Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

424 LA. LEYENDA DE OUO. DIA 27.
las mayores mueslras de su piedad , sin que las arredrara
ningún temor ni respeto humano. Ellas asisten valerosas
á los cinco prolongados tormentos , que, á cual
mas terrible, sufrió Cucufate bajo diversos presidentes
romanos; ellas ven con ojo varonil remudarse hasta doce
los ministros de la impiedad , caérsele á Cucufate los in
testinos, asarlo en unas parrillas lardeado con mostaza y
vinagre, azotarle con instrumentos de fierro y correas de
toros , y arrojarle en una espantosa hoguera. Juliana y
Semproniana animan á su santo maestro con una elocuencia
muda, pero eficaz; le vuelven duplicado el espíritu
que les dió al convertirlas : si se desconsuelan como Lorenzo
, es porque quedan huérfanas sin Sixto, su padre
en Jesucristo, y porque no pueden consumar en un mismo
altar con él las víctimas de sus cuerpos. Ellas reciben
en sus senos aquella sangre triunfal que derramó Cucufate
al cortarle la cabeza por órden del impío RuQno; y ali o-
pellando por medio de las lanzas y cuchillos, quitan intrépidas
de las manos de los verdugos su cuerpo sagrado,
y le dan honrosa sepultura , á imitación de lo que las discípulas
fieles y amantes celosas practicaron con el divino
Redentor.
El ciclo les pagó abundantemente este hcióico acto de
caridad, que les mereció desde luego ser presas por órden
dol mismo presidente Rufino. Mas aquel Señor, que no
abandona á sus siervos en las prisiones, hasta presentarles
el cetro del reino por el cual combaten, les comunicó
el mas estraordinario valor, para confesar su santo nombre
ante los potentados de la tierra. No las amedrentó el
imponente aparato de horribles torturas, con que se pretendiera
hacerlas apostatar de la fó y adorar las fementidas
divinidades. Teniendo por ayuda y protector al
mismo Dios de cielo y tierra, en él solo se apoyaron , como
que conocían muy bien sei^ sus fuerzas insuficientes y
nulas para resistir, ya los seductores halagos de inicuas
lenguas y labios mentirosos, ya los rugidos de las fieras
que oyeran; ora los peines y garfios, los ecúleos y catastas
que se construyeran ; ora los terribles potros y llamas
devoradoras que se prepararan. Confiando pues ellas en
la multitud de las misericordias del Señor , por quien padecían
y hubieran dado mil vidas; todos los furores y
amenazas del presidente y sus ministros, se estrellaron en
la invencible constancia de estas dos puras doncellitas,
reluciendo en vasos tan quebradizos el infinito poder y
gracia del Salvador. Por lo que confuso ya el inicuo Rufino
, viendo frustradas todas sus satánicas tentativas, y
desesperado de poder vencer á nuestras santas, manda
furioso que les sean cortadas las cabezas : con cuya gloriosa
muerte, acaecida en el mismo Castro Oclaviano á
los 27 de julio del año 304 , esto es, dos días después
del triunfo de su maestro, lograron las discípulas añadir
á la corona de la virginidad la brillante palma del martirio.
Los sagrados cuerpos de Juliana y Semproniana, como
los de otros innumerables mártires, fueron depositados en
aquel mismo territorio, llamado entonces Castro Octaviano,
y ahora San Cugat, donde tenían los romanos
sus cárceles en tiempo de persecuciones , y cuyo sitio parecia
destinado para ser un semillero de mártires. En el
siglo VIII fueron confiados estos sacros restos á los mongos
benedictinos, habiéndose erigido en el sitio de aquel
presidio romano en el año 782, el nobilísimo monasterio
de San Cugat del Vaílés, uno de los mas antiguos de España
, y otro de los mas célebres de la esclarecida sagrada
congregación claustral benedictina. El zelo de
aquellos santos varones, encargados de honrar y custodiar
estas sagradas reliquias , consiguió salvar lan preciosos
tesoros en medio de los horrendos trastornos quo
siguieron á la invasión sarracénica. Por este medio lograron
las santas discípulas Juliana y Semproniana , juntamente
con su santo maestro Cucufate, público solemne
cuitó. La fiesta de estas santas se celebraba en dicho monasterio,
mientras subsistió , ©1 dia 27 de julio, con rezo,
que antiguamente era propio , y rito doble de primera
clase con octava.
Pero si fué siempre célebre el culto de nuestras santas
en aquel imperial monasterio, lo es igualmente el que
de tiempo inmemorial se les tributa en su afortunada patria
la ilustre ciudad de Mataré, donde anualmente se
celebra con toda pompa y solemnidad su dia natalicio á
27 de julio; venerándolas los malaroneses como á paisanas
suyas, é invocándolas por antonomasia las Santas..
Mataré, siempre devola de sus santas patricias, y solícita
siempre de poseer , ya que no podía esperar sus cuerpos,
á lo ménos alguna parlecita , habia dirigido varias peticiones
al real monasterto de san Cucufate á dicho efecto,
cuando en fin el muy ilustre abad don Ruenavenlura Gayola
y su cabildo monasterial accedió generosamente á
sus justos deseos, concediendo á Mataró reliquias insignes
de sus dos ínclitas patricias; cuya solemne entrega se verificó
el dia 25 de julio del año 1772. Colocadas en una
primorosa urna piramidal, fueron trasladadas religiosamente
á la parroquial iglesia de Mataró; donde con triunfal
aparato, llevadas en hombros de sacerdotes , entraron
el dia siguiente 26 después de mas de catorce siglos
de ausencia: cuya pomposa traslación recuerdan todos
los años los mataroneses con la segunda fiesta que consagran
á sus patricias el dia 28 de julio.
En el año 1821, cuando la general supresión de monges
en España, el 6 de junio del mismo año, el diocesano
de Rarcelona concedió á la misma parroquial iglesia de Mataró,
los demás preciosos restos de Juliana y Semproniana,
que en dos riquísimas urnas guardaba el monasterio de
San Cucufate del Valles, á quien fueron restituidas, luego
de su restauración, acaecida en 1823. Posteriormente en
julio de 1835, cuando el furor revolucionario incendió los
convento» de Barcelona, tocó igual suerte al dicho monasterio
de San Cucufate, donde la piedad de los fieles cuidó
deponer en salvo los cuerpos de los santos que allí se
veneraban , entre ellos los de Juliana y Semproniana,
trasladándolos á Barcelona, á fin de resguardarlos del furor
de los nuevos iconoclastas. Puestas dichas reliquias, á
disposición de la autoridad eclesiástica, y asegurada esta
de su autenticidad, siendo ya suprimidas en España
todas las órdenes monacales y religiosas , en setiembre
del mismo año concedió las de las santas Juliana y Semproniana
á la ciudad de Mataró, accediendo á la solicitud
desús representantes, donde colocadas segunda vez las
preciosas urnas en el grandioso altar mayor de su parroquial
iglesia, son honradas y veneradas con esmerado
culto y devoción.
Mas siempre ansiosa la ciudad de Mataró de
acrecentar
el culto de sus heróicas hijas , humildemente postrada
ante el solio pontificio, está implorando de su santidad
reinante el papa Gregorio XVI, la aprobación de la misa