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DU 25.<br />
AGOSTO<br />
573<br />
dos los cncuenlros y espantos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio que se nos ponen<br />
<strong>de</strong>lante: y que <strong>de</strong>bemos ponernos en sns benditas<br />
manos y sujetar nuestro juicio al suyo, cuando las cosas<br />
no suce<strong>de</strong>n á nuestro gusto y nos parecen que van fuera<br />
<strong>de</strong> camino, y que Dios <strong>de</strong>sampara á su causa. Mas ganó<br />
san Luis con la pérdida <strong>de</strong> su ejército y <strong>de</strong> su libertad, en<br />
la primera jomarla y en !a segunda <strong>de</strong> su vida, que si hubiera<br />
ganado y conquistado al universo, y tornado con su<br />
salud á su casa : porque con esta pérdida ganó el cielo, y<br />
tuvo y moslró las excelentes virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fé, <strong>de</strong> esperanza,<br />
<strong>de</strong> amor <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong> paciencia, <strong>de</strong> fortaleza y constancia<br />
ciisliana. Dejó ejemplo á todos los reyes <strong>de</strong>l modo con<br />
que lian <strong>de</strong> servir al Señor: fué <strong>de</strong> él esclarecido con mudios<br />
y gran<strong>de</strong>s milagros, y alcanzó la corona <strong>de</strong> la gloria<br />
sempiterna: y acá en la tierra vive y vivirá para siempre<br />
su memoria, y será reverenciada <strong>de</strong> toda la Iglesia católica,<br />
mientras que ella durare, que será hasta el fin <strong>de</strong>l<br />
mundo. Muerto san Luis, <strong>de</strong>smayaron los cristianos <strong>de</strong> su<br />
ejército, y lomaron gran<strong>de</strong> ánimo y brioles inOelesy bárbaros,<br />
pensando que tenian la victoria en sus manos: mas<br />
permitió el Señor que Cárlos, rey <strong>de</strong> Sicilia y hermano <strong>de</strong>l<br />
sanio, llegase á Túnez pocos dias <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte<br />
con un ejército muy florido, y juntándose con el que allí<br />
estaba, dieron mucho en qué enten<strong>de</strong>r á los enemigos, y<br />
los apretaron <strong>de</strong> manera, quecon serebos en mucho mayor<br />
número que los cristianos, nunca se atrevían á pelear<br />
<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r á po<strong>de</strong>r con ellos: y en algunas escaramuzas que<br />
tuvieron, llevaron siempre la peor parte: y el fin <strong>de</strong> aquella<br />
guerra fué, que cercados <strong>de</strong> los nuestros, fueron forzados<br />
á pedir paz: la cual se hizo dando libertad á ios<br />
cristianos que eran cautivos, y licencia á los religiosos <strong>de</strong><br />
San Francisco y <strong>de</strong> Sanio Domingo, y otros cualesquiera,<br />
<strong>de</strong> predicar sin estorbo en todo el reino <strong>de</strong> Túnez la fé <strong>de</strong><br />
Cristo, y bautizar á todos los que se convirtiesen á ella : y<br />
que el rey <strong>de</strong> Túnez pagase cada año al rey Garlos cuarenta<br />
mil ducados <strong>de</strong> parias: <strong>de</strong> manera, que po<strong>de</strong>mos<br />
<strong>de</strong>cir que el santo rey muerto venció á los moros, y que<br />
la armada por sus oraciones mereció la victoria y feliz suceso<br />
que el Señor le dió. Murió el santo rey á los 23 <strong>de</strong><br />
agosto, año <strong>de</strong> 1210. Su cuerpo se trajo á Sicilia, y <strong>de</strong><br />
allí se líevó á Francia, y fué sepultado en el insigne<br />
templo <strong>de</strong> San Dionisio, que es el entierro <strong>de</strong> los reyes <strong>de</strong><br />
Francia, cerca <strong>de</strong> París. Ilustróle Dios con muchos y gran<strong>de</strong>s<br />
milagros (como dijimos), y el papa Bonifacio Ylll le<br />
canonizó y le puso en el número <strong>de</strong> los santos.<br />
No me parece que <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> poner aqui la docli ina<br />
maravillosa que este santo rey dió á Felipe, su hijo, here<strong>de</strong>ro<br />
á la hora <strong>de</strong> su muerte; porque es doctrina que<br />
muestra el celestial espíritu y celo <strong>de</strong>l que la dió, y pue<strong>de</strong><br />
aprovechar para enseñar á todos los reyes lo que <strong>de</strong>ben<br />
hacer en el gobierno <strong>de</strong> su reino. Escribió, pues, san Luis<br />
un papel estando para morir, en que hablando con su hijo<br />
le dice: «Hijo mió, ante todas cosas te encomiendo qne<br />
ames á Dios mucho; porque el que no le ama no pue<strong>de</strong> ser<br />
salvo. No <strong>de</strong>s lugar á pecado moría!; aunque por no co-<br />
'nelerle pa<strong>de</strong>zcas cualquier género <strong>de</strong> tormento. Cuando<br />
le sucedieren cosas adversas, súfrelas con buen ánimo, y<br />
piensa que las tienes bien merecidas, y así te será <strong>de</strong><br />
gi'an<strong>de</strong> ganancia: y en las prósperas haz gracias con humildad<br />
al Señor y no le <strong>de</strong>svanezcas; para que no te hagas<br />
peor, con lo que <strong>de</strong>bieras ser mejor. Confiesa á menudo<br />
lus pecados, y busca confesor sabio para que le sepa enseñar<br />
lo que has <strong>de</strong> seguir y lo que has <strong>de</strong> huir, y trata<br />
con él <strong>de</strong> manera, que tenga osadía para repren<strong>de</strong>rte y<br />
darte á enten<strong>de</strong>r la gravedad <strong>de</strong> tus culpas. Oye el oficio<br />
divino <strong>de</strong>votamente; no <strong>de</strong>s oído á las fábulas ni livianda<strong>de</strong>s,<br />
ni traigas los ojos vagueando <strong>de</strong> una parte á otra,<br />
sino que medites con el corazón lo que ruegas á Dios con la<br />
boca; y mas particularmente harás esto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la consagración<br />
<strong>de</strong> la misa. Serás <strong>de</strong> ánimo piadoso y humano<br />
con los pobres y con los afligidos, y favorecerlos has<br />
con todas tus fuerzas. Si alguna cosa congojare tu corazón,<br />
<strong>de</strong>scúbrela á tu confesor, ó á otra persona grave y cuerda;<br />
porque con este alivio la lleves con mayor paciencia.<br />
Procura que las personas que admitieres á tu familiaridad,<br />
ahora sean religiosas, ahora sean seglares, sean virtuosas<br />
y <strong>de</strong> buena fama; con las tales trata <strong>de</strong>. buena gana, y<br />
huye la conversación <strong>de</strong> los malos y viciosos. Oye sermones<br />
<strong>de</strong> predicadores provechosos que hablan <strong>de</strong> Dios pública<br />
y privadamente, y procura ganar con mucha <strong>de</strong>voción<br />
las indulgencias y perdones <strong>de</strong> tus pecados. Ama todo<br />
lo bueno y aborrece todo lo malo. Adon<strong>de</strong> quiera que estuvieres,<br />
no ose alguno hablar en tu presencia cosa quo<br />
provoque á mal, ó en daño <strong>de</strong> la fama <strong>de</strong>l prójimo: ni tú<br />
hablarás <strong>de</strong> alguna persona, cosa que le toca en la fama<br />
con intento <strong>de</strong> muí murar. No sufrirás que <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> tí se<br />
atreva alguno á blasfemar ó <strong>de</strong>cir mal <strong>de</strong> Dios ó <strong>de</strong> sus<br />
santos; ni <strong>de</strong>jarás sin castigo al culpado en tal crimen.<br />
Darás á Dios gracias muy <strong>de</strong> ordinario por los bienes y<br />
merce<strong>de</strong>s que cada día te vienen <strong>de</strong> su bendita mano, para<br />
que merezcas <strong>de</strong> nuevo otras mayores. En el administrar<br />
justicia serás recto y severo, guardando lo que las leyes<br />
<strong>de</strong>terminan, sin torcer á la mano diestra ó siniestra; y escucha<br />
pacientemente las quejas <strong>de</strong> los pobres, y procura<br />
saber la verdad. Si alguno tuviere queja <strong>de</strong> tí ó se sintiese<br />
agraviado, estarás mas <strong>de</strong> su parte que <strong>de</strong> la luya, hasta<br />
que sea <strong>de</strong>clarada la verdad; porque <strong>de</strong> esta manera los<br />
<strong>de</strong> tu consejo con mayor confianza pi onuncien justa sentencia.<br />
Si hallares que posees cosa ajena, aunque por via<br />
<strong>de</strong> herencia la hayas recibido <strong>de</strong> tus antepasados, sin dilación<br />
\uélvela á su propio dueño, si está clara la verdad;<br />
y si está en duda, señala hombres sabios que con diligencia<br />
y sin dilación lo examinen y <strong>de</strong>claren. Sobre todas las<br />
cosas <strong>de</strong>bes procurar que todos tus subditos gocen <strong>de</strong> paz<br />
y <strong>de</strong> justicia, especialmente los religiosos y clérigos que<br />
ruegan á Dios por tí y por tu reino. A tus padres <strong>de</strong>bes, tener<br />
amor, reverencia y obediencia. <strong>Los</strong> beneficios eclesiásticos<br />
no los <strong>de</strong>s sino á los mas dignos y que no lengan otros, y<br />
esto por consejo <strong>de</strong> varones'sabios. No harás guerra, y<br />
ménos contra cristianos, sin gran causa y consejo: y si la<br />
necesidad te forzare á hacerla, sea sin daño <strong>de</strong> las iglesias<br />
y <strong>de</strong> los que no tienen culpa. Si tuvieres guerra ó<br />
disensión alguna ó la tuvieren tus subditos, procura cuanto<br />
en tí fuero <strong>de</strong> componerla. Mira con mucho cuidado á<br />
quien das la vara <strong>de</strong> justicia, y no le contentes <strong>de</strong> haber<br />
escogido para jueces los mejores hombres <strong>de</strong> tu reino:<br />
pero vela sobre ellos, y pon cuidado para saber cómo la<br />
administran. Siempre serás <strong>de</strong>votísimo y obedienlísimo á<br />
la Iglesia romana y al sumo pontífice, y le tendrás por padre<br />
tuyo espiritual. <strong>Los</strong> gastos <strong>de</strong> tu casa serán mo<strong>de</strong>rados<br />
y conformes á razón. Amonestóte, hijo mió, y encargóte<br />
con juramento, que si Dios fuere servido <strong>de</strong> llevarme<br />
<strong>de</strong> esta vida ónles <strong>de</strong> tí, tengas cuidado que por lodo<br />
el reino <strong>de</strong> Francia se digan misas y se ofrezcan sacrificios