, y la caridad y méritos de
persona, se holgó por extremo, y le mandó posaren su
R cio, y trabó estrecha comunicación y familiaridad cen
' Y parecióle que Dios nuestro Señor con singular pro-
Wencia se lo habia enviado en aquella coyuntura, en que
a iglesia católica estaba cruelmenle combatida de herejes
cn muchas partes, y especialmente en las provincias de
Oriente; poi que el impío Nestoáo y Euliques negaban las
dos naturalezas divina y humana, que los católicos confesamos
en Cristo, y habían emprendido un fuego tan terrible,
que en muchos años no se pudo apagar, y fué nece-
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sarío celebrarse algunos concilios para eslínguirle; como
fué el Efesino, que secelebró en tiempo del papa Celestino
y del emperador Teodosio elJIenor, y el concilio Calcedonense,
que siendo emperador Marciano, mandó juntar san
León papa : al cual envió á san Próspero, con otros prelados,
para que con su grande santidad y sabiduría ayudaso
en aquel santo concilio á confundir á los herejes y establecer
la fé>católica, como lo hizo. Tuvo san Próspero gran
cabida con san León , papa, y sirvióle en el mismo oficio
que el gran Gerónimo tuvo con san Dámaso , papa , que
fué de secretario eclesiástico , y de responder á las consultas
que de todas las iglesias de la cristiandad se proponían
al sumo pontífice: y algunos dicen que el mismo san
Próspero fué el au'or de aquella admirable y divina epístola
de la Encarnación del Verbo eterno, que san León,
papa, escribió á Flaviano. A mas de esto, trabajó mucho
san Próspero contra los herejes pclagianos, cuya herejía,
aunque muchas veces habia sido condenada y como sepultada,
otras tantas revivía y resucitaba; hasta que, como
dice Focio en su Biblioteca , por la vigilancia é industria
de san Próspero se acabó. Y porque algunos en Francia
reprendían la doctrina de san Agustín, que había sido
el marlíllo y cuchillo de Pelagío, y el que con su luz habia
deshecho las tinieblas y errores de aquel perverso herejo
enemigo de la gracia de Jesucristo, san Próspero lomó la
mano , y salió á la causa , y defendió á san Agustín , y
quedó la verdadera y católica doctrina asentada y aprobada
por la sede apostólica. Estando Próspero bien descuidado
, tuvo el sumo pontífice san León, inspiración y
luz del cielo para hacerle obispo de la ciudad de Regio.
Mucho sintió Próspero la carga de pastor que se le impuso,
pareciéndole ser sobre sus fuerzas, y que é! era indigno
de ella, mas bajóla cabeza y obedeció al vicario de
Cristo. Cuando llegó á la Iglesia, halló lodo el pueblo muy
desconsolado por la muerte del obispo , su predecesor,
que había sido muy sanio prelado :-pero consolóse presto
cuando oyeron á Próspero una plática y razonamiento que
les hizo, hablando modestamente de sí y del peso del oficio
pastoral, exhoiiándolos á que te avudasen; porque el
cargo de obispo, dijo, era intolerable, y para que se pueda
llevar, conviene que los subditos ayuden y no desayuden
al prelado, llevando cada uno la parto que pudiere do
la carga, y no dejándola toda sobre los hombros de él.
Sentado en su silla , luego comenzó á hacer su oficio de
santísimo y vigilantísimo pastor. Predicaba muy á menudo
con maravillosa elocuencia y eficacia, y no con menor fruto:
porque no enseñaba cosa con la lengua que primero
no la hubiese enseñado con su ejemplo. Era muy caritativo,
manso, afable, en castigar las culpas moderado, benigno
y liberal con los pobres que acudían á él en todas
las necesidades, y ól las remediaba como verdadero padre.
A los viejos amonestaba como á padres; á los mozos
corregía como á hermanos : para todos era suave sino para
consigo; porque se daba mucho á ayunos, penitencias,
y trataba ásperamente su cuerpo. Con esta forma de vida
tan ejemplar fué amado y reverenciado de lodos sus súbdilcs
y do los obispos comarcanos, á quienes escribía muchas
cartas, exhortándolos á servir al Señor con gran cuidado.
Vivió san Próspero, como dice el cardenal Baronio,
veinte y cuatro años en su obispado , aunque otros no lo
dan sino veinte y dos; y al fin de ellos, queriendo nueslro
Sefior dar el premio de los grandes y fructuosos trabajos