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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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10G<br />

LA LEYENDA 1)E ORO.<br />

DIA 20.<br />

que olio la dijese <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él: y si á alguno <strong>de</strong>sús compañeros<br />

acaso se le soltaba cualquier palabra liviana, se<br />

corría Bernardino y avergonzaba, y se ponia colorado, como<br />

ló hiciera una purísima doncella. Forestólos otros mozos<br />

que le conocían , se guardaban <strong>de</strong> hablar en su presencia<br />

cosas torpes y libres: y si estando él ausente , las hablablan<br />

entre sí, en viéndole "venir , luego <strong>de</strong>cían: Ola, Bernardino<br />

viene ; <strong>de</strong>jemos estas pláticas. Celebrábaseun día<br />

en Sena la fiesta <strong>de</strong> san Onofre , y habia concurrido tanta<br />

gente á su iglesia, que por no caber en ella, se habia quedado<br />

mucha á la puerta. Vióla Bernardino, y encendido en<br />

amor <strong>de</strong> Dios, y arrebatado en un espíritu , se subió á un<br />

pulpito que estaba allí, y haciendo la seftal <strong>de</strong> la cruz comenzó<br />

á predicar con tanta libertíid , <strong>de</strong>vocion, gracia y<br />

«¡encía, que lodos los oyentes quedaron maravillados, y<br />

alabando al Seficr, por lo que le hiibian oido; aunque no<br />

laltaron algunos hijos <strong>de</strong> este siglo, que interpretando mal<br />

lo que el santo mozo habia hecho, le tuvieron por loco:<br />

mas <strong>de</strong>spués cuando vieron los maravillosos efectos, que<br />

?icndo ya <strong>de</strong> edad madura hizo con su predicación, entendieron<br />

que aquel primer sermón habia sido pronóstico <strong>de</strong><br />

lo que el Señor quería obrar por él. Tenia en Sena una<br />

prima hermana, hija <strong>de</strong> Diana su lia , que se llamaba Tobifl,<br />

religiosa <strong>de</strong>l tercero ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> san Francisco, mujer<br />

<strong>de</strong>vota y <strong>de</strong> vida santísima, á la cual él solía visitar á menudo<br />

y ella le daba saludables consejos.'Hablando con<br />

ella machas veces el casto mozo , le <strong>de</strong>cía qué estaba enamorado<br />

<strong>de</strong> una virgen hermosísima y graciosísima que<br />

le tenía robado el corazón, <strong>de</strong> tal manera que si un solo día<br />

la <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> ver, sin duda espirara y se muriera. Al principio<br />

turbóse Tobia. oyendo <strong>de</strong>cir estas palabras á Bernardino<br />

, temiendo que como mozo no estuviese enlazado<br />

y preso <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> alguna doncella ; aunque sus costurabres<br />

le parecía que le aseguraban, porque eran graves y<br />

mo<strong>de</strong>stas, y contrarias a toda <strong>de</strong>senvoltura. Quiso enterarse<br />

<strong>de</strong> la verdad, y acechándole y mirando á don<strong>de</strong>iba,<br />

le vtó sin ser vista <strong>de</strong> él, que cada dia iba. á una puerta <strong>de</strong><br />

la cíudad'que va á Florencia, y se llama Camoüa, sóbrela<br />

cual estaba una imagen déla Virgen María, nuestra Señora<br />

, muy linda y <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>voción , y que el mozo se<br />

ponia <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ella con las rodillas <strong>de</strong>snudas, y estaba<br />

gran rato en oración, regalándose y entreteniéndose con<br />

la Virgen; y por aquí entendió que ella era aquella doncolla<br />

tan querida <strong>de</strong> Bernardino, y á quien enlráñablemenle<br />

y mas que á sí mismo amaba; y así se lo confosó<br />

él mismo, apretándole mucho Tobia para que le <strong>de</strong>scubriese<br />

la verdad r'mas le dijo, que lo que mas le suplicaba<br />

, que le <strong>de</strong>fendiese <strong>de</strong> los peligros, que como mozo y<br />

<strong>de</strong> buen parecer podía temer <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r la castidad, la cual<br />

estimaba como una joya y tesoro preciosísimo; y toda su<br />

vida fué <strong>de</strong>votísimo <strong>de</strong> nuestra Señora, y antes que se hiciese<br />

religioso, le ayunaba todos los sábados , y «iendo<br />

<strong>de</strong>spués excelenysimo predicador, se esmeraba en las<br />

fiestas déla santísima Virgen, predicando con mas alegría<br />

y fervor sus virtu<strong>de</strong>s y alabanzas. Un dia predicando<br />

dijo en el pulpito : « Yo nací en el dia <strong>de</strong>l Nacimiento <strong>de</strong><br />

nuestra Señora , y en el mismo dia <strong>de</strong>spués nací en la reügion<br />

y tomé el hábito, é hice profesión y dije la primera<br />

misa , é hice el primer sermón , y espero que por sus<br />

merecimientcs nuestro Señor me llevará á su reino. » Después<br />

que hubo aprendido bien la filosofía moral, siendo<br />

<strong>de</strong> edad <strong>de</strong> diez y siete años; se dió á estudiar los sagra-<br />

dos cánones y la divina Escritura, con la cual finalmente<br />

se abrazó con tan gran estudio y voluntad, que <strong>de</strong>jadas<br />

las otras ciencias , se entregó á sola ella, juntando con el<br />

estudio su aprovechamiento y progresos en.la virtud. Maceraba<br />

y afligía su cuerpo con ayunos, disciplinas y cilicios<br />

; dormía vestido y muchas veces en el suelo ; comía<br />

poco y cosas comunes y viles ; era benigno y suave en<br />

su trato y conversación, y siempre con el mismo semblante,<br />

sin que ninguno le viese airado, turbado ó <strong>de</strong>sabrido.<br />

Vino el ano <strong>de</strong> 1Í00, que fué muy calamitoso por una<br />

famosa pestilencia que se encendió en Italia, y entró en la<br />

ciudad <strong>de</strong> Sena, haciendo gran<strong>de</strong> estrago y riza en la gente<br />

, y especialmente en el hospital <strong>de</strong> ISuestra Señora do<br />

la Escala, que es muy insigne, y entonces to era mas, y<br />

recibía á lodos los peregrinos que iban aquel año santo á<br />

Boma, y curaba á les enfermos con gran<strong>de</strong> caridad y solicitud.<br />

Habiendo, pues, muerto en este hospital <strong>de</strong> pestilencia,<br />

no solamente los extraños que para curarse se habían<br />

acogído-á él, sino también los mismos ministros que<br />

los servían, "y embraveciéndose la pestilencia cada día<br />

mas, eran tantos los muertos, que no había quién se atreviese<br />

á entrar en aquel hospital, ni encargarse <strong>de</strong> los enfermos,<br />

temiendo cada uno <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r la vida que se pretendía<br />

dar á ellos. Con esto estaba <strong>de</strong>sierto y.<strong>de</strong>samparado<br />

el hospital, y los pobres peregrinos y enfermos perecían<br />

sin remedio. Movió Dios con su espíritu á nuestro<br />

Bernardino para que-se encargase por su amor <strong>de</strong> obra<br />

tan importante, y que siendo <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> solos veinte años,<br />

y por esto y su natural complexión, mayor su peligro, no<br />

temiese la muerte , sino que se pusiese á cualquier peligro<br />

, por librar á sus prójimos , y servir al Señor en taa<br />

gloriosa empresa. Y porque él solo no bastaba á dar recado<br />

á tantos y á tan contagiosos enfermos, rogó á algunos<br />

mozos bien inclinados amigos suyos , que le ayudasen,<br />

y persuEnlióles que confiasen en Dios, que les daría<br />

vida y salud , pues la arriesgaban por su amor en beneficio<br />

<strong>de</strong> tantos pobres <strong>de</strong>samparados, y cuando él fuese<br />

servido <strong>de</strong> otra cosa , el morir per caridad era un género<br />

<strong>de</strong> martirio glorioso para los que muriesen , y provechoso<br />

ejemplo para los <strong>de</strong>más. Entró san Bernardino en el hospital<br />

con sus compañeros, y por su ejemplo otros le siguieron<br />

; y en el espacio <strong>de</strong> cuatro meses que allí estuvo,<br />

con su cuidado, diligencia y caridad reparó el hospital, dió<br />

vida y salad á muchos, y Dios le guardó para que no so<br />

quemase en medio <strong>de</strong> las llamas, y andando conlinuamenic<br />

entre los que estaban heridos <strong>de</strong> pestilencia , sin perdonar<br />

á trabajo ni excusar el mal olor , ni huir <strong>de</strong> las llagas<br />

asquerosas que manaban podre, ni <strong>de</strong> los otros oficios<br />

masbajos y peligrosos, no murió ni enfermó; porque<br />

el Señor estaba con él y le tenia <strong>de</strong> su mano , hasta que<br />

el mismo Señor fué servido que se aplacase la pestilencia<br />

y cesase aquel azote, con que toda la tierra estaba<br />

afligida. Pero para mayor prueba y corona <strong>de</strong>l santo mozo<br />

Bernardino , en volviendo á su casa adoleció <strong>de</strong> una fiebre<br />

muy aguda, y estuvo en la cama por espacio <strong>de</strong> cuatro<br />

meses, llevando su enfermedad con maravillosa paciencia<br />

y alegría. Luego que sanó, buscó otra ocupación para<br />

ejercitar su caridad , y Dios le ofreció una muy á su propósito.<br />

Tenia san Bernardino una tía suya llamada Bartolomea,<br />

hermana <strong>de</strong> su padre, mujer muy honrada, y viuda,<br />

<strong>de</strong> edad <strong>de</strong> noventa años, y ciega y tan flaca que no so

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