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3G LA LEYENDA DE ORO. DIA 7.<br />
inclinación á tas-letras, como también á la virtud, viéndose<br />
en su niñez no pocos rastros <strong>de</strong> la santidad á que haljia <strong>de</strong><br />
ascen<strong>de</strong>r cuando varón.<br />
Acertaron á pasar dos religiosos <strong>de</strong> santo Domingo por<br />
su pueblo, y viendo al niño, ellos se aficionaron á Miguel<br />
por ver su buena inclinación, y Miguel se aficionó á los<br />
religiosos, <strong>de</strong>seando tomar su hábito y profesión; porque<br />
ya Dios le babia dado <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> ser religioso, aunque no<br />
<strong>de</strong>terminaba en qué religión le babia <strong>de</strong> servir. Lleváronle<br />
aquellos padres consigo al convento <strong>de</strong> Yoguera <strong>de</strong><br />
la provincia <strong>de</strong> Lombardía, don<strong>de</strong> sirvió en la sacristía, y<br />
comenzó á estudiar las primeras letras , dando tan buena<br />
cuenta <strong>de</strong> su persona, en cuanto se le encargaba, y mostrando<br />
tan buen ingenio , y tanta mo<strong>de</strong>stia y compostura<br />
en todas sus acciones, que lodos los frailes se aficionaron<br />
á el, y los dos religiosos que le babian traido, sin dificultad<br />
negociaron que tomase el bábito en el convenio <strong>de</strong> Yilevano,<br />
que ei» casa <strong>de</strong> noviciado <strong>de</strong> aquella provincia <strong>de</strong><br />
Lombardía. En viéndose el hábito <strong>de</strong> santo Domingo empezó<br />
á dar ejemplos <strong>de</strong> todas las virtu<strong>de</strong>s, dándose prisa<br />
por alcanzar y a<strong>de</strong>lantarse á los que veia ir mas a<strong>de</strong>-<br />
Jante en el camino <strong>de</strong> la perfección. Consi<strong>de</strong>rábase muerto<br />
al mundp y vivo á Dios solamente; y así su mo<strong>de</strong>stia,<br />
obediencia y humildad , eran <strong>de</strong> quien ni tenia seníidos,<br />
ni potencias, ni ojos para ver, ni oidos para oir, ni voluntad<br />
para querer; queriendo solo lo que el superior le or<strong>de</strong>naba<br />
, y teniendo por mas conveniente lo que le mandaba<br />
la obediencia , olvidándose <strong>de</strong> su patria, padres y<br />
parientes, como si no los hubiera tenido jamás, ó hubiera<br />
nacido fuera <strong>de</strong>l mundo, acordándose solamente <strong>de</strong> Dios<br />
y <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s con que habia <strong>de</strong> agradarle; <strong>de</strong> la oración<br />
, en que gastaba muchas horas; <strong>de</strong> los rigores y penitencias,<br />
en que necesitaba mas <strong>de</strong> freno que <strong>de</strong> espuela;<br />
<strong>de</strong> la mortificación con que negaba todos sus gustos; <strong>de</strong><br />
ejercicios <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción, humildad y caridad en que se empleaba<br />
gustosamente; y finalmente, todos sus cuidados<br />
eran crecer cada dia mas en la perfección, caminando <strong>de</strong><br />
virtud en virtud, y poniendo los pies en las huellas que<br />
<strong>de</strong>jó sanio Domingo á sus hijos, para lo cual leia con atención<br />
la vida <strong>de</strong> este gran patriarca.<br />
Acabado el a no <strong>de</strong>l noviciado, y hecha su profesión, fué<br />
<strong>de</strong>stinado á estudiar primero en Yilevano , y luego en la<br />
universidad <strong>de</strong> Bolonia,, para que en aquel no menos religioso<br />
que sabio convento, que tiene allí la religión <strong>de</strong> santo<br />
Domingo, juntase Vv. Miguel las virtu<strong>de</strong>s con las letras, y<br />
saliese no ménos religioso que docto; y él dio tales muestras<br />
<strong>de</strong> la agu<strong>de</strong>za <strong>de</strong> su ingenio y felicidad <strong>de</strong> su memoria,<br />
que acabando los cursos <strong>de</strong> discípulo le hicieron maestro<br />
<strong>de</strong> filosofía, y acabada la filosofía fué nombrado maestro<br />
<strong>de</strong> estudiantes, y luego do teología; y en estos ejercicios<br />
gastó muchos anos con gran<strong>de</strong> alabanza, procurando ensenar<br />
á sus discípulos con sus palabras la ciencia, y con sus<br />
obras la virtud, sin que él por maestro gozase los privilegios<br />
que el magisterio le permilia; antes dándose por<br />
mas obligado <strong>de</strong> dar ejemplo á todos los frailes, cuanto su<br />
t'iemplo era mas po<strong>de</strong>roso , procuraba ser el menor en los<br />
oficios humil<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l convento, y el primero en las acciones<br />
<strong>de</strong> comunidad, uniendo las ocupaciones <strong>de</strong> la aula con las<br />
<strong>de</strong>l coro, y las <strong>de</strong> religioso con las <strong>de</strong> lector; porque <strong>de</strong>cia<br />
que para perfección, nó para excusar <strong>de</strong> obligaciones,<br />
trabajaba. La mira que tenia en los esludios, era la gloria<br />
fie Dios y provecho <strong>de</strong> las almas ¡ y por eso era su ordinaria<br />
lección la sagrada Escritura, que le servia <strong>de</strong> libro <strong>de</strong><br />
estudio y <strong>de</strong> materia <strong>de</strong> meditación, hallando en ella luces<br />
su enlendimiento, y ardores su voluntad, con que aumentar<br />
las llamas <strong>de</strong> amor <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> los prójimos, que ardían<br />
en su pecho. Era muy amigo <strong>de</strong> la celda y <strong>de</strong> los libros,<br />
y dábanle en roslro los religiosos ociosos, que so<br />
andan por el convento buscando con quién per<strong>de</strong>r el tiempo<br />
, que no les gusta el estudio ni la oración; y <strong>de</strong> estos<br />
huia con gran cuidado, porque tienen un mal contagioso,<br />
que le pegan á cuantos tratan con ellos. Recibió el sacerdocio<br />
en Genova, afio <strong>de</strong> 1522, y añadiéndose á las obligaciones<br />
<strong>de</strong> religioso las <strong>de</strong> sacerdote, cumplió con todas<br />
perfectamente. Juntó la provincia <strong>de</strong> Lombardía capítulo<br />
en Parma, y encargándole el aclo que se habia <strong>de</strong>tener<br />
en aquella ciudad <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> toda la provincia, <strong>de</strong>fendió<br />
en treinta conclusiones la autoridad <strong>de</strong>l vicario <strong>de</strong> Crislo<br />
contra Lulero y Calvino, enemigos <strong>de</strong>clarados <strong>de</strong> Crislo, y<br />
confutó muebos errores y herejías que habían nacido en<br />
aquel tiempo, con aplauso y admiración <strong>de</strong> cuantos le<br />
oyeron ; porque <strong>de</strong>fendió la silla <strong>de</strong> san Pedro con lanía<br />
fuerza y energía, como si supiera que Dios le babia <strong>de</strong> sentar<br />
algún dia en ella. Empezaron los prelados á ocuparle<br />
en el gobierno, pareciéndoles que su ciencia, virtud y pnr,<br />
<strong>de</strong>ncia hablan <strong>de</strong> componer un perfectísimo superior. Fué<br />
dos veces prior en Yilevano; porque aquella casa, que<br />
le mereció hijo, quiso dos veces gozarle padre. Fuélo<br />
una vez en Songino, y olra en Alva, y llegó á estos puestos<br />
y oíros que tuvo en la religión , por el camino segure)<br />
<strong>de</strong> la obediencia, que conduce á los aciertos, siendo necesario<br />
obligarle con preceptos á que admitiese las elecciones;<br />
nó por el camino déla ambición, que para en<br />
<strong>de</strong>speña<strong>de</strong>ros y precipicios. Con esto se dice cuán bien<br />
cumplió con las obligaciones <strong>de</strong>l prelado. Procuraba ir <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> todos para suavizar á sus súbditos el rigor <strong>de</strong> la<br />
observancia; no fallaba á los mallines <strong>de</strong> media noebe, y<br />
asistía á todas las horas <strong>de</strong>l dia; era muy celoso <strong>de</strong> la<br />
guardado la regla, y muy amoroso con los religiosos;<br />
afervorizaba á los libios , a<strong>de</strong>lantaba á los fervorosos, ensenaba<br />
á los ignorantes , eslimaba á los sabios, consolaba<br />
á los tristes, socorría á los necesitados, y todos hallaban en<br />
el ejemplos, fervor, consuelo, alivio, maestro y padre; y<br />
solo parece que no hallaban superior; porque los trataba<br />
con llaneza y afabilidad <strong>de</strong> hermano y compañero, aunque<br />
no por esto <strong>de</strong>jaba sin castigo las faltas, ni disimulaba con<br />
los culpados. Exhortaba á sus subditos á la oración y estudio<br />
, diciendo: que son como dos pechos que dan sustento<br />
al alma <strong>de</strong>l religioso. Era difícil en dar licencia para<br />
salir fuera <strong>de</strong> casa, diciendo: era in<strong>de</strong>cente que quien<br />
predica penitencia y profesa reliro, ando vagueando pollas<br />
calles y plazas como si fuera seglar. Decia que el goloso<br />
no pue<strong>de</strong> ser casto, y que la comida se ha <strong>de</strong> tomar<br />
como so toma la medicina, solamente lo necesario para<br />
conservarla vida y recobrar la salud. Y lo que ensoñaba,<br />
eso hacia ; porque era gran<strong>de</strong> su abstinencia y riguroso<br />
su ayuno; y así viviendo en Roma , y quejándose un caballero<br />
do que hacia excesivos calores, respondió él:<br />
«Quien poco come y bebe, poco siente el calor <strong>de</strong> Roma.»<br />
Teníase por cosa rara , el verle fuera <strong>de</strong> casa; y cuando<br />
salla, era tal su mo<strong>de</strong>stia y compostura en todas las acciones,<br />
y tan parecido en esto á san Rernardino <strong>de</strong> Sena, como<br />
también, en la disposición <strong>de</strong>l cuerpo y facciones <strong>de</strong>l<br />
rostro, qua algunos le empezaron á llamar Rernardino, y