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DÍA 27.<br />
li'iiulüla con su nombre; para dar á enten<strong>de</strong>r que ora obra<br />
suya, cuyos profesores <strong>de</strong>berian bacer les Ires vo'.os <strong>de</strong><br />
pobreza, castidad y obediencia, reservados al sumo pontilico,<br />
y poner toda aplicación y cuidado en ensenar á la<br />
juventud las primeras letras, aritmética y gramática, instruyéndolos<br />
al mismo tiempo en los mislei ios <strong>de</strong> la fé y<br />
buenas costumbres, y nombró por primer prefecto general<br />
á san José, que con catorce compañeros, todos muy<br />
distinguidos por sus circunstancias, vistió el bábito bumil<strong>de</strong>,<br />
que es el mismo que ahora usan sus hijos, y consiste<br />
en una sotana como los <strong>de</strong>más clérigos reglares y<br />
manteo corlo al modo <strong>de</strong> las reformas. Tara <strong>de</strong>snudarse<br />
<strong>de</strong> todo lo que podia acordarles la vanidad <strong>de</strong>l siglo,<br />
<strong>de</strong>jaron los apellidos; y san José Calasanz quiso ser llamado<br />
José <strong>de</strong> la Madre <strong>de</strong> Dios, ya por indicar su liernísima<br />
<strong>de</strong>voción á María Santísima, y ya para conservar la memoria<br />
<strong>de</strong>l dia que logró esta dicha, que fué el <strong>de</strong> la Encarnación<br />
, cuando el Verbo divino vistió el tosco hábito <strong>de</strong><br />
nuestra mortalidad. Después Gregorio XV en el afio <strong>de</strong><br />
1621 elevó la congregación al estado <strong>de</strong> religión <strong>de</strong> votos<br />
solemnes, y le concedió la comunicación <strong>de</strong> todos los privilegios<br />
concedidos y que se concedieren á las ór<strong>de</strong>nes mendicantes.<br />
Derramó el Sefior sus bendiciones con mano franca<br />
sobre esta nueva planta, disponiendo que vistieran la ropa<br />
<strong>de</strong> las Escuelas Pias varones <strong>de</strong> muy recomendables circunstancias.<br />
De eslos fueron el venerable Glicerio Landriani,<br />
que en la religión se llamó Glicerio <strong>de</strong> Cristo, noble<br />
milanés, pronepote <strong>de</strong> san Garlos Borromco, y actual<br />
nbad comendatario <strong>de</strong> San Antonio <strong>de</strong> Plasencia: el con<strong>de</strong><br />
Otonelo Otoneli, viudo <strong>de</strong> la con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong> Montecuculi, se<br />
hizo sacerdote en cumplimiento <strong>de</strong> lo que san Felipe Neri<br />
le habia profetizado, y <strong>de</strong>spués en la religión se llamó Pablo<br />
<strong>de</strong> la Asunción : el venerable P. Pedro Casani <strong>de</strong> la<br />
Natividad <strong>de</strong> Nuestra Scfiora, <strong>de</strong> la república <strong>de</strong> Luca: el<br />
venerable Viviano Viviani <strong>de</strong> la Asunción, <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> la<br />
Ilota <strong>de</strong> Genova: el P. Tomás <strong>de</strong> la Madre Dios, bijodcl<br />
marqués Carreti <strong>de</strong> Sahona: el P. Cárlos Bonifacio <strong>de</strong><br />
San Francisco, primogénito <strong>de</strong>l marqués Monsiglo, que<br />
cedió á un hermano menor sus estados el venerable<br />
P. Onofrc <strong>de</strong>l Santísimo Sacramento, napolitano <strong>de</strong> los<br />
con<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Anagni; sin hacer mención <strong>de</strong> otros muchos<br />
que ganaron gran<strong>de</strong> crédito para la nueva religión, por<br />
haber esmaltado su nobleza y literatura con ejercicio <strong>de</strong><br />
tanta humildad.<br />
San José trabajaba con incansable <strong>de</strong>svelo en promover<br />
el instituto, y se fatigaba en las escuelas con tanto <strong>de</strong>sinterés,<br />
que nosolonoadmilia remuneración alguna, sino que gastaba<br />
cuantiosas limosnas, que el Señor le multiplicaba milagrosamente,<br />
en comprar libros, papel y tinta para los discípulos<br />
pobres. Así crecía la nueva congregación, y era<br />
univcrsylmente aplaudida <strong>de</strong> todos, ni le faltó visible la<br />
aprobación <strong>de</strong>l cielo. Des<strong>de</strong> el principio instituyó el siervo<br />
<strong>de</strong> Dios la oración, llamada «continua,» que la hacían allernalivamenfe<br />
en la iglesia úoratorio algunos discípulos<br />
con asistencia <strong>de</strong> un padre director que muchas veces era<br />
san José. En una <strong>de</strong> estas oraciones se apareció la Virgen<br />
laniísima nuestraSeííora con su dulcísimo Hijo en los bracos<br />
sobre una blanca nube, ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> multitud <strong>de</strong> ángeles<br />
'l'ie esparcían sobre los niños que estaban <strong>de</strong> rodillas un<br />
'•cor á manera <strong>de</strong> rocío. A petición <strong>de</strong> su amorosa Madre<br />
eL'hó su precioso Hijo la bendición á los que allí asistían; y<br />
<strong>de</strong>saparecióla visión, <strong>de</strong>jándolos anegados en un mar dodul-<br />
AGOSTO.<br />
>83<br />
zura. También honraba el Señor á su siervo, haciendo<br />
por el visibles milagros. Hallándose en Frascali, le trajo<br />
una mujer á un hijo pequefio difunto, que estando durmiendo<br />
en la cama había sofocado: lomó al niño en los<br />
brazos <strong>de</strong> su afligida madre: juntó los discípulos <strong>de</strong> las<br />
Escuelas; y puestos lodos <strong>de</strong> rodillas <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> una imágon<br />
<strong>de</strong> nuestra Señora , mientras hacían oración , tenia el<br />
niño levantado en alto hácia la imágen. A poco espacio<br />
que perseveró en la oración, el niño difunto empezó á llorar<br />
para testimonio <strong>de</strong> que volvía á vivir. Grimron todos:<br />
Milagro, milagro; y el siervo <strong>de</strong> Dios les dijo: Mirad , hijos,<br />
cuánto pue<strong>de</strong> la Madre <strong>de</strong> Dios , si con viva fé la invocamos<br />
en las mayores necesida<strong>de</strong>s. Hallábase moribundo<br />
un hermano operario, llamado Antonio <strong>de</strong> San José,<br />
<strong>de</strong> la noble familia Dernardini <strong>de</strong> Luca: encomendó san<br />
José á otro religioso sacerdote que le asistiese, mandándole<br />
que cuando lo viera en el último trance le avisase.<br />
Púsose á agonizar á la media noche, y no pareciéndole al<br />
sacerdote pru<strong>de</strong>ncia llamar al santo padre en aquella hora<br />
por si <strong>de</strong>scansaba; lo ayudó á bien morir, y <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> difunto lo acomodó sobre el féretro. Poco <strong>de</strong>spués llegó<br />
san José : y quejándose <strong>de</strong> que no lo hubieran llamado<br />
para echarle la bendición, como el enfermo <strong>de</strong>seaba, acercándose<br />
á él, lo llamó en alta voz, diciendo, Hermano<br />
Antonio, hermano Antonio: respondió el difunto claia y<br />
dislinlamentc: Ilencdicite, y al mismo tiempo se sentó sobro<br />
el féretro. Dióle entonces el siervo <strong>de</strong> Dios su bendicion,<br />
con lágrimas en los ojos <strong>de</strong> tersara ; y el difunto se<br />
compuso otra vez sobre el féretro y reposó en el Señor.<br />
El P. Antonio <strong>de</strong> San Andrés se hallaba enfermo <strong>de</strong>sahuciado<br />
y próximo á morir : en el dia 16 <strong>de</strong> diciembre do<br />
1624 pidió lo llamasen á san José, para que le echara su<br />
bendición para morir: el cual le dijo i Padre Antonio, ¿ no<br />
tiene ánimo para vivir ocho dias , que pasados estos entrará<br />
el año santo y ganará gran<strong>de</strong>s tesoros <strong>de</strong> indulgencias<br />
? Respondió el moribundo : Si Dios me hiciera esta<br />
gracia, no me quedaba mas que <strong>de</strong>sear en esta vida. Pues<br />
tenga fé (replicó el siervo <strong>de</strong> Dios); que lodo es fácil al que<br />
la tiene. Des<strong>de</strong> aquel instante quedó el enfermo sin pa<strong>de</strong>cer<br />
dolor ni molestia alguna. Llegó la víspera do Natividad<br />
, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber recibido la sagrada eucaristía y<br />
hechas las diligencias precisas para ganar el sanio jubileo,<br />
luego que se oyó en el castillo <strong>de</strong> San Angel la señal<br />
que avisa al pueblo la entrada <strong>de</strong>l año santo, pidió el enfermo<br />
le llamaran á san José: al cual luego que lo tuvo<br />
presente dijo: Padre general, ya ha llegado mi hora: el<br />
año santo ha entrado: yo, miserable pecador, he hecho<br />
cuanto he podido para ganar el jubileo. Sí V. P. me da su<br />
santa bendición, me iré á la olía vida. Respondió san José<br />
: Si Dios os llama, andad cofí Dios. Echóle la bendición,<br />
y al instante espiró plácidamente. El P. Melchor <strong>de</strong> Todos<br />
los Santos se hallaba gravemente enfermo en Roma : <strong>de</strong><br />
ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> monseñor Andrés Castcllani, que estaba á la<br />
puerta <strong>de</strong> la casa en su coche, subió el portero á preguntar<br />
al médico {que se hallaba con san José), cómo le iba al<br />
enfermo : á lo cual respondió: Dígale á monseñor, que<br />
muy mal. Pero san José lo <strong>de</strong>tuvo diciendo: Nó, nó: dígale<br />
que esperamos en Dios que presto estará bueno. Dígale<br />
que está malísimo, replicó el médico, y que buenamente<br />
no hay esperanza <strong>de</strong> que mejore. Dígale, aüadió<br />
san José, que está mejor, y que esperamos en Dios que<br />
nos lo <strong>de</strong>jará. Viendo la constancia <strong>de</strong> san José , le dijo el