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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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iS8 LA m UNDA DE ORO.<br />

no se pue<strong>de</strong> hacer, que corla lodo el cuerpo, ni piés ni brazos<br />

no pue<strong>de</strong> monear ; ántes si está en pié, se sienla como<br />

una cosa Irasporlada, que no pue<strong>de</strong> ni aun resollar, solo<br />

da unos gemidos, no gran<strong>de</strong>s, porque no pue<strong>de</strong>, mas solo<br />

en el senlimienlo.<br />

«Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visiou:<br />

veia un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en<br />

forma corporal; loque no suelo ver sino por maravilla;<br />

aunque algunas veces se me representan ángeles, es sin<br />

verlos, sino como la visión pasada que dije primero. En<br />

esta visión quiso el Seilor que le viese ansí: no era gran<strong>de</strong><br />

sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido<br />

que parecía délos ángeles muy subidos, que parece,<br />

todos se abrasan: <strong>de</strong>ben ser los que llaman serafines,<br />

que los nombres no me los dicen, mas bien veo que<br />

en el cielo hay tanta diferencia <strong>de</strong> unos ángeles á otros, y<br />

<strong>de</strong> oíros á otros, que no lo sabría <strong>de</strong>cir. Veíale en las manos<br />

un dardo <strong>de</strong> oro largo, y al fin <strong>de</strong>l hierro me parecia<br />

tener un poco <strong>de</strong> fuego. Este me parecia moler por el corazón<br />

algunas veces, y que me llegaba á las enlrafias;<br />

Nació san Aguslinen una ciudad <strong>de</strong> África, llamada Tagasle,<br />

el año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 353, á 13 <strong>de</strong> noviembre, á los<br />

10 años <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> Constancio, siendo cónsules Arbecion<br />

y Lolliano. Sus padres eran nobles, aunque no muy<br />

ricos. Su padre se llamó Patricio y era gentil, y la madre<br />

Mónica, cristiana, y tan gran<strong>de</strong> sierva <strong>de</strong> Dios, que por<br />

sus oraciones y lágrimas se bautizó y murió crislianamenle<br />

Palricio, su marido, y su hijo Aguslin se convirtió y fué<br />

lan esclarecido siervo <strong>de</strong>l Señor. En saliendo san Aguslin<br />

<strong>de</strong> aquella liernecita edad en que no sabia hablar, y comenzó<br />

á crecer, tuvieron sus padres cuenta con criarle y<br />

enviarle á las escuelas á apren<strong>de</strong>r letras, para que alcanzase<br />

entre los hombres (como él mismo lo dice) honra y<br />

falsas riquezas. Tenia gran<strong>de</strong> ingenio y excelente memoria;<br />

pero mas se inclinaba á holgarse y á jugar con ios<br />

otros muchachos, que á escribir ni á leer y apren<strong>de</strong>r letras<br />

con el cuidado que <strong>de</strong>bia, y poroso le azotaban, y él<br />

senlia mucho cualquier castigo. Siendo muchacho, fué<br />

un dia gravemente apretado <strong>de</strong> un dolor <strong>de</strong> estómago, que<br />

súbitamente le asaltó y congojó <strong>de</strong> manera que pensó mo­<br />

al sacarle me parecia las llevaba consigo, y me rir, y pidió el bautismo para ser librado con el agua sa­<br />

<strong>de</strong>jaba toda abrasada en amor gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> Dios. Era tan ludable <strong>de</strong> aquel santo sacramento. Pero fué nueslro Señor<br />

gran<strong>de</strong> el dolor que mo hacia dar aquellos quejidos, y tan<br />

excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor,<br />

que no hay <strong>de</strong>sear que so quite, ni so contenía el alma<br />

con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espii iliia!,<br />

aunque no <strong>de</strong>ja do participar el cuerpo algo y aun liarlo.<br />

servido que luego volviese en sí y comenzase á mejo­<br />

rar; y con esto se dilató el bautismo pareciéndole á su<br />

madre que su hijo, por su mala inclinación habia <strong>de</strong> tornar<br />

á manchar su alma, y que los <strong>de</strong>litos que cometiese<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l bautismo, serian mas graves y dignos <strong>de</strong> mayor<br />

Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios,<br />

castigo. Enseñáronle las letras latinas y griegas: <strong>de</strong><br />

que suplico yo á su bondad lo dé á gustar á quien pensare<br />

que miento,<br />

«<strong>Los</strong> días que duraba esto, andaba como embobada, no<br />

quería ni ver ni hablar, sino abrazarme con mi pona, que<br />

para mí era mayor gloria que cuanlas hay en lodo lo criado.<br />

Esto tenia algunas veces, cuando quiso el Señor que<br />

me viniesen estos arrobamienlos lan gran<strong>de</strong>s, que-aun estando<br />

entre gentes no los podia resistir, sino que con harta<br />

pena mia se comenzaron á publicar. Después que los tengo,<br />

no siento esta pena tanto, sino la que dije en otra parle,<br />

que es muy diferente en hartas cosasy <strong>de</strong> mayoraprecio<br />

: ánlesea comenzando osla pena <strong>de</strong> que ahora halilo,<br />

parece arrebata el Señor el alma y la pone en éxtasi, y<br />

así no hay lugar <strong>de</strong> tener pena ni <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer, porque viene<br />

luego el gozar. Sea bendito por siempre, que lanías<br />

merce<strong>de</strong>s hace á quien lan mal respondo á lan gran<strong>de</strong>s<br />

beneficios.»<br />

Hasta aquí la misma santa. El que quiera saber mas<br />

pormenores, sobro su vida, vea en el dia 13 <strong>de</strong> octubr e,<br />

don<strong>de</strong> se halla.<br />

las latinas gustaba mucho; las griegas aborrecía y las tenia<br />

por pesadas y trabajosas; porque aquella dificultad<br />

que hay en apren<strong>de</strong>r la lengua peregrina, era como una<br />

hiél que se <strong>de</strong>rramaba en la dulzura que hallaba en las fábulas<br />

y narracionesgriegas. Y aunque se la hacían apren<strong>de</strong>r<br />

con espantos, amenazas y penas, no lenia tanta fuerza<br />

la necesidad medrosa como la curiosidad lihre, y el gusto<br />

que hallaba en la lengua latina, la cual aprendió perfeclamenle<br />

cnTagastc, y <strong>de</strong>spués en una ciudad allí cerca,<br />

liamadaMiidauro, y finalmente en Carlago, cabeza <strong>de</strong> aquella<br />

provincia, don<strong>de</strong> florecieron los estudios <strong>de</strong> las buenas<br />

letras. Allí san Agustín aprendióla retórica, y salió lan excelente<br />

orador, que la enseñó con gran loa en aquella ciudad:<br />

y se dio á las otras ciencias, y por sí mismo, sin otro<br />

maestro, las entendió y comprendió <strong>de</strong> manera que las<br />

podia enseñar á los <strong>de</strong>más. Pero cuanto el ingenio <strong>de</strong> san<br />

Agustín era mayor y mas admirable en aquella edad, lanlosu<br />

mala inclinación y vivo y fogoso geniole tiraba álos<br />

<strong>de</strong>leites y gustos sensuales <strong>de</strong>l amor loco y ciego : para<br />

lo que le ayudaban algunas malas compañías y una amistad<br />

<strong>de</strong> nombre , y verda<strong>de</strong>ra enemistad y engaño <strong>de</strong>l corazón<br />

, que suele babor entre los estudiantes mozos , que<br />

DIA 28.<br />

SAN AGUSTÍN, OBISPO Y nocTOR.—La vida <strong>de</strong>l admirable<br />

doctor y luz <strong>de</strong> la Iglesia san Agustín, escribió Posidonio,<br />

obispo calamense, que vivió en su compañía cuarenta<br />

años: y el mismo santo en el libro <strong>de</strong> sus Confesiones, comenzando<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo en que estaba en las entrañas<br />

<strong>de</strong> su madre, alaba al Señor y pinta su niñez, y cuenta su<br />

vida hasta la muerte <strong>de</strong> su bienaventurada madre. Do estas<br />

fuentes principalmente sacaremos nosotros lo que habernos<br />

do <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> este glorioso doctor: y lambien nos<br />

aprovecharemos <strong>de</strong> sus mismos escrilos, y <strong>de</strong> lo que los<br />

otros autores graves escriben <strong>de</strong> él.<br />

atiza las llamas <strong>de</strong> la concupiscencia que tanto ar<strong>de</strong> en la<br />

juventud. Andaba cercado por todas parles <strong>de</strong> uno como<br />

incendio y hervi<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> <strong>de</strong>shonestos amores : aun no<br />

amaba y <strong>de</strong>seaba amar, y con una mas secreta pobreza<br />

se aborrecía á sí, porque era ménos pobre. Resbaló, y<br />

estaba encarnizado en el apetito sensual (como él mismo<br />

confiesa <strong>de</strong> sí); aunque el Señor con su misericordia no<br />

le <strong>de</strong>samparaba, antes aguaba aquellos <strong>de</strong>leites, y <strong>de</strong>rramaba<br />

hiél y acíbar sobre los gustos que lenia ; <strong>de</strong> manera<br />

, que cuando mas alegre estaba , se veia atar con unas<br />

íitaduras congojosas , y ser herido como con unas varas<br />

<strong>de</strong> hierro <strong>de</strong> zelos, <strong>de</strong> sospechas y temores, <strong>de</strong> iras y con-

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