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u 2i5.<br />
siendo eslas lonlacioncs lanío mayores , cuanto lo era la<br />
sequedad <strong>de</strong> espíñlu que pa<strong>de</strong>cía; porque era tan gran<strong>de</strong><br />
, que le parecía eslar <strong>de</strong>samparada <strong>de</strong> Dios , y solia<br />
<strong>de</strong>cir, que no sabia si era criatura racional ó nó; antes<br />
bien, que era como una piedra, ó cosa insensible, cuanto<br />
al espíritu. Dábanle en rostro lodos los ejercicios <strong>de</strong> la<br />
•"cligion, y le parecía pesado lo que ánles muy suave , y<br />
amargo lo que tenia por muy dulce: y como las tcnlacioues<br />
eran tan vebemenles, la ofuscaban en gran parle el<br />
entenclimiento, y temia que consenlia en las tentaciones,<br />
»o acertando á discernir bien con la obscuridad entre el<br />
sentimiento y consentimiento ; y esto era lo que mas afligía<br />
su espíritu, pensar que ofendía á su Dios: por lo cual<br />
solia <strong>de</strong>cir: que ella era un agregado <strong>de</strong> malda<strong>de</strong>s , y<br />
causa <strong>de</strong> todos los males que se bacian contra Dios. Decía<br />
también : que lo interior <strong>de</strong> su alma era como una sala<br />
grando, llena <strong>de</strong> tinieblas , con una luz muy pequeña en<br />
medio; porque estaba obscurecida con tentaciones, con solo<br />
una pequeña luz <strong>de</strong> buena voluntad <strong>de</strong> no ofen<strong>de</strong>r á<br />
Wos. Para vencer las tentaciones <strong>de</strong>sbonestas, que singularmeote<br />
afligían su purísima alma, tomaba rigurosísimas<br />
tlisciplínas con abrojos <strong>de</strong> bierro , y andaba ceñida , y<br />
apretada con una cinta, ó pretina <strong>de</strong> clavos, cuyas punlas<br />
^aspasaban la carne,. Una vez que se vió mas acosada<br />
ll!0113 pación, sin po<strong>de</strong>r vencerla con los otros medios,<br />
. evando á 1^ ^ifa apartada un haz <strong>de</strong> espinas y abro-<br />
J0s ; se echó sobre ellos <strong>de</strong>snuda, basta que la sangre que<br />
sal|o <strong>de</strong> las heridas apagó el fuego <strong>de</strong> la sensualidad. Tellía<br />
^ntinua vista intelectual <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, con lo cual vivía<br />
en<br />
continuo espanto y pavor , y <strong>de</strong>cía: que quisiera<br />
mas morir, que pa<strong>de</strong>cer esta pena : y muchas veces se<br />
^ aparecían los <strong>de</strong>monios en horribles figuras <strong>de</strong> monstruos,<br />
leones, perros rabiosos, que arremetían para <strong>de</strong>spedazarla<br />
, y era azotada <strong>de</strong> ellos , arrastrada, echada<br />
l>or las escaleras, y atormentada corporalmentc <strong>de</strong> diversas<br />
manoras; y es cosa maravillosa ver la constancia y<br />
fortaleza que tenia en tantos tormentos, sin mostrar jamás<br />
flaqueza, ni cobardía, ántes viendo las monjas que<br />
lloraban, compa<strong>de</strong>cidas <strong>de</strong> sus trabajos, las consolaba diciendo:<br />
Dejadlos que haganá su gustólo que quisieren;<br />
leyóse, que eKSeñor no les permitirá que hagan mas<br />
ae lo que pudieren sufrir mis fuerzas. Apareciéronselo<br />
Una vez dos <strong>de</strong>monios en figura <strong>de</strong> dos monjas, para per-<br />
Sl>adirle que <strong>de</strong>jase aquella aspereza <strong>de</strong> vida , con que<br />
^agradaba á Dios: acudió á la oración ; y conociendo,<br />
que eran <strong>de</strong>monios, no hizo caso <strong>de</strong> sus persuasiones.<br />
Anadióse á todo esto una frecuente representación imaginaria<br />
<strong>de</strong> las ofensas que hacen los hombres á Dios nuestro<br />
Señor, como sí las viera y oyera corporalraenle: y como<br />
amaba la santa virgen á Dios , no solo como á Señor,<br />
Criador y Re<strong>de</strong>ntor, mas también como Esposo, aunque<br />
a ella le parecía que su amor era tan tibio, sentía extrañamemesus<br />
ofensas.<br />
No <strong>de</strong>jaba el Sefior á su sierva tan <strong>de</strong>samparada en manos<br />
<strong>de</strong> sus enemigos, que no la consolase <strong>de</strong> cuando en<br />
cuando con alguna dulzura y consuelo espiritual, ó reveacmn<br />
eelestíal, para que tomase algún <strong>de</strong>scanso , y cobrase<br />
nuevo aliento para sus peleas. Fué muy regalado el<br />
favor que le hizo una vez Cristo, estando consi<strong>de</strong>rando su<br />
pasión <strong>de</strong>scosa <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer por él; porque le dió un hacacito<br />
dolos instrumentos <strong>de</strong> la pasión , que san Bernardo<br />
fiama : FascicMÍMS Myrrhce, y tomándole la sania Virgen<br />
MAYO.<br />
127<br />
<strong>de</strong> las manos <strong>de</strong> Cristo, llegándosele al pecho, dijo:<br />
Fascimlus Myrrhce diledus meus mihi, inler uhera inca<br />
commorahüur. Y María santísima en otra ocasión se le<br />
apareció con un niño en los brazos , en aquella forma , y<br />
pequenez <strong>de</strong> recién nacido, y se le puso á la santa en los<br />
suyos. Día <strong>de</strong> santo Tomás <strong>de</strong>Aquino, conlemplando la<br />
gloria <strong>de</strong> este angélico doctor, la visitó , y animó á pa<strong>de</strong>cer,<br />
diciéndole: que se le había <strong>de</strong> aumentar la sequedad:<br />
y juntamente le ungió el lado <strong>de</strong>l corazón, y todos sus<br />
sentidoscon odorífero y precioso licor con que se sintió animar<br />
en el espíritu y fortificar en la voluntad, para pa<strong>de</strong>cer<br />
mayores tormentos. Víspera <strong>de</strong> san Agustín, estando<br />
meditando en sus excelencias, mereció ver la gran<strong>de</strong><br />
gloria <strong>de</strong> que gozaba, y <strong>de</strong>spués el santo doctor rezó con<br />
ella á coros maitines , oyendo al mismo tiempo música<br />
suavísima <strong>de</strong> los ángeles. Especialmente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />
vencido alguna gravísima tentación, ó hecho algún acto muy<br />
heroico, la premiaba el Señor con algún favor singular. Habiendo<br />
vencido una gravísima tentación <strong>de</strong> <strong>de</strong>shonestidad,<br />
so le apareció nuestra Señora, y asegurándole que nunca<br />
en tales tentaciones había ofendido á Dios , ni sido vencida<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, le vistió un blanquísimo velo, prometiéndole<br />
, que nunca en a<strong>de</strong>lante sentiría tentación <strong>de</strong>shonesta<br />
ni movimienlo impuro. Después <strong>de</strong> haber vencido<br />
otra tentación gravísima <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar el hábito <strong>de</strong> la religión,<br />
le vistió Cristo interiormente otro hábito misterioso , con<br />
el que quedó invencible para semejantes tentaciones. Tomaba<br />
el <strong>de</strong>monio la figura déla santa , y con ella hurtaba<br />
algunas cosas <strong>de</strong> comer <strong>de</strong>l monasterio para <strong>de</strong>sacreditarla<br />
: pero el Señor <strong>de</strong>scubría luego el engaño, ó hizo,<br />
para acreditarla , algunos milagros por sus merecimientos.<br />
Estando una monja <strong>de</strong> su monasterio paralitica , con retracción<br />
<strong>de</strong> miembros, é hinchada <strong>de</strong>piés á cabeza ; orándola<br />
sania víegen, y haciendo sobro ella la señal <strong>de</strong> la cruz<br />
con una imagen <strong>de</strong> nuestra Señora, la <strong>de</strong>jó <strong>de</strong>l todo sana.<br />
Llevándole una niña en<strong>de</strong>moniada, dijo al <strong>de</strong>monio con<br />
gran<strong>de</strong> imperio : Yo le mondo <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Dios que le vayas<br />
do este cuerpo; y al punto huyó el maí espíiilu.<br />
Volvióse vinagre una cuba <strong>de</strong> vino , que habla en el<br />
monasterio, y la santa con la oración y la señal <strong>de</strong> la cruz<br />
coiiviilió el vinagre en vino muy precioso: y una monja<br />
que pa<strong>de</strong>cía flujo <strong>de</strong> sangre, bebiendo <strong>de</strong> él, sintió gran<strong>de</strong><br />
mejoría, y la segunda vez mayor, y á la tercera cobró<br />
perfecta salud.<br />
llabia en el monasterio una monja que estaba llena <strong>de</strong><br />
llagas asquerosísimas muchos años había: encontróla santa<br />
María Magdalena en lugar apartado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> comulgar;<br />
y movida <strong>de</strong> compasión y <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> mortificarse,<br />
hincada <strong>de</strong> rodillas , se puso á lamerla con su boca las llagas<br />
, dándole esperanza, que presto cobraría salud, como<br />
sucedió ; porque <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> dos ó tres dias, sin advertir en<br />
ello , se halló totalmente sana,'limpia y pura <strong>de</strong> sus llagas<br />
, como si nunca las hubiera pa<strong>de</strong>cido. A otra monja<br />
lega y paralítica sanó con la señal <strong>de</strong> la cruz.<br />
Después <strong>de</strong> la noche viene el día : <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las tinieblas<br />
aparece la luz; y á la trísleza suce<strong>de</strong> la alegría: así<br />
sucedió á nuestra santa virgen, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pasados<br />
los cinco años <strong>de</strong> la probación, fueron las consolaciones<br />
mayores que habían sido las tristezas y tribulaciones , y<br />
salió mas alegre el dia, que había sido tffele la noche. Cinnu'iila<br />
dias ánles <strong>de</strong> acabarse los cinco años, hizo aspe-