Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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dióniijlo mandase dar pronla sepultura al cuerpo, no
Obstante de haber sido recIuiz;ido con (bsal'i imk'nlo el
autor de este alentado , suponiendo órden de otro ministro
superior , acompañado de un notario y ocho algoacilcs,
pasó á nolilicar á nuestros religiosos dieran sepultura al
cadáver sin dilación ; y pidiendo estos la orden para obedeceila,
arrabataron los alguaciles el féretro , y precipitadamente
lo encerraron en la sacristía, en donde permaneció
, hasta que habiendo acudido al cardenal vicario;
este declaró, no solo no haber dado órden para que lo scptiltaran
, sino ser su expresa voluntad que lo mantuvieran
expuesto todo el tiempo que pareciera convenicnle para
satisfacer la devoción. La concurrencia era tanta, que fué
necesario valerse de la tropa para contener las avenidas
del pueblo : ni por esto se crea que era el vulgo solo quien
formaba este devoto concurso: preladcs , embajadores y
príncipes de la primera distinción, quisieron ser testigos
de lo que publicaba la fama; y lodos aseguraban que había
quedado corta. El mismo pontífice enyió á uno de sus
camareros para que le informara de todo : dos horas se
detuvo viendo desde el coro lo que pesaba ; y al volver á
la presencia del papa, le dijo lo que al Precursor sus discípulos
hablando de Cristo Señor nuestro: Los ciegos ven;
los cojos andan ; y no se advierten mas que maravillas:
y asi era ; porque de dos ciegos se sabe que lograron la
vista : un paralítico y olio tullido la salud : diversos endemoniados
quedaron libres do los espíritus malignos ; y
grandes pecadores salieron del mal estado , solo con mirar
el rostro del venerable difunto. Eran ya las nueve de la
noche cuando con mucho trabajo pudo la guardia echar
fuera de ia iglesia la gente, publicando que no se le daria
sepultura; pero al amanecer del dia siguiente lo sepultaron
en el plano de la%apilla mayor ; y por la tarde, habiéndose
hecho el reconocimiento, admiraron los que tuvieron
la dicha de hallarse presentes , que aun el cadáver
se manlenia flexible. Antes de pasar tres años después de
la muerte del siervo de Dios so recibieron informaciones
para introducir la causa de su bealiticacion, y en espacio
de año y medio llegaron al número do ciento cuarenta y
tres los milagros que so hablan ya registrado. Pero entre
lodos merece sin duda el primer lugar la conservación del
inslilulo; el cual, no solo no descaeció, como parecía
natural, con la mucrle de su santo padre y fundador, sino
que logró verse reintegrado primero por Alejandro VII al
estado de congregación, con votos simples y juramento
du perseverancia , lodo reservado al ponlílicc, y después
por Clemente IX al estado regular y título de religión con
emisión do los votos solemnes, y comunicación de todos
los privilegios que le habían sido concedidos.
La causa de beatificación del siervo de Dios, no obstante
los gravísimos embarazos que ocurrieron y fueron
superados con repelidos prodigios , llevó feliz curso. El
santísimo padre lienediclo XIII en 1728 aprobó sus virludes
en grado heroico: y nuestro santísimo padre iJenedicto
XIV, que siendo abogado consistorial, trabajó á favor
de la causa ; siendo promotor de la fé, opuso contra
ella animadversiones dignas de su superior talento : siendo
cardenal , concurrió con el favorable sufragio cuando
fueron aprobadas sus virtudes en grado heroico ; elevado
á la silla de san Pedro, en 10 de mayo de 1TÍ8 , aprobó
dos milagros que refiere; y i'dliinamenle en 1 de agosto
del mismo ano declaró su beatificación, cuya primera
LA LEYENDA DE ORO. DÍA 27.
fiesta se celebró en la basílica de san Pedro en el Vaticano,
el dia lúdelos mismos mes y año; y en el dia i%, enquo
puntualmente se cumplía el s glode cíen años en que murió
en la casa de San Pantaleon, se celebró la primera
fiesta en la misma iglesia , aunque por disposición del
sumo pontífice se lo ha señalado para su llesla el día2T,
en que le dieron á sus reliquias sepultura (1).
Escribió su vida el primero en español el padre Episio
de San José, que la dedicó á Garlos 111 el padre don Francisco
María Jlaggi , de los clérigos regulares lealinos de
Palermo, imprimió un comentario de la vida del siervo do
Dios, en latín : después se han impteso en idioma toscauo
varias obras del mismo asunto: la que dejó escrita el padre
Alejo de la Concepción, séptimo general de las Escuelas
Pías, y tradujo en español el padre Antonio de San Medardo;
aunque corre en nombre de don Pedro Aguenza : la
que en crecido volumen dió á luz el padre Inocencio do
San José, y los Compendios que ha publicado el padre Vicente
de San Felipe Neri, cronista general de la religión,
de los cuales el último ha sido traducido en Madrid.
* SAN SIAOUIO, OBISPO Y COXFESOK. — Oriundo de las
Galias, fué obispo de Autun y consagrado para esta dignidad
el año Í5G0. En los variosconcilics que se celebraron
en su tiempo asistió Siagrio , y á su zelo y prudencia so
debe clreslablecimientodelapaz en el monasterio de santa
RadegundadePoitiers.Acompanóalrey Gontrandoenel viaje
que hizo á París para asistir al bautismo de Clotario H
Para dar una prueba de sus talentos y virtudes basladecir
que Gregorio, el Gra- de, Icconfióvariosnegociosdc importancia,
le encomendó los misioneros que enviaba á Inglaterra
con San Agnstin.El mismo papa le concedió el palio mandando
que en adelante los obispos de Autun serian los primeros
déla provincia de Lion después del metropolitano,
y que lendrian el rango de preferencia, aun entre los prelados
mas antiguosenedad ú ordenación. Murió este sanio
en el año 600,
SAN PEMON , ANACORETA. — Brilló como una luz extraordinaria
entre los antiguos padres del desierto , al cual se
retiró por los años 383. Todo el Egipto resonó con la fama
de sus asombrosas penitencias, y sus seis hermanos, que
convencidos por él le habían seguido á la soledad, fueron
también otras tantas lumbreras de no menos magnitud.
Pemon pasaba muchos días seguidos sin tomar alimento
alguno; prohibía á sus discípulos el uso del vino y de lodo
cuanto puede fomentar la sensualidad; esludió conlinuamente
en la vida de los grandes patriarcas de la penitencia
la regla do su conduela, y era lodo su conato ser su
perfecto y puntual imitador. Habiendo los bárbaros asolado
en 393 los desiertos de Scete, Pemon se retiró con
sus hermanos á Terenulh, junio á un antiguo templo de
ídolos, en cuyo sitio permaneció muchos años. La pequeña
comunidad empleaba el tiempo del modo siguiente: do
las doce horas de la noche empleaban cuatro en trabajar,
cuatro en cantar salmos, y otras cuatro en descansar. Do
dia trabajaban hasta la hora dcsexla, leían enseguida hasta
la de nona, y después preparaban sus yerbas y comían. Así
pasaban la vida, esperando ser llamados ála gloriado If
inmortalidad. San Pemon entró en ella por los aflosdeí Í>1 >
después de una existencia consagrada á la santificación de
(I) La bula de su canonización fnó expedida por Clcmoiité
MU , fl Uia 17 de julio do 1770,