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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 19,<br />

y para sosegarle san Dunstano, entró al rey y le reprendió<br />

y le hizo salir á don<strong>de</strong> estaban aquellos señores. Perp<br />

l'ué tanto el enojo que aquellas malas hembras concibiei'on<br />

contra Dunstano, y tan poco el aseo, y tanta la flaqueza<br />

y carnalidad <strong>de</strong>l rey, que le persuadieron que le echase<br />

<strong>de</strong>l reino ; porque mieniras estuviese en él, no se tenian<br />

por seguras. El rey lo mandó: conliscóle todos los bienes<br />

<strong>de</strong> su monasterio; y el santo partió <strong>de</strong> Inglaterra con gran<br />

gozo <strong>de</strong> su alma, porque pa<strong>de</strong>cía por la justicia y por el<br />

^naor <strong>de</strong> la castidad. Navegó á Fian<strong>de</strong>s, y fué recibido<br />

<strong>de</strong>l safio:- ád aquellos estados con mucha benevolencia,<br />

y estuvo en la ciudad <strong>de</strong> Gante, aguardando lo que Dios<br />

«''<strong>de</strong>naba <strong>de</strong> él. No se contentaron aquellas dos mujeres y<br />

furias infernales <strong>de</strong> haber echado al santo varón <strong>de</strong> Inglaterra,<br />

pero intentaron antes que saliese <strong>de</strong> ella pren<strong>de</strong>rle,<br />

y hacerle sacar los ojos, mas no pudieron ejecutar<br />

su mal intento; poique cuando llegaron los ministros<br />

<strong>de</strong> esta makul al puerto, ya el santo se había embarcado<br />

y pasado el mar. Mucho consoló ca aquel <strong>de</strong>stierro nuestro<br />

Señor á Dunstano por medio <strong>de</strong>l glorioso apóstol san<br />

Andrés, <strong>de</strong>l cual ora muy <strong>de</strong>voto, visitándole á menudo<br />

Y 'Vgulándole con su visita y con la esperanza <strong>de</strong> que<br />

Piesto saldría do aquel trabajo, como sucedió: porqucDios<br />

lomó la mano y castigó al rc\ Kiluino, dándole muchos<br />

b'abajos y guerras y división <strong>de</strong> su reino, por la cual<br />

perdió gran parte <strong>de</strong> él, y <strong>de</strong>spués la vida temporal: y<br />

j)ui'a (|ue no perdiese la eterna, las oraciones <strong>de</strong> Dunsaprovecharon;<br />

porque estando Dunstano orando,<br />

taño<br />

los d.<br />

amonios le presentaron el alma <strong>de</strong> Eduino; y el santo,<br />

,)lv'tlado<strong>de</strong>sus injurias, y acordándose <strong>de</strong> la henignidiid<br />

<strong>de</strong> l)ioSi COn g,.,,,^ ¡jj^o y abundancia <strong>de</strong> lágrimas, le<br />

suplicó que tuviese misericordia <strong>de</strong> aquella pobre alma;<br />

y no se levantó <strong>de</strong> la oración hasta que entendió que el<br />

Señor le, había oído.<br />

Sucedió Edgaro en el cetro y corona <strong>de</strong>l reino á su hermano<br />

Eduino, y queriendo dar paz y quietud á su reino,<br />

envió á Fian<strong>de</strong>s por san Dunstano para gobemarse por<br />

su consejo, é hízolo primero obispo <strong>de</strong> Vigornia, y <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> Londres, y finalmente arzobispo cantuariense y<br />

primado <strong>de</strong> Inglaterra. Fué á Uoma s ¡n lUins'anu para<br />

pedir el palio al sumo pontitice (que así lo usaban hacer<br />

entonces los arzobispos cantuaríeuses), <strong>de</strong>l cual fué muy<br />

bien recibido, favorecido y regalado; y alcanzado lo que<br />

h suplicaba, con su bendición volvió á su Iglesia. No se<br />

pue<strong>de</strong> fácilmente creer la vigilancia <strong>de</strong> esle santo pastor<br />

ea apacentar y curar sus ovejas, y la entereza, severidad<br />

y constancia con que administró aquella iglesia. Un con<strong>de</strong><br />

y gran señor se casó sin licencia con una cuñada suya:<br />

avisóle, amonestóle y reprendióle el santo prelado; y no<br />

aPiovecliando, lo <strong>de</strong>scomulgó y le apartó <strong>de</strong> la comunión<br />

<strong>de</strong> ios Beles Embravecióse el con<strong>de</strong>: acudió al/ey y al<br />

P4Pá para que intercediesen con Dunstano; pero viéndole<br />

ms que una roca, y (pie p» ninguna cosa se mov,a'<br />

^pautado <strong>de</strong> la constancia <strong>de</strong>l santo, y temiendo que<br />

no cayese sobre él su maldición, se apartó <strong>de</strong> aquella<br />

rnuÍer ; y estando san Dunstano celebrando un concilio<br />

nacional <strong>de</strong> lodo el reino, vino el con<strong>de</strong> <strong>de</strong>scalzo y cu-<br />

"lerlo con un vestido llano <strong>de</strong> lana, con un manojo <strong>de</strong><br />

vjras en la mano, y se echó á los piés <strong>de</strong>l santo prelado<br />

a.11' <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> todos, y le díó las varas para que le hi-<br />

!"lose Y 10 absolviese <strong>de</strong> la excomunión, y le restituyese a<br />

Pero <strong>de</strong> mayor admiración es lo que hizo con el mismo<br />

rey que tanto le amaba y respetaba, para castigo <strong>de</strong> un<br />

grave pecado que había cometido, y <strong>de</strong>l escándalo que<br />

con él al reino había dado. Yendo una vez el rey á un<br />

monasterio <strong>de</strong> monjas en Winlonia, víó una doncella muy<br />

noble y hermosa que en él se criaba : enamoróse luego <strong>de</strong><br />

ella y quísole hablar : mandóla llamar aparte; y ella, temiendo<br />

alguna violencia <strong>de</strong>l rey, tomó el velo <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong> las monjas y púsoselo en la cabeza, parecíéndole que<br />

con esto el rey le tendría respeto. En viéndola el rey le<br />

dijo : ¿Qué presto te has hecho monja ? Quitóle el velo,<br />

y finalmente le hizo fuerza. ¡ Qué gran<strong>de</strong>s enemigos <strong>de</strong>l<br />

alma son nuestrosojos, ycómo nos roban el corazón! Súpolo<br />

san Dunstano: fué al rey; y el rey, al uso <strong>de</strong> la tierra, quiso<br />

tomarle por la mano para honrarle; mas el santo retiró<br />

la mano y no se la quiso dar, antes reprendiéndole gravemente<br />

do su <strong>de</strong>shonestidad, le dijo que lavase primero<br />

sus manos con lágrimas y con penitencias, y que <strong>de</strong>spués<br />

tocaría las suyas que eran sagradas; y el rey, aunque<br />

había sido flaco en cometer el pecado, fué fuerte y<br />

valeroso en hacer penitencia <strong>de</strong> el; porque luego se echó<br />

á los piés <strong>de</strong>l obispo y le pidió poiiílcncía, y él se ia díó<br />

y fué <strong>de</strong> siete anos, y el rey la aceptó y cumplió con<br />

gran<strong>de</strong> humildad, <strong>de</strong>voción y ejemplo <strong>de</strong> todo el reino, á<br />

quien antes había escandalizado con su <strong>de</strong>shoneslklad. En<br />

otra cosa también mostró san Dunstano su zulé y constancia.<br />

Vivían en aquel tiempo los clérigos en Inglaterra<br />

muy licenciosamente y estaban casados mnches <strong>de</strong> ellos, ó<br />

por mejor<strong>de</strong>cír, amigados, con grave injuria <strong>de</strong> Dios é ignominia<br />

<strong>de</strong> su Iglesia, y escándalo público <strong>de</strong> todo el pueblo.<br />

No habían bastado para curar una llaga tan honda y tan encancerada,<br />

remedios blandos y suaves; fué necesario usar<br />

<strong>de</strong>l hierro y <strong>de</strong>l fuego, y quitar aquel oprobio do la casa<br />

do Dios, y privar á los canónigos y clérigos seglares <strong>de</strong><br />

sus beneticios y rentas, y echarlos <strong>de</strong> las iglesias, y poner<br />

en ellas monges que con su santa vida y buen ejemplo<br />

cdiíicasen al pueblo, y alabasen al Señor, llízose esto<br />

así en muchas partes con autoridad <strong>de</strong> la se<strong>de</strong> apostólica,<br />

y con beneplácito y voluntad <strong>de</strong>l mismo rey : mas quejándose<br />

y lamentándose los clérigos <strong>de</strong>sposeídos, mandó el<br />

rey juntar concilío-en Winlonia, para tratar con mayor<br />

acuerdo <strong>de</strong> aquel negocio : y habiéndose propuesto en el<br />

concilio, y dado razou san Dunstano, <strong>de</strong> lo que se había<br />

hecho, y <strong>de</strong> las causas porque se había hecho; el rey y<br />

los gran<strong>de</strong>s las tuvieron por buenas y quedaron satisfechos.<br />

Pero como los clérigos eran muchos, y principales,<br />

y ricos, é hiciesen gran<strong>de</strong>s lástimas, suplicando al rey que<br />

los favoreciese y les mandase restituir sus bienes; el rey,<br />

movido <strong>de</strong> compasión, y muchos <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s con él,<br />

comenzaron á rogar á san Dunstano que por aquella vez<br />

los perdonase, y que si no se enmendasen <strong>de</strong> nuevo les<br />

echase <strong>de</strong> sus iglesias : y estando el sanio pensando lo que<br />

había <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r, un Crucifijo, que estaba allí <strong>de</strong>lante,<br />

oyéndolo lodos, alzó la voz, y dijo : «No se haga, no se<br />

haga: bien lo habéis juzgado; no lo mudéis mal.» Quedó<br />

el rey y lodos los <strong>de</strong> aquella junta asombrados, y san<br />

Dunstano dijo: Hermanos, Dios ha dado la sentencia;<br />

¿qué queréis que hagamos? De esta manera quedó aquella<br />

vez concluso e] negocio, y los clérigos echados fuera<br />

déla iglesia, sin atreverse á reclamar, y los monges alabando<br />

á Dios en su posesión. Mas andando el tiempo, los<br />

hijos <strong>de</strong> aquellos clérigos intentaron otra vezcobrar las ha-<br />

•^'•amentos <strong>de</strong> la Igl esia.<br />

MYO. m

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