Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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de S¡cili;v Y san Cleto tercero, papa, después de san Pedro,
y márlir del Señor, en una epístola, dice que el visitar
la iglesia da San Pedro era de mayor merecimiento que
el ayunar dos años. Y san Gregorio confiesa que la ciudad
de Roma sin gente armada, y casi sin defensa entre las
espadas y armas de los longobardos, había sido guardada
de Dios por el patrocinio de san Pedro. Y hasta los bárbaros
é impíos principes tuvieron siempre tanto respeto»
las iglesias de San Pedro y San Pablo, que Alarico,rey de
los godos, cuando entró en Roma j la saqueó, mandó que
se gijardasen inviolablemente aquellos templos, y no se
locase á cosa de ellos ni de sus ministros, ni á persona que
á ellos se acogiese. Y Teodora, emperatriz, hereje, mandando
á Antemio que prendiese al papa Vigilio en cualquier
parle que estuviese, anadió: « Fuera de la iglesia de
San Pedro:» porque aunque era extremada su rabia y furor
cijulra Vigilio, é igual á su impiedad, no se atrevió la
perversa emperalriz á perder el respeto á aquel templo,
que de todo el mundo era venerado, y violándole, ofender
al santo apóstol, á quien Dios tanto engrandeció y enriqueció
con tan larga mano. .
Porque cierto parece cosa de grande admiración ver las
gracias, privilegios y prerogativas que sobre todos los
moríales y sobre lodos los otros apóstoles el Señor dió á
san Pedro; porque de todos sus apóstoles á solo Pedro mudó
el nombre , de manera que le durase y fuese propio
suyo: y de Simón le llamó Pedro ó Cofas, que es lo mismo
para darnos á entender que le daba lo que aquel nombre
significaba, haciéndole piedra fundamental de su Iglesia.
A 61 particularmente hizo la revelación de su divinidad y
la distinción de las personas divinas, de la encarnación
del Yerbo y de los misterios de nuestra santa fe, que son
altísimos ó incomprensibles á la razón humana. A Pedro
se da siempre en las sagradas Letras, como dijimos, el
primer lugar entre todos los apóstoles; nó porque fuese
mayor do edad, pues era menor que su hermano san Andrés,
ni por haber sido llamado de Cristo, antes que todos;
sino porque era el primero en la elección del Señor, y cabeza
de los demás: y por eso le mandó Cristo pagar el tributo
por sí y por el mismo Pedro, como padre de familias
y pastor de todos: y así él solo anduvo sobre las aguas,
como lo notó san Bernardo, como anduvo Cristo: y por
esla causa él echó las redes por su mandado, y cogió tantos
y tan grandes peces dos veces milagrosamente, para
denittarcon la una la Iglesia militante, y con la otra la
triuníiUile, como escribe san Agustín. A Pedro prometió y
dió el Señor las llaves de su Iglesia : por Pedro especialmente
hizo oración, para que no faltase su fé, y para que
ayudase y esforzase á sus hermanos: á Pedro solo bautizó
Cristo por su mano entre lodos los apóstoles, como lo escribe
Evodio, obispo de Antioquía, y Clemente Strometco:
Pedro fué el primero á quien lavó los piés, según san Agustín
: á Pedro apareció después de resucitado, primero que
á ningún otro de los apóstoles: á solo Pedro dijo Cristo la
muorte q:ie liabia de morir: Pedro es la boca de todos los
apóstoles: él hablaba por lodos, y como dijimos, es el primero
que promulgó el Evangelio á los judíos: y para confirmarle,
hizo el primer milagro y condenó como juez supremo
á Ananias y Safira , y por revelación de Dios abrió
la puerta á la conversión de los gentiles, bautizando á Corm'lio,
centurión. Por Pedro, como por cabeza de toda la
Iglesia, hacia ella continua y fervorosa oración, citándole
LA LEYKND \ m ORO. DÍA S9.
tenia preso Herodes. Pedro es el que junta concilio y preside
en él, y decreta lo que se ha de seguir; porque este
era su oficio, y aquello se habia de tener por cierto y seguro
que él enseííaba: por eso dice san Pablo que fué á Jerusalen
á ver á Pedro; porque aunque era vaso de Dios
escogido para predicar el Evangelio, quiso conferirlo con
el príncipe de toda la Iglesia, como lo notaron san Crisóstomo,
san Ambrosio, san Gerónimo y Kcumcnio. A solo
Pedro apareció Cristo visiblemente, y le dijo aquellas palabras:
«Voy á Roma para ser crucificado otra vez.» Finalmente
toda la Iglesia católica ha reconocido siempre }
reconoce á Pedro por pastor único y universal, y ha reverenciado
por principales y patriarcales las Iglesias que
fundó san Pedro, que son la romana, alejandrina y anlio -
quena; porque aunque la Iglesia alejandrina no la fundó
san Pedro por su misma persona , fundóla por la de su discípulo
san Marcos, evangelista, el cual la edificó con titulo
de San Pedro; de manera , que aun viviendo el glorioso
apóstol, tuvo iglesia dedicada al Señor en su nombre, como
lo escribe el cardenal Pedro Damiano en un sermón do
san Marcos evangelista. También la santa Iglesia celebra
la Iresta de sola la cátedra de san Pedro, no celebrando la
de los otros apóstoles. Y antiguamente, como dice Atico,
obispo, en las letras que llamaban foncadag, y era como
un símbolo patente de que usaban los cristianos católicos
para conocerse, ayudarse y hospedarse cuando peregri
naban; después del nombre déla Santísima Trinidad, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, ponían los fieles el nombre del
príncipe de los apóstoles, venerándole sobre todos y reconociendo
en él el amor y liberalidad inestimable con que
el Señor le hizo pastor de su rebano, padre de su familia,
maestro de su escuela, cabeza del cuerpo de su Iglesia,
capitán general de su ejército , depositario y dispensador
de su tesoro, portero del cielo, príncipe sobre lodos los reyes
y príncipes de la tierra , y principalísimo ministro do
sus merecimientos y de su sangre; con estos y otros semejantes
títulos le alaban y honran los sanios doctores.
Y el divino Dionisio Areogapita le llama suprema gloria y
ornamento soberano, y pilar ó estribo , ó columna fortísima
y antiquísima de lodos los teólogos. Ua sido tan i espelado
el nombre de Pedro, que ninguno de sus sucesores ha
osado en su asumpeion llamarse Pedro.
Escribió san Pedro dos epístolas canónicas, de las cuales
usa la Iglesia; y de lo que predicó en Roma escribió su
Evangelio san Marcos, intérprete y discípulo suyo: al cual
san Pedro aprobó y mandó que so leyese en las iglesias.
Otros libros, como refiero Ensebio y Sifronio, se dice que
escribió ; como son el de sus Hechos, el Evangelio de Pedro,
el de la Predicación, el Apocalipsi y el del Juicio; pero
todos estos son libros apócrifos, y no recibidos de la Iglesia;
aunque Clemente Alejandrino y Orígenes alegan el
libro de la Predicación de san Pedro, y Rufino hace mención
del libro del Juicio. Murió el bienaventurado san Pedro
á los 29 de junio del afio del Señor de C9, y según Ensebio
y san Gerónimo , el décimocuarto del imperio do
Nerón; aunque el cardenal Baronio dice que fué el décimotercio,
y á los veinte y cinco años de su pontificado, después
que entró la primera vez en Roma, y puso en ella su
cátedra apostólica: al cual tiempo ninguno de los legítimo^
sucesores ha llegado ni vivido tantos años en la silla de
san Pedro. Sus milagros fueron innumerables y las alabanzas
grandes, que de él dicen casi lodos los santos doc-