Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA 18, AGOSTO. .27
des de la fé, y vivió conformo á ellas de un modo admirable.
Su fervor era lan grande en lodos los ejercicios de
piedad, que con frecuencia pasaba dias y noches enteras
en continua oración, sin cuidarse de comer ni de satisfacer
las demás necesidades de la vida. Habiéndose publicado
en su patria los edictos del emperador Aureliano
contra la Iglesia, fué san Mamante hecho prisionero como
enemigo de los dioses, sufrió cruelísimos tormentos, y
siendo aun muy jóven, el año 275, fué decapitado en la
misma ciudad de Cesárea. San Basilio y san Gregorio Nacianceno
hablan en sus escritos de este santo, haciendo
grandes elogios de sus extraordinarias virtudes.
SAN MIRÓN , PRESBÍTERO Y MÁRTIR. — Reinando el emperador
Decio, y siendo gobernador de la Acaya Antipatro,
fué este santo acusado de cristiano, y siendo llevado á la
presencia de sus jueces, 1c condenaron á ser decapitado.
La sentencia se ejecutó en Cicico , haciéndole pasar antes
por varias pruebas, en las cuales padeció horriblemente.
LOS SANTOS ESTRATON ,FELIPE Y EUTIQUIANO, MÁRTIRES.—
Vivían en Nicomedia, y un día que había mucha gente en
el teatro esperándola representación de un célebre espectáculo
, se presentaron ellos y empezaron á anunciar al
público las verdades del Evangelio con tanta efleacia y
tanto fruto, que la mayor parte de los espectadores se
convirtieron á la religión cristiana, y el teatro quedó
desierto. Fuéron entonces á instruir á aquella multitud en
la fé, y mientras bautizaban á muchos les prendieron los
gentiles, los entregaron á las fieras que no les hicieron
ningun daño , y últimamente perseverando en enseñar y
convertir, fueron echados al fuego que los consumió, y
volaron á la patria celestial.
SAN PABLO T SANTA JULIANA , MÁRTIRES.—Eran hermanos
naturales de Tolemaida en Palestina, y unidos por los
vínculos déla mas acendrada caridad. En tiempo del emperador
Valeriano se les quiso obligar á ofrecer incienso á
los ídolos, á lo cual se negaron constantemente, siendo por
eslo puestos varias veces en el potro y finalmente degollados
en su misma patria, y dando á todos ejemplo de resignación
y de admirable constancia.
SAN ANASTASIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació, según la
opinión mas probable, enTerni, ciudad de Italia. Nada sabemos
de sus primeros años ; pero debemos suponer que
en un tiempo en que la Iglesia estaba en paz y se hallaban
ya regularizados los estudios eclesiásticos, pasarla el
santo la juventud en el estudio y la práctica do las virtudes.
En el año 51C fué elegido y consagrado obispo de
su patria, y murió santamente en agosto del año 553. Su
pontificíido fué notable por los piadosos establecimientos
que fundó y doló con gran liberalidad, y por la reforma de
las costumbres públicas, que realizó en medio de las mayores
conlradicciones.
DIA 18.
SAN AGAPITO, MÁRTIR. — En la persecución del empera-
^oi" Aureliano, andando los cristianos descarriados, alligi-
^os y escondidos por bosques, montes y cuevas, escogió
"üesiro Señor un niño de quince años de la ciudad de Paleslrina,
no léjosde Roma, llamado Agapito, y armóle de
Sli espíritu y fortaleza del cielo, y opúsole al furor y poder
Aureliano para que pelease, y venciese y triunfase de
^ y con su precioso martirio animase á ¡os hombres de
mayor edad (ya que no iban adelante) á acguirlo, y no
dudasen derramar la sangre por la confesión de Jesucristo;
pues veían que un niño tierno y delicado con tanta constancia
habia sufrido tantos y tan grandes tormentos, y dado su
vida por él. Mandóle prender el emperador: y viéndole
por una parte de tan poca edad, y por otra tan fervoroso
y deseoso del martirio, le mandó azotar con duros nervios
crudamente, creyendo que con este castigo se trocaría:
pero como el santo niño con los azotes y espantos so
encendiese mas en el amor de Cristo, entrególe el emperador
á un presidente suyo llamado Antioco, para que en
todo caso le hiciese sacrificar. El presidente le encerró en
una cárcel muy áspera y oscura, y mandó que por espacio
de cuatro dias no le diesen cosa alguna de comer, para
que con la hambre (que suele ser muy penosa á los do
poca edad) se ablandase y enterneciese. Sacáronle el quinto
día tan constante como el primero , y el juez le hizo echar
carbones encendidos sobre su cabeza : y Agapito cuando
se los echaban, daba gracias á Dios y decía: No es mucho
que la cabeza que ha de ser coronada en c! cíelo, sea quemada
en el suelo. Muy bien asentará la corona de gloria
sobre las llagas y heridas recibidas por Cristo. Azotáronlo
la segunda vez tan fuertemente, que su cuerpo quedó todo
rasgado y llagado, y el suelo regado con su sangre: y
así desnudo le colgaron de los piés y la cabeza abajo, y
encendieron fuego y echaron muchos materiales de cosas
inmundas , para que el humo que salía y daba en su rostro,
gravísimamentele atormentase. Estando en este tormento
dijo al presidente: Bien se ve que toda tu sabiduría
os vana, y un poco de humo : y él se embraveció, y le
mandó de nuevo azotar por cuatro sayones, uno después
de otro, y derramar sobre sos carnes llagadas agua hirviendo,
y darle grandes puñadas en la boca y quebrarle
las mejillas: mas el Señor queriendo favorecer la fé y
conslanria del santo niño, y castigar la maldad del inicuo
juez, le hizo caer de la silla en que como juez estaba sentado
: y poco después (sintiendo la virtud de Dios que peleaba
en el mártir), diósu infeliz alma al demonio. Cuando
supo eslo el emperador, quiso vengar la muerte de Anlíoco
en Agapito, y mandóle echar á las bestias fieras, para que
le tragasen y fuese sepultado en ellas: mas las fieras fueron
tan comedidas con el bienaventurado niño, que se
echaron á sus piés lamiéndolos y halagándole. Viendo eslo
los ministros del emperador le degollaron; y los cristianos
tomaron de noche su sagrado cuerpo , y le enterraron una
milla fuera de la ciudad en un campo donde hallaron un
sepulcro nuevo que el Señor habia aparejado milagrosamento,
para que el santo niño y valeroso mártir fuese
honrado. Movióse con este ejemplo un soldado principal
llamado Anastasio , y convirtióse á la fé de Cristo, y do
allí á tres dias mereció la corona del martirio. El do san
Agapito fué á los 18 de agosto el año del Señor de 2T5,
imperando el sobredicho emperador Aureliano. Las reliquias
de san Agapito están hoy dia en la ciudad de Palestrina
donde murió, y es reverenciado de todo el pueblo
con gran devoción. Hacen mención de él los Martirologios
romano, el de Beda, üsuardo yAdon, y el cardenal Baronío
en el segundo tomo de su Anales , y en las anotaciones
del Martirologio.
SANTA ELENA, EMPERATRIZ. —Siendo Diocleciano y Maxirniano
Hercúleo emperadores , enviaron á la isla de Bretaña
(que es Inglaterra) por gobernador á Constancio Cloro,