Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

ülA 12. AGOSTO- 503
menosprecio del mundo, y que tomase por esposo aquel
dulcísimo Señor , que siendo Dios, por nuestro amor se
hizo hombre, y nació de virgen, para ensalzar la virginidad,
é imprimirla en los corazones y almas puras: ycomo
la virgen Clara de suyo era lan bien inclinada y anhelaba
tanto á la perfección, muy fácilmente se sujetó á los consejos
del santo varón , tomándole por guia y maestro de
lodos sus intentos, y así se determinó á desposarse con un
vínculo indisoluble con Jesucristo.
Vino el domingo de llamos, y la sierva de Dios como
estaba tan encendida en su amor, y cada hora le parecía
mil aflos de romper con el mundo y comenzar nueva vida,
pidió á san Francisco lo que le parecía que hiciese; porque
cíla deseaba no tardar mas. El santo, ilustrado con la luz
del cielo, le ordenó que la noche siguiente se saliese secretamente
de la casa de su padre, llevando compañía decente
consigo, y se fuese á su convento , en donde él la
vestiría de su hábito. Hízolo asi la santa doncella: y dejando
la ciudad, los padres y los parientes, se fué á la
iglesia de Sania María de Porciúncula (que está como una
milla de Asís}, en donde el santo padre la estaba aguardando
con sus frailes. Recibiéronla con velas encendidas,
cantando el himno Veni, crealor Spirilus : allí se desnudó
de sus vestidos seglares y se vistió del hábito pobre de su
rica religión, y dió libelo de repudio á todas las pompas y
deleites vanos del mundo , y el mismo santo padre le cortó
los cabellos con sus propias manos, tomando el Seíior
al santo patriarca Francisco y su bendita hija Clara, para
que fundase en la tierra el espíritu del cielo y el menosprecio
del mundo, y el uno fuese padre de tantos y lan
esclarecidos hijos, que con nombre de frailes menores militan
debajo de su bandera; y la otra fuese madre de tantas
doncellas y señoras , pobres de riquezas temporales y
riquísimas de dones espirituales, y abastadas de tesoros
del cielo. Llevóla san Francisco á la ciudad de Asís: púsola
en el monasterio de San Pablo , que era de monjas de
san Benito, hasta que el Señor le proveyese de otro monasterio.
No pudo el mundo ciego sufrir tanta luz, y el demonio
, nuestro capital enemigo, temiendo algún grave
daño por el ejemplo de la santa doncella, determinó hacerle
guerra, tomando por instrumento á sus mismos deudos
, que son los domésticos enemigos de los religiosos.
Parecióles cosa nueva y en aquella ciudad no usada, que
una doncella noble, hermosa y rica^ en la flor de su edad,
diese de manoá las galas, gustos y entretenimientos, y
que se abrazase con la aspereza y penitencia, y vestida
de un vil hábito y duro cilicio , triunfase del mundo; y
que era afrenta suya que Clara viviese en tal estado. Vinieron
al monasterio: tomaron lodos los medios que la vanidad
loca suele inventar, para persuadirla que déjaselo
comenzado : valiéronse de todas las armas de blandura y
de rigor, de dulzura y amenazas: pero el Señor , que ya
habia escogido por su esposa á la sania virgen, le dió fortaleza
para resistir , y llegándose al altar, mostró desde
alh su cabeza sin cabello, y con mucha resolución les dijo:
(iue de ninguna manera podía dejar á Jesucristo , á quien
Síi había dedicado, y por cuyo amor habia hecho divorcio
Con el mundo : y íinalmenle como viesen la constancia de
la virgen y que no aprovechaban todos los medios que
Amaban para traerla á su voluntad, cansados ya y despechados
la dejaron.
^'I monasterio de San Pablo la mudó el bienaventurado
padre san Francisco á la iglesia de San Damián, en la cual
el santo habia residido algún tiempo, y por su órden habia
sido reparada , y estaba fuera de la ciudad y apartada de
ruido y de bullicio. En este templo se encerró sania Clara
por amor de su Esposo celestial. Este templo tomó como
paloma para su nido , y de aquí comenzó á esparcir los
claros rayos de su vida y santidad. Hizo oración á Dios
que le diese una hermana suya que tenia, llamada Inés,
menor de edad, para que conociendo la vanidad del mundo,
la dejase y viniese á vivir con ella. Concedióselo Dios;
porque al cabo de diez y siete dias y meses de su conversión,
vino Inés á santa Clara y le declaró su intento, que
era vivir con ella en pobreza y castidad: y santa Clara la
abrazó con grande alegría, y alabó al Señor porque la habia
oído y hecho lan señalada merced á las dos hermanas.
Poco á poco se iba extendiendo la fama de la santidad de
esla preciosa virgen , y el suavísimo olor de sus virtudes
por todas partes se derramaba , de manera, que muchas
doncellas nobles y ricas , movidas con su ejemplo/despreciados
todos los deleites de la carne, se determinaron
á tomar al Rey del cielo por esposo, y vivir en vida casia
y religiosa. Muchos casados de común consenlimicnlo se
apartaban: y los varones iban á los conventos de los frailes
, y las mujeres á los de monjas : y era tanto el fervor
y espíritu del cíelo que habia venido sóbrelas mujeres de
ta ciudad de Asís, que las madres convidaban á las hijas
á ser religiosas, y las hijas se ofrecían á las madres, los
hermanos á las hermanas; y muchos á porfía corrían á la
perfección : y los que tenían algún impedimenlo , procuraban
en sus casas guardar la regla de santa Clara lo mas
que podían. Y no solamente en aquella ciudad y en su comarca,
y en toda la Umbría y otras provincias, sino por
lodo el mundo se dilató y extendió el resplandor de esta
nueva luz; é innumerables doncellas nobilísimas, y grandes
princesas y señoras tuvieron por mayor grandeza el
saco, pobreza y desnudez de santa Clara, que los eslados,
regalos y riquezas que tenían; pues lodas las dejaron por
ser humildes díscipulasde tan santa y admirable maestra:
y con razón se pueden mas gloriar de serlo, que del mundo
que ánles tenían.
¿ Quién podrá dignamente explicar las virtudes tan excelentes
y heroicas de esla santísima virgen? ¿ Quién declarar
aquella humildad tan profunda que puso como firme
y sólido fundamento, para edificar sobre ella todas las
otras virtudes ? Porque habiendo los tres primeros años
huido el nombre y oficio de abadesa , por querer mas ser
subdita que prelada, después que por obediencia del glorioso
padre san Francisco fué forzada á aceptarle , creció
en ella mas el temor que Ja pre^midon, y quedó mas
sierva que libre , teniéndose en m propia reputación
por mas vil é imperfecta que lodas las subditas. Dábales
muchas veces agua á manos: y estando ellas
sentadas, la sania estaba en pié: y cuando comían,
las servia. Lavaba los pies de las riervas, y con
mucha humildad se los besaba : y de esta manera con
su ejemplo plantaba en los corazones de sus subditas la
humildad, raíz y fundamento de toda obra perfecta. Do.
esla humildad nació el amor lan tino de la santa pobreza
que su padre san francisco con su ejemplo había mostrado
: por ella hizo vender la legísima de sus padres y repartir
el precio á pobres, sin guardar para sí cosa afguna:
y no consenlia á sus subditas el recibir mas del manteni-