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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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<strong>de</strong>l pontífice, volvió Bonifacio muy contento á Gennania, y<br />

habiendo dado a los príncipes sus cartas y sido bien recibido<br />

<strong>de</strong> ellos, puso la mano á la labor y comenzó con<br />

gran<strong>de</strong>s trabajos, fatigas y angustias, y con suma pobreza<br />

<strong>de</strong> todas las cosas, á cultivar aquella tierra yerma y fragosa.<br />

Las diíiculla<strong>de</strong>s que se le ofrecían eran muchas y<br />

gran<strong>de</strong>s : y para po<strong>de</strong>rlas vencer a mas <strong>de</strong> la oración que<br />

continuamente hacia, procuraba que otros amigos suyos<br />

y siervos <strong>de</strong> Dios, con las suyas le ayudasen y favoreciesen<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> su acatamiento; como quien tan bien entendía,<br />

cuan flaco es nuestro brazo, aun para las cosas mínimas,<br />

si no es sustentado y esforzado con el brazo <strong>de</strong> Dios:<br />

en el cual confiado <strong>de</strong>terminó cortar y arrancar un árbol<br />

<strong>de</strong> extraordinaria gran<strong>de</strong>za, que llamaljan el árbol <strong>de</strong> Júpiter,<br />

por estar <strong>de</strong>dicado á los <strong>de</strong>monios, y aunque concurrió<br />

gran multitud <strong>de</strong> paganos, para estorbarlo y matarle,<br />

como á enemigo <strong>de</strong> sus dioses; pero él tuvo fuerte, y<br />

encomenzandoá dar con la segur en el árbol, porvirlud<strong>de</strong>l<br />

cielo cayó hecho pedazos en cnalro partes: y viendo este<br />

milagro los gentiles se convirtieron, y él edificó en aquel<br />

lugar un oratorio en honra <strong>de</strong>l apóstol san Pedro, <strong>de</strong>! cual<br />

era <strong>de</strong>votísimo; y escribió á Eadberga, aba<strong>de</strong>sa, parienla<br />

<strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Concio en Inglaterra, rogándola que le hiciese<br />

escribirlas epístolas <strong>de</strong>san Pedro con letras <strong>de</strong> oro y se las<br />

envíase, para llevarlas consigo como un preciosísimo tesoro<br />

; pues el mismo apóstol san Pedro por su sucesor le bahía<br />

mandado predicar. No se contentó este santo con alumbrar<br />

á los infieles y sacarlos <strong>de</strong> la sombra <strong>de</strong> la mueríe,<br />

en que estaban, y fueron cien mil y mas los que convirtió;<br />

s'no también puso mucho cuidado en arrancar las espinas<br />

^malezas <strong>de</strong> losvicios que entre los fieles y cristianos habían<br />

crecido: y en esto tuvo mucho que bacery pa<strong>de</strong>cer, pa-<br />

'"a •'csistirá los que abrasados con sus vicios le perseguían,<br />

Y a'gunos herejes que con nombre falso <strong>de</strong> católicos sembraban<br />

la cizaña <strong>de</strong> sus errores entre el buen trigo <strong>de</strong>l<br />

Señor. Entro los otros templos que edificó en Thuringia,<br />

fué uno al arcángel san Miguel, por una revetecion, que<br />

tuvo <strong>de</strong> esta manera. Estaba una noche velando y orando,<br />

á la ribera <strong>de</strong> un rio: aparecióselc san Miguel con tan gran<br />

claridad, que todo aquel lugar don<strong>de</strong> estaba resplan<strong>de</strong>cía.<br />

Confortóle el glorioso arcángel, y animóle para que lleva ­<br />

se a<strong>de</strong>lante lo que había comenzado. Dijo allí misa á la<br />

mañana, y queriendo comer, no buho cosa quedare; y él<br />

mandó que se aparejase la mesa, teniendo por cierto que<br />

Diosie proveería. Al punto bajó una ave volando, que Iraia<br />

un pez en el pico, que bastaba para comer aquel día, y<br />

púsole <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la mesa. Hizo gracias al Señor Bonifacio:<br />

comió <strong>de</strong>l pez y mandó echar en el rio lo que le bahía sobrado.<br />

Y por esta visión y aparición que tuvo <strong>de</strong> san Miguel,<br />

le hizo labrar allí el templo, como sedice en su vida.<br />

, Mientras que san Bonifacio se ocupaba en estes ejerci-<br />

Clc^ y como el sol alumbraba aquellas partes oscuras y<br />

"gmosas <strong>de</strong> la gentirdad, murió en Boma el santo pon-<br />

"hce Gregorio II, á los 11 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong>l afio <strong>de</strong> 731, y<br />

en su lugar fué elegido otro Gregorio III; y cuancTó l!oni-<br />

,acio lo supo, luego le envió sus embajadores para darle<br />

^ obediencia, como á vicario <strong>de</strong>Crisfo é informarle <strong>de</strong>l fruto<br />

que se había hecho en Alemania, y proponerle algunas<br />

Jeyes quetenia en el gobierno <strong>de</strong> aquella santa Iglesia que<br />

Dios iba plantando. El nuevo pontífice se alegró mucho<br />

con tan buenas nuevas, por ver que se propagaba la glona<br />

<strong>de</strong> Cristo, y le concedió lo que pedia, respondiendo &<br />

JUNIO. 179<br />

sus dudas y olí as cosas que no pedia; porque le hizo arzobispo,<br />

y le envió el palio, dándole ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cómo lo<br />

había <strong>de</strong> usar; mandándole que or<strong>de</strong>nase obispos don<strong>de</strong><br />

fuese menester. Con estos favores y gracias <strong>de</strong> la se<strong>de</strong><br />

apostólica, se consoló por extremo san Bonifacio, é bizo<br />

gracias á Dios, y labró dos iglesias, una á san Pedro<br />

y otra á san Miguel arcángel, y junto á ellas dos<br />

monasterios, para que los mongos que habitaban en<br />

ellos continuamente alabasen al Señor. De aquí pasó<br />

á la provincia <strong>de</strong> Baviera, y la ilustró con su predicación,<br />

y <strong>de</strong> allí pasó á Boma, acompañado <strong>de</strong> mucha<br />

y muy lucida gente <strong>de</strong> Francia, Inglaterra y Baviera<br />

: parte por su <strong>de</strong>voción , para pedir favor al Señor<br />

por intercesión <strong>de</strong> los apóstoles san Pedro y san Pablo; y<br />

parte por conocer al nuevo y santo pontífice, y conferir con<br />

él las cosas en que dudaba, para bien <strong>de</strong> los fieles ya<br />

convertidos, y <strong>de</strong> los que esperaba se habían <strong>de</strong> convertir,<br />

y para <strong>de</strong>sarraigar los malos usos y <strong>de</strong>pravadas costumbres<br />

que entre los cristianos se habían introducido. Todo<br />

se hizo como san Bonifacio <strong>de</strong>seaba, y el papa le dió su<br />

bendición, y muchas reliquias y dones, y todas las letríis<br />

apostólicas que quiso, para los principes, obispos y pueblos<br />

<strong>de</strong> Gennania , para don<strong>de</strong> volvió, y <strong>de</strong> camino visitó<br />

al rey délos longobardos, y por reverencia <strong>de</strong> san Agustín,<br />

cuyo cuerpo está en la ciudad <strong>de</strong> Pavía, se <strong>de</strong>tuvo allí<br />

con el rey algunos días; y babiendo sido convidado <strong>de</strong>l<br />

duque <strong>de</strong> Baviera, Utilon, llegó á aquella provincia y predicó<br />

en ella con gran fruto , ó inslifuyó tres obispos para<br />

<strong>de</strong>sterrar algunos , que no siéndolo, se hacían obispos.<br />

Y siendo muerto Cárlos Martelo, y babiéndole sucedido<br />

dos hijos suyos, Pipino y Cario Magno, procuró qne se celebrase<br />

concilio, que ya por espacio <strong>de</strong> ochenta años no se<br />

había celebrado, para reparar los daños innumerables que<br />

habían resultado <strong>de</strong> darse las Iglesias por favor á los legos<br />

idiotas y hombres perdidos, y <strong>de</strong> haber promovido á los<br />

ór<strong>de</strong>nes mayores á personas criadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su niñez en los<br />

vicios: los cuales, por babor hecho callos en ellos, vivían<br />

torpe y disolutamente, y escandalizaban el pueblo é inficionaban<br />

y afeaban el grado y dignidad sacerdotal. En<br />

este concilio se halló Cario Magno, y en él presidió san<br />

Bonifacio, como'legado do la se<strong>de</strong> aposlólica , y se or<strong>de</strong>naron<br />

muchas cosas, muy útiles para el culto divino y<br />

bien <strong>de</strong> la Iglesia; y algunos clérigos y obispos fueron<br />

privados <strong>de</strong> su dignidad, y entre ellos un arzobispo <strong>de</strong><br />

Maguncia, llamado Gervilio, por haber muerto por su mano<br />

á un soldado que en guerra había miierlo á su pfidre.<br />

Fn su lugar <strong>de</strong> este arzobispo <strong>de</strong> Maguncia sucedió san<br />

Bonifacio, por voluntad <strong>de</strong> Cario Magno y <strong>de</strong> Pipino -su<br />

hermano, y confirmación <strong>de</strong>l sumo pontífice Zacarías, que<br />

había sucedido á Gregorio, papa III, ya difunto ; al cual<br />

escribió san Bonifacio con Rruchardo, obispo <strong>de</strong> Horbipoli,<br />

suplicándole hiciese otro arzobispo <strong>de</strong> Maguncia, y enviase<br />

á Alemania otro mejor que él, para que en nombre do<br />

la se<strong>de</strong> aposló'ica fuese legado é hiciese los negocios <strong>de</strong><br />

ella. Es'o escribió Bonifacio , papa , por haber entendido<br />

que algunos maloshombres le habían calumniado y puesto<br />

mal con su santidad,^' creído que el papa les había dado<br />

crédito, aunque en esto segundo, como hombre, se engañó.<br />

Pero san Zacarías, como pastor santo y benigno , respondió<br />

amorosamente á Bonifacio, y le dio satisfacción do<br />

lo que escribía, y le alabó <strong>de</strong> lo que Dios había obrado<br />

por él, y le exhortó á llevar a<strong>de</strong>lántelo que para tantaglo-

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