Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

432 LA LEYENDA DE ORO
gloriosaMadre al amorosoy piadosollijopor soldado y siervo
suyo fiel, prometiéndolo de seguir su estandarte y dar de coces
al mundo. Al mismo tiempo que él hacia esta oración,
ge sintió en toda la casa un estallido muy grande, y el aposento
donde estaba tembló, quebró una vidriera que en
él habia. Temia mucho la flaqueza desucarne; mas la sacratísima
Virgen y soberana Reinada los ángeles, á quien
él entrañablemente se encomendaba, estando velando una
noche, se le apareció con su preciosísimo Hijo en los brazos,
y con su celestial visitación le infundió el Seflor tanta
gracia y le trocó de manera , que borró de su alma todo
torpe y deshonesto deleite, y desde aquel punto hasta el
último desu vida guardó limpieza y castidad sin mancilla,
con grande entereza y puridad. Habiendo sanado de las
heridas, con ocasión de visitar al duque de Najara, se partió
para nuestra Señora de Monserrate, acompañado de
dos criados, á los cuales despidió en el camino , dándoles
de lo que llevaba. Desde el dia que salió de su casa, tomó
por costumbre el disciplinarse muy ásperamente cada noche:
lo cual guardó por todo el camino; y encendido en el
amor de Dios y abrasado del celo desu honra, referia ya todo
lo que hacia y pensaba hacer á mayor gloria divina, que
este fué siempre como el blasón de san Ignacio, y como el
alma y vida de todas sus obras. También enestecaminohizo
voto de castidad, y ofreció á Cristo nuestro Señor y á su
santísima Madre la pureza de lodo su cuerpo y alma , con
singular devoción y deseo fervoroso de alcanzarla; y alcanzóla
lan entera y cumplida como dijimos. Llegó á Monserrate,
donde hizo una confesión general: cosa bien desacostumbrada
en aquel tiempo. Colgó su espada y daga
dolante del altar de nuestra Señora ; y dando los vestidos
costosos á un pobre, se vistió de un saco despreciado y asperísimo
que le juzgaban todos por cilicio de cerdas, velando
delante de la Virgen toda una noche hasta la mañana,
que fué dia de su Anunciación, dedicándose á Dios por
medio de su Madre para nueva milicia: porque así como los
soldados y caballeros velaban en España lasarmas; asiél veló
las de la milicia espiritual y penitencia. Entre ellas fueron
una cadena de hierro con que se habia de ceñir para
afligir su cuerpo, y otras cadenas mas delgadas para disciplinarse
cruelmente. De allí partió á Manresa, donde por
espacio de un año hizo en el hospital de Santa Lucia, y
en una cueva cerca de un rio, rigurosísima penitencia , y
vida santísima y de suma aspereza : y fué tanta la devoción
que le cobraron los del lugar, que habiendo ya tantos
anos que esto pasó, hay hoy dia en Manresa muy fresca
memoria y grandes rastros de la vida que allí hizo, y los
naturales de aquella ciudad frecuentan con devoción los
lugares en que estuvo y en que hacia oración, pidiendo á
nuestro Señor favor por su intercesión, y tienen puesta
una pirámide para perpetua memoria, en que está escrita
la penitencia y ejemplo de vida que dió allí el siervo de
Dios.
Las elevaciones, raptos y éxtasis eran en el santo continuas
y cuotidianas: muchas veces se le pasaban las noches
de claro en aquella dichosa cueva de sol á sol, como á
otro san Antonio, y le hallaban los ojos fijos en el cielo,
con un semblante de un serafín hecho un fuego, arrobado
y suspenso en Dios. Una vez tuvo un rapto maravilloso que
le duró toda una semana desdo sábado á sábado, en el cual
le mostró el Señor grandes cosas, y el modelo de la religión
que quería que fundase: porque así como al apóstol
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s.-m Pablo en los tres dias que fué arrebatado al tercer
cielo , le mostró Dios que le habia escogido por vaso do
elección y doctor de lás gentes, y le enseñó la traza y gobierno
d« las Iglesias y jerarquía eclesiástica, á imitación
de la celestial; así también á su modo le fué mostrado á
san Ignacio, que Dios le habia escogido para fundador de
una religión que habia de ser de gran fruto en la Iglesia,
enseñándole la forma é idea de cómo quería ser servido en
ella. La misma traza y fin de su religión le mostró el Señor
por el mismo tiempo en una maravillosa revelación, en
que vió á dos compañías de soldados contrarios, una en el
campo de flabilonia , de quien era capitán Lucifer y otra
en un muy ameno campo de Jerusalen, de que era caudillo
Jesucristo: de donde salió san Ignacio con este espíritu
de juntar soldados y compañía para Jesus. Entre oirás admirables
cosas que por este tiempo reveló y enseñó Dios
á su siervo, fué el libro de los ejercicios, con el cual ganó
los compañeros que juntó para fundar la Compañía, y ha
hecho increíble fruto en muchas almas. Este libro divino
compuso san Ignacio , ó Dios por él sin haber estudiado
nada, ilustrado del cielo, inspirado del Espíritu Santo y enseñado
de la Virgen santísima, como ella misma lo reveló
á una gran sierva del Señor. Admiró tanlo á la universidad
de París la sabiduría divina que se encierra en este libro,
que por él quisieron dar grado de doctor á san Ignacio
antes que hubiese estudiado la filosofía.
Casi un año estuvo en Manresa este siervo de Dios, haciendo
la vida que habemos referido, pero el Señor que lo
quería para mayores cosas, le sacó de aquella soledad y
le inspiró que fuése á visitar los sagrados lugares de Jerusalen,
donde habia visto á su capitán Jesús'. Para esto partió
solo y pobre de Manresa para aquella larga jornada,
confiando solamente en el Señor por quien la hacia , quo
le favoreció en toda ella con notables providencias, y le
regaló visitándole muchas veces. El consuelo que recibió
en aquellos santos lugares con la memoria de su Redentor,
no/se puede explicar: y cuanto era de su parle quisiera
quedarse allí y predicará aquellos infieles, juntando cómpafieros
que le ayudasen á tan santa conquista; poro la
disposición de Dios era que en otra parte fundase religión:
para lo cual volvió á España con determinación de estudiar
y lo hizo con grande pobreza y trabajos, edificación
y ejemplo de todos y conversión de muchos. Esludió en
Barcelona, en Alcalá y Salamanca , donde padeció por el
fruto que hacia en muchos, persecuciones, cárceles, cadenas,
con gran gozo de su espíritu, saliendo siempre libre,
y mas honrado y eslimado por varón santo, no hablando él
nada por sí. Últimamente, en la universidad de París donde
también padeció graves persecuciones, acabó sus osludios
y ganó para Dios los mas excelentes mancebos de arpiella
florida universidad en ingenio y letras. Uno de ellos fué
san Francisco Javier, en quien por medio de unos ejercicios,
derramó san Ignacio el fuego de amor de Dios que no
cabia en su pecho, arrojando de él como de volcan divino
, centellas de caridad en todos sus compañeros con que
se abrasaban en amor de Dios y del prójimo. Hizo con
ellos voto de ir á Jerusalen, acabados sus estudios y dejar
todas las cosas del mundo con perpetua pobreza y castidad
, para emplearse totalmente en ayudar á las almas;
pero si dentro de un año no les fuese posible cumplir su
promesa por falla de navegación, ó una vez allá no les
permitiesen quedar, hubiesen de volver á Roma y presen-