Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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rió mártir, sufriendo ccn valor los tormentos con que le
aíligieron los judíos en la isla de Sicilia, en cuyo punto so
conservó su sagrado cuerpo hasta la irrupción de los sarracenos,
en cuya época fué trasladado á Gacta, donde
PS muy venerado de los fieles, y muy glorioso por la mulli!nd
de milagros.
SA\ RUFINO Y S.VN VAXEaio, niRTOtES. — Fueron infendenlcs
de los tributos reales ca el territorio de Soissons,
y practicaban todas las virtudes cristianas, en especial la
limosna, de un modo exiraordinariamente generoso y
abundante. Habiendo el emperador Maximiano Hercúleo
derrotado á los bagaudas cerca de París, dí'jó por prefecto
preíoiio de las Galias al sangriento Rícciovano, con órdon
de emplear todos los medios imaginables para exterminar
hasta e! nombrcde cristiano. Despuesde haber hecho derramar
mucha sangre en líeims, fué á Soissons, y dio órdeil
para que condujesen á su presencia á Rufino y á Valerio.
Habían ido á esconderse en un bosque, pero fueron
hallados, puestos en el potro, maltratados con azotes
armados de pelotillas de plomo, y decapitados en seguida
junto á Soissons, por los primeros años del siglo
III.
Los SANTOS ANASTASIO, TRESBÍTEUO, FÉLIX, MO.NOE; Y DIGNA,
VÍRGEN, TOÓOS MÁIITIÍIES. — El mismo san Eulogio, en su
Memorial de los santos, nos da noticia de estos tres mártires
de Córdoba en España, los cuales fueron del número
de los que animó y confirmó en la fé san Fandila, y que
tíiurieron al dia siguiente que este. Pasaron también por
'odoslos horrores de tra martirio exquisito, y al fin fueron
follados, el dia 1 i de junio del afio mismo de 853. Sus
Cuerpos fueren reducidos á cenizas, y estas arrojadas al
v>enio.
SAN METODIO, OBISPO Y CONTESOII. — Nació en Sicilia de
«uta alcurnia; fué muy instruido en las ciencias sagradas
y profanas, y poseyó inmensas liquezas. Pero drs¡ redando
las vanidades del mundo, erigió un monasterio en
la isla de Chio , y después fué llamado á Conslantinopla
por el patriarca Nicéforo, á quien acompañó en sus dos
desliciTos en tiempo del emperador Isauio. El año 8!7
fué enviado á Roma por el patriarca , en calidad de nuncio;
pero sabiendo la muerte de su prelado , ee marchó á
su Iglesia , donde fué puesto en una piisicn por órden del
emperador Miguel el Tartamudo, en la que permaneció
encerrado, hasta que en 830 la emperatriz Teodora le dió
libertad, y le volvió á.las funciones de su ministerio. En
842 la misma emperatriz, que era gobernadora del imperio
durante la menor edad de su hijo Miguel III, colocó
á ¡Hctodio en la silia patriarcal de Conslantinopla, para
que pudiese desde tan elevado pucs'o, desplegar mejor
las viitudes eminentes que en él habia admirado. Su pi i-
wer cuidado, después de su consagración, fué purgar
rinn13 I?Ic>sia (!e 'a8 herejías que la habian infestado , ¡o
Q0a g en Sr81' P^'te , institujerdo c(.n este im livo
.0- Habiendo > Pucs > ocupado aquella cátedra per espado
de cuatro anos, murió de hidropesía, el (lia 1 i de
Jumo del afio 85C. San Metodio fué un santo y un sabio
dc primer órden en su siglo , y la Iglesia oriental le venera
como uno de sus mas bellos ornamentes.
SAN ETEIIIO,OBISI'0 Y CONFESOR. — Floreció en las Gallas
durante el siglo Vil, y fué el XXX obispo de, Viena en
•'iuicia. Estuvo unido muv estrechamente en amistad con
JUNIO. 213
el rey Dagoberlo , y con otros príncipes , á los que incliné
muchísimo á favorecer los intereses de la religión. Ei
todo fué grande , dice un autor contemporáneo ; en piedad,
en justicia y en misericordia excedió á los iguale?,
y brilló sobre lodos , como la antorcha del Evangelio. Su
muerte fué santa y dichosa, como lo habia sido SÚ vida,
y su sepulcro, que se colocó en la capilla de S¡in Jorge,
mártir, fué siempre frecuentado por innumerables devoteg
que van á implorar su eficaz patrocinio.
SAN QUINCIANO, OBISPO Y CONFESCR. — Gobernaba csl<
santo la Iglesia de Rodas, cuando los bárbaros invadiere
la Europa. Expulsado por los godos de su silla, refugios,
en Auvernia, cuya Iglesia , que estaba sin pastor, le fü
confiada. En ella desempeñó por espacio de algunos aM
los deberes de su santo ministerio, hasta que restituido í
su propia silla de Rodas, tuvo mucho que trabajar par;
el arreglo de las costumbres y disciplina, tan mal para
das á causa de los grandes trastornes de aquella época;
y después de una vida consagrada á les intereses de la
religión , murió santamente como habia vivido.
SAN ELÍSEO, PROFETA. — Fué hijo de Saphat, discípulo
de Elias, y profeta como él. Nació en Abeumeula, on li»
tribu de Manasés, á diez millas de Scythopolis. Conduela
el carro misterioso, cuando per órden de Dics se le asoció
Elias, su maestro, que habiendo sido airebalado por un
torbellino de fuego, Eüseo recibió su capa y espíritu profético.
Los prodigios que en seguida obró, le dieron á
reconocer per el heredero de las virtudes y de las gracias
del anciano profeta. Pasó á pié enjuto las aguas del Jordán
, cambió las malas calidades de la agua de la fuente
de Jericó , sccorrió al ejército de Josafat y de Joram , que
estaban muriéndí se de sed , y les predijo la victoria que
después alcanzaron sobre los moabitas; aumentó milagrosamente
el aceite que una pobre viuda tenia en su casa,
resucitó al hijo de una sunamita , curó la lepra á Naamon,
general sirio, predijo los males que Hazael cau!-aria á los
israelitas , y anunció á Jcas, rey de Israel, que ganarla
tantas victorias á los sitios, como veces beiiria Ja (ierra
con su dardo. Eliseo sobrevivió muy peco tiempo á esta
profecía, pues murió en Samarla de una edad muy avanzada
, por los -años 830 ánles de Jesucristo. Un hombre
asesinado por irnos ladrones fué colocado en la tumba del
profeta , y apenas el cadáver habia tocado los huesos del
siervo de Dics , recobró la vida. Eliseo fue uno de esos
hombres extraordinarios , que de vez cu cuando enviaba
la Providencia al mundo en tiempo de conupcion y de
oscuridad, para reanimar la fé de unos, y aterrorizar
con sus prodigiosa los malvados. San Gerónimo dice, que
el sepulcro de este profeta hace temblará los demonios .
DIA 15.
Los SANTOS VITO, MenrsTO Y CRESCENCIA , MÁRTIRES.—
En la ciudad de Mazara, que es en el reino de Sicilia , naciósan
Vito, mártir. Su padre era gentil y hombre rico y
poderoso, y se llamaba Hila, contra cuya voluntad Vilo,
siendo niño, se bautizó y comenzó á hacer grandes milagros,
sanando á mnebos enfermos y libraudo endemoniados
y obrando grandes maravillas; porque Dios le habia
escocido desde aquella tierna edad, para manifestar en él
su gloria. Siendo y« de doce años, y sabiendo que era
cristiano, mi prefecto de Sieiüa , por nombre Vale; i; no,