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iA 22. JULIO. 395<br />
allí don<strong>de</strong> estaba mandase á la enfermedad que <strong>de</strong>jase á<br />
Lázaro, y se partiese: porque estaban muy seguras que<br />
Cristo les amaba tiernamente, y por amor <strong>de</strong> ellas á su<br />
Normano, y que bastaba que supiese su necesidad para remediarla<br />
, como lo hizo: porque <strong>de</strong>jando pasar dos dias,<br />
<strong>de</strong>spués que recibió el recado <strong>de</strong> María y Marta, vino á<br />
fcetania: y Marta sabiendo su venida le salió á recibir , y<br />
María avisada en secreto <strong>de</strong> su hermana y llamada <strong>de</strong>l Señor<br />
, luego se levantó <strong>de</strong> don<strong>de</strong> estaba <strong>de</strong>jando á muchos,<br />
que <strong>de</strong> Jerusalen habían venido á visitarla y consolarla<br />
<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su hermano: y en viendo al Señor <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> los que le seguían , se echó á sus pies y lloró muchas<br />
lágrimas <strong>de</strong> amor y dolor: y el Señor se enterneció<br />
con ella, <strong>de</strong> manera, que viéndola llorar, aulló y lloró con<br />
ella : y los circustantes entendieron por las lágrimas <strong>de</strong>l<br />
Salvador, el amor gran<strong>de</strong> que tenia á aquellas dos santas<br />
bermanas: por cuyo respeto resucitó á subermano Lázaro<br />
que estaba ya <strong>de</strong>cuairo dias muerto, y olia mal en la sepullura.<br />
¿ Qué mayores muestr as <strong>de</strong>l amor que tenia á María<br />
Magdalena, pudo dar el Señor que enternecerse tanto<br />
con ella y <strong>de</strong>rramar lágrimas por verla llorar , y resucitar<br />
por sus ruegos á Lázaro cuatriduano? ¿Qué gracia, qué<br />
privilegio tan excelente y singular es el <strong>de</strong> esta santa pecadora<br />
: pues no solamente ella lloró á los piés <strong>de</strong> Cristo,<br />
mas el mismo Cristo lloró por ella? \ O lágrimas preciosi-<br />
•nas <strong>de</strong>l Señor , que bastaron para regar y regalar el alma<br />
<strong>de</strong> la Magdalena, y para dar vida á los muertos y admirar<br />
Y edificar á toda la Iglesia I Por este milagro tan gran<strong>de</strong> y<br />
'an esclarecido , que hizo el Señor en presencia <strong>de</strong> tanta<br />
gente resucitando á Lázaro, creyeron muchos en él: y<br />
para que mas se certificasen <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong>l milagro y<br />
que Lázaro habiaresucitado <strong>de</strong> muerte á vida ; en unconvileque<br />
le hicieron <strong>de</strong> Betania, Lázaro fué uno <strong>de</strong> los que<br />
estaban sentados á la mesa y comia con los <strong>de</strong>más. Fué<br />
esto seis dias antes <strong>de</strong> la pascua, en la cual el Soñor habia<br />
<strong>de</strong> morir: y estando él cenando y Marta sirviendo ála mesa,<br />
María tomó una libra <strong>de</strong> ungúento precioso, hecho <strong>de</strong> las<br />
espigas <strong>de</strong> una yerba muy fragante y olorosa, que se llama<br />
n&rdo, que era lo mas fino , y con gran<strong>de</strong> ternura y<br />
<strong>de</strong>voción, comenzó á ungir los piés <strong>de</strong>l Salvador y á lim-<br />
P'arlos con sus cabellos, y quebrando el vaso para que no<br />
quedase gota, <strong>de</strong>rramó todo aquel suavísimo licor sobre su<br />
sagrada cabeza : pareciéndole, que todo lo que hacia por<br />
su dulce Maestro era poco, y que todo lo mas rico y <strong>de</strong><br />
mayor precio, se <strong>de</strong>bia emplear en servicio <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong><br />
todo.<br />
Como se sintió la fragancia <strong>de</strong> aquel ungüento oloroso que<br />
,a Magdalena habia <strong>de</strong>rramado; Judas, que estaba sentado<br />
Con los otros apóstoles á la mesa, comenzó á murmurar <strong>de</strong> lo<br />
íue había hecho esta santa mujer, y á <strong>de</strong>cir que habia sijm<br />
un <strong>de</strong>sperdicio y <strong>de</strong>rramamiento bien excusado, y que<br />
"era mejor ven<strong>de</strong>r aquel ungüento y dar el precio á los<br />
Pobres: lo cual, como advierte el evangelista san Juan, no<br />
0 dijo Judas por el cuidado que tenia <strong>de</strong> los pobres, sino<br />
P01" cubrir con aquella capa <strong>de</strong> compasión é hipocresía, su<br />
odicia, con la cual sisaba parte <strong>de</strong> las limosnas, que se<br />
aban para los pobres : porque él tenia la bolsa común, y<br />
cuenta con lo que se gastaba. Mas el Señor le fué á la raa-<br />
110' Y como ántes habia <strong>de</strong>fendido á María <strong>de</strong>l fariseo<br />
^Ue la <strong>de</strong>sechaba como á pecadora, y <strong>de</strong> su hermana Marla<br />
tachaba, como á ociosa y <strong>de</strong> poca caridad; así<br />
' 0ra no solamente la e\cusó <strong>de</strong> la falsa compasión y verda<strong>de</strong>ra<br />
avaricia <strong>de</strong> Judas, masía alabó diciendo que la<br />
<strong>de</strong>jasen ; porque habia hecho una buena obra , y que siempre<br />
tendrían pobres á quienes hacer bien, y á él no siempre<br />
le tendrían presente: y que lo que habia hecho la Magdalena<br />
había sido como darle la unción para morir, anticipando<br />
el tiempo <strong>de</strong> su sepultura que estaba cerca, porque<br />
entonces no lo podria hacer, y que en todo el mundo<br />
don<strong>de</strong> aquel hecho é historia evangélica se predicase, seria<br />
alabada la piedad <strong>de</strong> la Magdalena , y aquel amoroso<br />
y abrasado afecto <strong>de</strong> caridad, con que se habia movido á<br />
hacer lo que había hecho. Y esta tan encendida caridad, fué<br />
causa <strong>de</strong> que el Señor aprobase tanto aquella obra, y que<br />
la <strong>de</strong>féndiese <strong>de</strong> los que la murmuraban, y la galardonasecón<br />
boma y gloria perpetua <strong>de</strong> la Magdalena por lodo<br />
el mundo: porque por lo <strong>de</strong>más el que tenia ofrecidos sus<br />
piés á los clavos, y su cabeza á la corona <strong>de</strong> espinas, poco<br />
caso hacia <strong>de</strong> aquel regalo para su cabeza y para sus<br />
piés.<br />
Esta misma caridad llevó á esta santa mujer al monte<br />
Calvario, y la fijó al pié <strong>de</strong> la cruz <strong>de</strong>l Salvador, para que<br />
allí le mirase <strong>de</strong>snudo, atormentado y consumido entredós<br />
ladrones, y <strong>de</strong>rramase mas y mas lasümosas lágrimas,<br />
viendo á su Dios pa<strong>de</strong>cer por sus pecados, que ántes habia<br />
<strong>de</strong>rramado por los mismos pecados, porque cuando regó<br />
con ellas los piés <strong>de</strong>l Salvador, aun no sabia lo que aquellos<br />
pecados que ella lloraba, le habían <strong>de</strong> costar á<br />
él, y que para lavarlos habia él <strong>de</strong> verter mas sangre, que<br />
ella habia <strong>de</strong>rramado lágrimas. Después que le bajaron <strong>de</strong><br />
la cruz, ella seabrazó cen aquel cuerpo tan <strong>de</strong>sfigurado; y<br />
besando con increíble sentimiento las llagas <strong>de</strong> los piés, do<br />
las manos y <strong>de</strong> la cabeza, y mirando aquellos ojos divinos<br />
oscurecidos, el rostro amarillo y afeado , la boca anhelada,<br />
y el pecho abierto y ensangrentado ; traspasada con<br />
una espada aguda <strong>de</strong> dolor, <strong>de</strong>sfallecida y caída quedó<br />
como muerta : mas tornando á lomar las fuerzas, que le<br />
quitaba el dolor y le daba el amor, revivía y moría, porque<br />
no moría, y entraba en aquel sagrado pecho rasgado<br />
y en el corazón <strong>de</strong>l Señor, para morir allí con él; porque<br />
vivir sin él era muerte para ella.<br />
Con este mismo amor, siendo ya sepultado, compró gran<br />
cantidad <strong>de</strong> especies aromáticas para ungirle en el sepulcro,<br />
y hacer lo que no habia podido ántes <strong>de</strong> enterrarle. Y no<br />
bastó la ignominia <strong>de</strong> la cruz, ni la oscuridad <strong>de</strong> la noche,<br />
ni la distancia <strong>de</strong>l sepulcro, ni las guardas <strong>de</strong> los soldados,<br />
ni la rabia <strong>de</strong> los príncipes <strong>de</strong> los sacerdotes, ni todos<br />
los peligros que se le pusieron <strong>de</strong>lante, para espantarla,<br />
y ponerle grima y horror y divertirla <strong>de</strong> su santo propósito.<br />
Vino al sepulcro con otras santas y <strong>de</strong>votas mujeres,<br />
y no hallando al Señor que buscaba, luego á gran priesa<br />
fué ádar nueva álos discípulos como no le habia hallado,<br />
y dado que Pedro y Juan, como los mas queridos y fervorosos<br />
, fuéron corriendo al sepulcro y entraron en él, y<br />
no hallando al cuerpo <strong>de</strong>l Señor, luego se volvieron <strong>de</strong><br />
miedo á su casa, y las <strong>de</strong>más mujeres se partieron; sola<br />
ella no se partió <strong>de</strong> aquel lugar, don<strong>de</strong> pensaba que estaba<br />
su tesoro y lodo el bien <strong>de</strong> su corazón. Entraba en<br />
la cueva <strong>de</strong>l sepulcro y salla; tornaba á entrar y salir<br />
; y habiendo muchas veces hecho esto, nunca se hartaba.<br />
Habláronla dos ángeles; preguntábanle lo que<br />
buscaba y porqué lloraba; pero ella no se satisfizo con la<br />
vista ni con las palabras délos ángeles; porque buscaba y<br />
no hallaba al Señor <strong>de</strong> los ángeles que solo la podía con-