Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA 15.
y posaron en un mesón, y queriendo pagar al huésped lo
que le debian, le dieron cierta moneda de su tierra, y el
huésped dijo j Yo tengo otras monedas como esta, y no sé
lo que valen. Y preguntándole los criados de quién habia
recibido aquellas monedas, respondió (sin saber la causa
porque lo preguntaban), que una doncella hermosísima
que habia venido de llibernia y moraba alli cerca, se las
enviaba por las cosas de comer, que para ella le compraban.
Luego entendieron los criados que aquella era la hija
del rey, que buscaban; fueron allá, y conociéronla; y volviendo
con grande alegría al rey, le avisaron donde estaba
su hija.
E1 rey, como si resucitara de muerte á vida, se puso
toego en camino con su gente; y hallando á la santísima
v>'"gen) le habló amorosamente , convidándola á celebrar
las bodas y cumplir su deseo. Estaba presente el santo sacerdote
Gereberno, y tomó la mano y reprendió severamente
al rey por aquella maldad, aunque no tanto como él
merecia: el cual, rabioso y furioso, con los otros criados
suyos que alli estaban, apartando al sacerdote de Dimpna
le hicieron pedazos. Después tornó á combatir y á dar mas
m:ios asaltos á la virgen, amenazándola de muerte si no
consenlia; y como no la pudiese rendir, no hallando entre
sus criados persona tan bárbara que quisiese manchal1 sus
manos con la sangre de aquella purísima virgen, y ejecutar
tan gran maldad, él mismo con sus manos cortó la sagrada
cabeza á sü hija; y muy contento porque se habia
vengado de ella, como de cristiana y enemiga de los dioses,
Y desobediente y repugnanteá su voluntad, se volvió á su
c'!1sa, dejando en el campo los sagrados cuerpos de los
máriii-,^ para que fuesen comidos de las aves y de las fieras.
Pero no permitió el Señor que fuesen tocados de las
istias, aunque estuvieron algunos dias así arrojados por
el campo, antes algunos moradores de aquella tierra, movidos
de piedad, los recogieron y enterraron en una cueva,
en donde comenzó el Señor á magnificarlos con muchos y
grandes milagros que cada dia obraba en aquel lugar:
dé lo cual movido el clero y el pueblo de aquella comarca,
determinaron buscar y honrar los santos cuerpos, y cavando
la tierra hallaron dos tumbas ó dos sepulcros de
mármol blanco mas que la nieve (no habiendo en toda
aquella tierra sino piedra tosca y negra): y para que se
entendiese que aquella obra no habia sido hecha por mano
de hombres sino de ángeles, los sepulcros de mármol
eran hechos con primor y arte, y no tenian ninguna juntura,
ánles cada sepulcro parecia de una pieza, y en ellos
estaban los dos cuerpos santos, el de la virgen y el del sacerdote.
Con este milagro la gente comenzó á avivar mas
su fe y á dispertar mas su devoción, y á concurrir de todas
partes á aquel lugar, para impetrar del Señor salud y
olras mercedes por intercesión de ios santos; y Dios se lo
C(mcediacon l'Lieral y larga mano. Después se llevó el
Cuerpo de san Gereberno á Jantes, y el de santa Diaipna
(juedó en Ghele, que fué el lugar de su martirio; y pasados
algunos años, el obispo de Cambray con toda la clerecía
e innumerable muchedumbre de pueblos trasladó su
sagrado cuerpo de aquel sepulcro de mármol á una arca
de oro y plata y piedras preciosas, á los 15 de mayo, habiendo
sido el dia de su martirio á los treinta dias del nsismo
11168 • Esla vez cuando abrieron la tumba de mármol en
lorirtabai hallai"on sobre su cllei P0 ma rica piedra co-
' en ia cual estaba escrito Dimpna. Su vida escribió
TOMO ti.
MAYO. 11
Pedro, canónigo de SarvAuberlo de Cambray, y la Irae
Surio en su tercer tomo. Hace mención de ella el Martirologio
romano y el cardenal Jíaronio en sus anotaciones;
Juan Molano, en las que hizo al de Usnardo, y en el índice
de los santos de Flandes, donde dice que murió la sagrada
virgen por los años de 600, y que entre los otros milagros
que obra Dios por ella, particularmente echa los demonios
de los cuerpos por su intercesión, y que por esta cansa la
pintan con un demonio atado, y que por huir de la pronunciación
dura de Dimpna, muchos la llaman santa Digna,
por ser voz mas blanda y suave.
¿Quién leyendo lo que queda escrito, no se mueve y
no admira y conoce la flaqueza y miseria de los hombres,
pues un hombre vino á tan gran ceguedad y locura, y á tan
profundo abismo de maldad, que siendo padre se quiso
casar con su propia hija, y le dió la muerte con sus propias
manos porque no consintió? ¿Cómo se echa de ver
la sombra de muerte en que viven los gentiles, y la lumbre
del cielo, de que gozamos los cristianos? ¿El furor é
ímpetu Con que son arrebatados los hombres viciosos desús
pasiones; y la fuerza, gracia y espíritu, que nuestro Señor
da á los suyos para vencerlas? El cual adornó á esta santa
virgen con el don de la castidad : inspiróle, para que la
defendiese: esforzóla, para que muriese por ella y por
su fó; y finalmente la honró y glorificó, dándole sepultura
labrada por manos de ángeles, y victoria tan ilustre de los
demonios, y esclareciéndola con tantos y tan diversos milagros.
Él sea bendito para siempre, como autor y obrador
de tan grandes maravillas. Amen.
* SAN MÁNCIO, MÁRTIR.—Portugal fué la patria de esto
santo: educado en la piedad y temor de Dios, perseveró
en tan santos propósitos, pues toda su vida la ocupó en la
contemplación de las cosas celestiales. Los judíos, que tantas
crueldades cometieron en España al ver destruido su
culto, dejaron también sentir su indignación en Portugal,
sacrificando algunos cristianos ásu furor. Entre eslas vúlimas
se cuenta Mancio, que sufrió el martirio en Évora en
el siglo sexto.
SAN IsmoRO, MÁRTIR. —Patrón délos navegantes en los
mares de Grecia , es famoso esle santo por los milagros
que ha obrado en favor de los que le invocan. Derramó su
sangre por la fé en la isla de Chio, en cuya iglesia hay un
pozo, en ol cual dicen fué echado: de su Bgaa acuden a
beber muchos enfermos para curarse de sus dolencias. Su
martirio fué por los años de 230, reinando el emperador
Decio.
Los SANTOS PRORO , ANDRKS, PABLO Y DIONISÍA , MÁRTIRES.
—Por los años 250 de Jesucristo, en las inmediaciones do
Lampsaco, ciudad del Asia Menor, cerca del Ilelesponlo,
fué preso durante la persecución de Decio un jóven llamado
Pedro, admirable por sus dotes de cuerpo y alma; pero
mucho mas por su fé y por su virtud. Conducido á presencia
de ÓptimOt procónsul de Asia, resistió lodos los halagos
y amenazas, y aquél mandó que lo pusiesen en una
especie de tortura, y que extendido y amarrado sobre la
máquina, se fuesen gradualmenlo quebrantando sus huesos,
á medida que iba aquella tomando movimiento. El
mártir sufrió el suplicio con imponderable resignación, y
viendo el tirano su inflexible constancia, le mandó cortar
la cabeza. Después de ejecutado este suplicio, y