Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DÍA 25.
El mismo dia que tomó el hábito, postrada ante su
maestra, le dijo: que ella desde entonces estaba muerta; y
así hiciese de ella, como de un cuerpo muerto, todo lo que
quisiese, morliíicámlole y afligiéndole, como Dios la inspirase.
En todos los ejercicios de humildad, obediencia, mortificación
y devoción, era la primera sin excusarse de ningún
oficio, á que las demás acudían, ni con pretexto de
hacer otra cosa mejor; porque juzgaba que para los religiosos
nada es mejor que el obedecer.
Viendo la afición que tenia á la oración, le daba su
maestra licencia para tener mas oración que la ordinaria;
pero si era en tiempo que las demás novicias se hablan de
ocuparen algún ejercicio corporal, no aceptaba esta gracia,
antes decia: Mas quiero ocuparme en cualquiera obra de
obediencia, aunque sea muy baja, que en cualquiera contemplación
aunque sea muy alta; porque en el hacer los
ejercicios que manda la obediencia, estoy cierta de hacer
la voluntad de Dios, do lo cual no me aseguro cuando
hago oración ú otros ejercicios, aunque sean buenos y santos,
por mi propia voluntad. Mas después de haber asistido,
como Marta, á la acción, buscaba, como María Magdalena
en el nombre, y en el amor, tiempo para estar k los
Pjés de Cristo: para lo cual tomaba todo el que las novi-
Cias tenían de recreación, fuera del que quitaba del sueño;
Y cuando la mac.stra de novicias no le daba licencia para
IPVQr.»
MAYO.
]evai)íarse de noche, se hincaba de rodillas sobre la cama;
Y así la hallaron muchas veces en oración. Teníase por
te menor de todas : servia aun á las legas, y á escondidas
lavaba la ropa que ellas hablan de lavar: harria y hacia
'os otros oGcios humildes, que ellas hablan de hacer, por
Aviarlas del trabajo á costa de su propia fatiga. Trataba
de mejor gana con las mas sencillas : pedia consejo á las
que sabían ménos que ella : imitaba lo bueno que veian en
las demás; y todas tenían mucho que imitar en ella.
Acabado el aíio de noviciado, le dilataron la profesión,
para que la hiciera juntamente con otras novicias, á quienes
faltaba poco tiempo para cumplir. Sintiólo mucho la
santa virgen, porque deseaba verse alada con Cristo, con
aquel lazo triplicado de los votos religiosos, y dijo con espíritu
profélico : Yo no haré la profesión, como pensáis,
COr' las otras novicias ¡ sino que seréis forzadas á dármela
^Hí sola á vuestro pesar. Así sucedió; porque sobrevi-
"'éndole una gravísima enfermedad, que no entendían los
médicos, ni acertaban á curar, la desahuciaron, y el confesor
y las religiosas, porque no muriese sin la profesión*,
que tanto deseaba, se resolvieron á dársela á ella sola, sin
esperar á las demás novicias. Entró el confesor en el convento,
para que profesase en la cama; mas ella pidió que
la llevasen al coro delante de un altar de nuestra Señora,
y allí profesó, dia déla Santísima Trinidad, en 27 de mayo
~e1i.8**i Volviéronla ála enfermería, y dejáronla sola: y
Guindo después de una hora, la hallaron arrebatada en
, 8' sin «so de los sentidos, con el rostro hermosísimo,
y sin accidente ni señal de la enfermedad pasada; pero en
volviendo del rapto, volvía á su enfermedad y accidente
como ánles. Este fué el primer rapto que la vieron las
feligiosas, y duró dos horas enteras, y por los cuarenta
días siguientes tuvo semejantes raptos acabando de comul
^n«¿^a^aíand0H0ras' ^ que le dió el Señor á
MandóleT altiS,mas. Y sobre la humana capacidad.
U COnfesor que acabando el rapto, diese cuenta
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á la madre de novicias, y á la madre sóror Evangelista,
de lo que Dios le daba á entender en él; y la santa, aunque
con mucho sentimiento, lo refería todo y las madres
lo notaban : lo cual observó en lo restante de su vida; y de
esta manera á pesar de su humildad, dejó un tesoro inestimable
en el libro de sus éxtasis y revelaciones, que sé
guarda en su monaslcrio de Santa María de los Angeles.
Como vieron los superiores el camino extraordinario,
por donde llevaba el Señor á esta su sierva, no querían
tenerla en el noviciado, como á las recien profesas, sino
ponerla en celda aparte; pero la humilde virgen suplicó
con grandes instancias, que no la sacasen de entre las otras
novicias, ni de la enseñanza de su maestra; porque era la
mas imperfecta de todas, y mas necesitada del ejemplo de
las novicias, y dirección de su maestra. Con esto prosiguió
siendo profesa, en los ejercicios de novicia, solo que ahora
era mas humilde que antes, viéndose mas favorecida de
Dios. Deseaba mortificarse en todo : y porque las superioras,
viendo que tenía poca salud, le procuraban algunos
alivios, usaba de un modo de padecer que llamaba oculto,
y era mostrar con una santa disimulación, que le era gustoso
aquello á quesentia mayor repugnancia, y penoso
aquello á que tenia inclinación natural: para que de esta
manera le diesen lo penoso, y le negasen lo gustoso, ün
jueves de la semana de pasión del año 11585, le vino deseo
de experimentar en sí aquel dolor, que sintió Cristo en la
cruz, particularmente al apartarse el alma del cuerpo: concedióle
el Señor esta gracia, y sintió unos dolores tan vehementes,
y una agonía tan grande, que sin poderlo sufrir,
decía; Jesús mió, yo no puedo participar tanto de
esas tus penas. Duró en esta aflicción el jueves y viernes
siguiente, y mostrósele Cristo Señor nuestro, como estaba
en la cruz, cuando espiró. El lunes de la semana santa en
un éxtasis se le apareció Cristo, y comupicó á su alma
mucha parte de dolores de su pasión, y vió salir de las
llagas de Cristo cinco rayos de fuego muy resplandecientes,
que con modo maravilloso imprimieron espiritualmcnte
en su alma las cinco llagas, dejando las señales de ellas
correspondientes á los piés, manos y costado. Quiso el Señor
darle á sentir no solamente una parte de los dolores
desu pasión, sino toda su pasión, de la manera que era
capaz; y así el jueves santo siguiente, desde cerca el medio
día tuvo un éxtasis de veinte y seis horas continuas, en
que siguió á Cristo con la meditación desde el cenáculo
hasta la cruz, como si le viera presente padeciendo en el
alma las penas que veia padecer á su Redentor en el cuerpo,
y de tal manera estaba transformada en Cristo, y le representaba
en sí misma, que parecia padecer aun exteriormefile
los mismos tormentos, y remedaba todas aquellas
acciones, que hizo Cristo en su pasión, ya juntando
las manos alrás, al contemplar que lo ataban, ya arrimándose
á una columna, ai contemplar los azotes; y de esta
manera en los otros pasos.
Habiéndola Cristo señalado con la marca de sus llagas,
y échola principalmente de los tormentos de su pasión, la
halló digna de desposarla consigo, y hacerla el favor que
hahecho á las almas mas regaladas. En 2 de abrilde 1 SSo.
víspera de santa Catalina de Sena, tuvo un éxtasis, en que
vió las cosas que hacian contra Dios sus criaturas, de que
ella recibió grandísima pena: y queriendo Cristo consolarla,
se le apareció en medio de Sena, y le dió á entender,
que queria celebrar desposorios con ella. Kncogióse la saa-