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DIA 20.<br />
podia ayudar por si misma, y tenia necesidad <strong>de</strong> quien<br />
la sirviese. A esta lia suya (que á mas <strong>de</strong> las calida<strong>de</strong>s<br />
que he dicho , era <strong>de</strong> muy santa vida, y <strong>de</strong> la tercera ói<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> san Agustín) comenzó san Bernardino á servir, como<br />
si fuera su propia madre, asistiéndola, curándola y regalándola<br />
por espacio <strong>de</strong> un ailo, que fué lo que le duró la<br />
vida. De esta santa vieja, se cree que se le pegó á nuestro<br />
san Bernardino la <strong>de</strong>voción tan cordial y tan entrañable<br />
que tuvo al dulcísimo y amabilísimo nombre <strong>de</strong> Jesús,<br />
como a<strong>de</strong>lante se verá. Con las obras <strong>de</strong> caridad en que se<br />
ejercilaba san Bernardino v crecía cada dia mas la misma<br />
caridad en su alma, y <strong>de</strong>spertaba nuevos <strong>de</strong>seos y nuevos<br />
•ncendios para ir a<strong>de</strong>lante en la virtud. Tenia gran<strong>de</strong>s estímulos<br />
<strong>de</strong> dar libelo <strong>de</strong> repudio á las cosas <strong>de</strong> la tierra, y<br />
librarse <strong>de</strong> una vez <strong>de</strong> los peligros y ondas turbulentas <strong>de</strong>l<br />
siglo, y acogerse al puerto sagrado <strong>de</strong> alguna santa religión<br />
; porque viéndose en la flor <strong>de</strong> su edad, y <strong>de</strong> tan<br />
gentil disposición, que habitaba entre escorpiones y serpientes<br />
, que preíendian robarle y <strong>de</strong>spojarle <strong>de</strong>l tesoro<br />
<strong>de</strong> la castidad, no se le ofrecía mejor medio para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rla<br />
, que huir el cuerpo á las ocasiones, y morir en la<br />
C|'Uz <strong>de</strong>snudo, con Cristo <strong>de</strong>snudo. Pero parecióle que para<br />
acertar en cosa tan gran<strong>de</strong>, y escoger la religión que había<br />
<strong>de</strong> seguir, le convenia primero ensayarse en su casa,<br />
S ocuparse en lodos los ejercicios <strong>de</strong> la religión, y pedir<br />
a nuestro Señor con continua y fervorosa oración, que le<br />
alumbrase y enseñase sa santísima voluntad, y en qué<br />
instituto y ór<strong>de</strong>n se quería servir <strong>de</strong> él. Con esle intento se<br />
recogió en una huerta, don<strong>de</strong> en una casilla que tomó<br />
Para.su vivioiKia? se daba á la oración, vigilias , ayunos<br />
y d'sciplinj,^ llevando cilicio y durmiendo en tierra, cociendo<br />
yerbas y bebiendo agua , y apacentando su alma<br />
Con la lección <strong>de</strong> la sagrada Escritura 5 y muchas veces se<br />
echaba á los píes <strong>de</strong> un Ci ucílijo, y con lágrimas le suplicaba<br />
que le mostrase el camino por don<strong>de</strong> había <strong>de</strong> entrar.<br />
Una vez, estando e» esta oración, sintió <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
su alma una como voz que le <strong>de</strong>cia: « Hijo , tú me vos<br />
aquí <strong>de</strong>snudo y enclavado en una cruz; si tú rae amas y<br />
buscas , aquí me hallarás; pero procura estar tú <strong>de</strong>snudo<br />
y crucificado como lo estoy yo, porque <strong>de</strong> esla manera<br />
mas fácilmente me hallarás.» Con estas palabras y con la<br />
ilustración divina , se <strong>de</strong>terminó á militar <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la<br />
ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l glorioso patriarca san Francisco, porque entre<br />
los otros santos había seguido <strong>de</strong>snudo y perfeclamenle<br />
á Jesucristo. Comunicó esla su <strong>de</strong>terminación con un<br />
gran religioso <strong>de</strong> la misma ór<strong>de</strong>n, que se llamaba fray<br />
Juan Cosloco <strong>de</strong> Sena, y por su consejo vendió la hacienda<br />
que tenia, y la dió toda á los pobres y y siendo <strong>de</strong><br />
veinte y dos anos, tomó el hábito <strong>de</strong> san Francisco en el<br />
convento <strong>de</strong> Sena <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l aliar mayor , el día <strong>de</strong>l Na-<br />
S!"t0 (ie nueslra Señora <strong>de</strong>l añ&<strong>de</strong> 1402, con exlraor<strong>de</strong>vocion<br />
suya , y contentamiento y júbilo da lodinaria<br />
doslosfra-^<br />
—-, que esperaban que aquel mozo había <strong>de</strong> ser<br />
luz y ornamenlo <strong>de</strong> su religión. De este convento <strong>de</strong> san<br />
Francisco <strong>de</strong> Sena, don<strong>de</strong> fué recibido por consejo <strong>de</strong>l<br />
santo fray Juan, se fué á tener su noviciado á otro monasterio<br />
llamado Columbario, áspero , solitario y <strong>de</strong>voto , y<br />
<strong>de</strong> la invocación <strong>de</strong> nuestra Señora, y en que el misrno<br />
Padre san Francisco habia morado, don<strong>de</strong> á la sazón vivían<br />
los religiosos con mayor recogimiento , estrechura y<br />
observancia. En esla casa tuvo su noviciado san Bernardino<br />
, con una vida tan perfecta y tan llena <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción y<br />
MAYO. 107<br />
aspereza, que mas parecía <strong>de</strong> ángel, que <strong>de</strong> hombre en<br />
cuerpo mortal. Acabado el año <strong>de</strong> la probación , hizo su<br />
profesión el mismo dia <strong>de</strong>l ¡Nacimiento <strong>de</strong> nueslra Señora,<br />
su dulcísima abogada. De allí á un año le hicieron cantar la<br />
primera misa, y en ella predicar al pueblo; y fué lanío lo<br />
que agradó en su sermón, y tan raro el espírilu <strong>de</strong>l Señor<br />
que mostró en sus palabras , que los superiores le<br />
mandaron que <strong>de</strong> allí a<strong>de</strong>lante hiciese oficio <strong>de</strong> predicador<br />
<strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n. Pero porque él tenía cierta enfermedad<br />
en la garganta, y la voz bronca y <strong>de</strong>sabrida, suplicó á<br />
nuestro Señor, que si era su. voluntad que predícase como<br />
sus superiores se to mandaban, le quitase aquel impedimento;<br />
y el Señor se lo quitó y 1c dió entera salnd, y manifestó<br />
que le habia escogido para pregonero magnífico <strong>de</strong><br />
su palabra.<br />
El santo lo fué tan perfeclamente, y con lanía coulinuacion,<br />
que en diez y seis años predicó lodos los días una<br />
y mas veces , don<strong>de</strong> había pueblo que le oyese, sin <strong>de</strong>jar<br />
<strong>de</strong> celebrar y seguir el coro , y los trabajos y cargas <strong>de</strong>l<br />
monasterio en que se hallaba, como cualquiera <strong>de</strong> los<br />
oíros frailes. Después que hubo predicado en Sena y Florencia,<br />
y en. las otras parles <strong>de</strong> la Toscana, pasó á la provincia<br />
<strong>de</strong> Lombardía, y corrió las mas principales ciuda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> ella y <strong>de</strong> loda Italia , alumbrándolas con su doctrina<br />
, é inflamándolas con su santísima vida. Predicaba<br />
con tan gran fervor, <strong>de</strong>voción, gracia y celo <strong>de</strong> las almas,<br />
que parecía un nuevo apóstol, enviado <strong>de</strong> Dios al mundo<br />
para componerle y reformarle. Era tan extraordinario el<br />
concurso á sus sermones, que á la hora que él predicaba,<br />
se cerraban las tiendas y cesaban los tribunales y las audiencias,<br />
y en las universida<strong>de</strong>s las lecciones, porque todos<br />
á porfía le querían oír, y por no caber en las iglesias<br />
la gente, era forzado á predicar en las plazas y en los<br />
campos. El fruto era á la medida <strong>de</strong>l auditorio, raro, maravilloso,<br />
y propio <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l Señor; porque en<br />
aquel tiempo estaban en Italia muy en su punto Ios-bandos<br />
<strong>de</strong> los giielfos y gíbelinos, que á guisa <strong>de</strong> su furia infernal<br />
asolaban y <strong>de</strong>struían loda la tierra, sin respeto <strong>de</strong> naturaleza<br />
, sangre y amistad;: se mataban unos á otros,<br />
hasta los hermanos,, y los padres á los hijos, y muchas<br />
ciuda<strong>de</strong>s,, y' pueblos y señores, se abrasaban con<br />
discordias y guerras, las cuales san Bernardino atajó, y<br />
casi extinguió con su predicación. Convirtió <strong>de</strong>más <strong>de</strong>sto<br />
á innumerables pecadores ,.y majeres lascivas y públicamente<br />
malas, á llorar y hacer penitencia <strong>de</strong> sus pecadis,<br />
y volverse <strong>de</strong> veras á Dios. Compungíanse <strong>de</strong> manera,<br />
que le llevaban los hombres los tableros, naipes, dados y<br />
lodos los instrumentos <strong>de</strong> juegos ilícitos; y las mujeres sus<br />
vanida<strong>de</strong>s, afeites, cabellos, aguas, colores, espejos y<br />
vestidos , para que á su voluntad dispusiese <strong>de</strong> ellos, y él<br />
en una hoguera lo mandaba todo abrasar. Y no raénos le<br />
trajeron un gran número <strong>de</strong> nóminas, suertes, hechizos y<br />
supersticiones, para que todo lo quemase, é hiciese jusücía<br />
<strong>de</strong> ello. ¿Quién podrá explicar los otros provechos que<br />
nuestro Señor hizo en las almas por la predioacion <strong>de</strong> este<br />
siervo suyo, en <strong>de</strong>sarraigar los vicios <strong>de</strong> la república y<br />
plantarlas virtu<strong>de</strong>s, reforniar las costumbres, <strong>de</strong>spertar la<br />
gente á la <strong>de</strong>voción, y traerla al conocimiento y menosprecio<br />
<strong>de</strong>l mundo, y á vivir en religión ? No se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />
esto, por ser tanto, en pocas palabras : basta saber, que<br />
san Bernardino fué en loda Italia una trompeta <strong>de</strong>l cielo,<br />
un predicador soberano <strong>de</strong>l Evangelio, un solícito y cui-