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<strong>de</strong>l pontífice, volvió Bonifacio muy contento á Gennania, y<br />
habiendo dado a los príncipes sus cartas y sido bien recibido<br />
<strong>de</strong> ellos, puso la mano á la labor y comenzó con<br />
gran<strong>de</strong>s trabajos, fatigas y angustias, y con suma pobreza<br />
<strong>de</strong> todas las cosas, á cultivar aquella tierra yerma y fragosa.<br />
Las diíiculla<strong>de</strong>s que se le ofrecían eran muchas y<br />
gran<strong>de</strong>s : y para po<strong>de</strong>rlas vencer a mas <strong>de</strong> la oración que<br />
continuamente hacia, procuraba que otros amigos suyos<br />
y siervos <strong>de</strong> Dios, con las suyas le ayudasen y favoreciesen<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> su acatamiento; como quien tan bien entendía,<br />
cuan flaco es nuestro brazo, aun para las cosas mínimas,<br />
si no es sustentado y esforzado con el brazo <strong>de</strong> Dios:<br />
en el cual confiado <strong>de</strong>terminó cortar y arrancar un árbol<br />
<strong>de</strong> extraordinaria gran<strong>de</strong>za, que llamaljan el árbol <strong>de</strong> Júpiter,<br />
por estar <strong>de</strong>dicado á los <strong>de</strong>monios, y aunque concurrió<br />
gran multitud <strong>de</strong> paganos, para estorbarlo y matarle,<br />
como á enemigo <strong>de</strong> sus dioses; pero él tuvo fuerte, y<br />
encomenzandoá dar con la segur en el árbol, porvirlud<strong>de</strong>l<br />
cielo cayó hecho pedazos en cnalro partes: y viendo este<br />
milagro los gentiles se convirtieron, y él edificó en aquel<br />
lugar un oratorio en honra <strong>de</strong>l apóstol san Pedro, <strong>de</strong>! cual<br />
era <strong>de</strong>votísimo; y escribió á Eadberga, aba<strong>de</strong>sa, parienla<br />
<strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Concio en Inglaterra, rogándola que le hiciese<br />
escribirlas epístolas <strong>de</strong>san Pedro con letras <strong>de</strong> oro y se las<br />
envíase, para llevarlas consigo como un preciosísimo tesoro<br />
; pues el mismo apóstol san Pedro por su sucesor le bahía<br />
mandado predicar. No se contentó este santo con alumbrar<br />
á los infieles y sacarlos <strong>de</strong> la sombra <strong>de</strong> la mueríe,<br />
en que estaban, y fueron cien mil y mas los que convirtió;<br />
s'no también puso mucho cuidado en arrancar las espinas<br />
^malezas <strong>de</strong> losvicios que entre los fieles y cristianos habían<br />
crecido: y en esto tuvo mucho que bacery pa<strong>de</strong>cer, pa-<br />
'"a •'csistirá los que abrasados con sus vicios le perseguían,<br />
Y a'gunos herejes que con nombre falso <strong>de</strong> católicos sembraban<br />
la cizaña <strong>de</strong> sus errores entre el buen trigo <strong>de</strong>l<br />
Señor. Entro los otros templos que edificó en Thuringia,<br />
fué uno al arcángel san Miguel, por una revetecion, que<br />
tuvo <strong>de</strong> esta manera. Estaba una noche velando y orando,<br />
á la ribera <strong>de</strong> un rio: aparecióselc san Miguel con tan gran<br />
claridad, que todo aquel lugar don<strong>de</strong> estaba resplan<strong>de</strong>cía.<br />
Confortóle el glorioso arcángel, y animóle para que lleva <br />
se a<strong>de</strong>lante lo que había comenzado. Dijo allí misa á la<br />
mañana, y queriendo comer, no buho cosa quedare; y él<br />
mandó que se aparejase la mesa, teniendo por cierto que<br />
Diosie proveería. Al punto bajó una ave volando, que Iraia<br />
un pez en el pico, que bastaba para comer aquel día, y<br />
púsole <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la mesa. Hizo gracias al Señor Bonifacio:<br />
comió <strong>de</strong>l pez y mandó echar en el rio lo que le bahía sobrado.<br />
Y por esta visión y aparición que tuvo <strong>de</strong> san Miguel,<br />
le hizo labrar allí el templo, como sedice en su vida.<br />
, Mientras que san Bonifacio se ocupaba en estes ejerci-<br />
Clc^ y como el sol alumbraba aquellas partes oscuras y<br />
"gmosas <strong>de</strong> la gentirdad, murió en Boma el santo pon-<br />
"hce Gregorio II, á los 11 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong>l afio <strong>de</strong> 731, y<br />
en su lugar fué elegido otro Gregorio III; y cuancTó l!oni-<br />
,acio lo supo, luego le envió sus embajadores para darle<br />
^ obediencia, como á vicario <strong>de</strong>Crisfo é informarle <strong>de</strong>l fruto<br />
que se había hecho en Alemania, y proponerle algunas<br />
Jeyes quetenia en el gobierno <strong>de</strong> aquella santa Iglesia que<br />
Dios iba plantando. El nuevo pontífice se alegró mucho<br />
con tan buenas nuevas, por ver que se propagaba la glona<br />
<strong>de</strong> Cristo, y le concedió lo que pedia, respondiendo &<br />
JUNIO. 179<br />
sus dudas y olí as cosas que no pedia; porque le hizo arzobispo,<br />
y le envió el palio, dándole ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cómo lo<br />
había <strong>de</strong> usar; mandándole que or<strong>de</strong>nase obispos don<strong>de</strong><br />
fuese menester. Con estos favores y gracias <strong>de</strong> la se<strong>de</strong><br />
apostólica, se consoló por extremo san Bonifacio, é bizo<br />
gracias á Dios, y labró dos iglesias, una á san Pedro<br />
y otra á san Miguel arcángel, y junto á ellas dos<br />
monasterios, para que los mongos que habitaban en<br />
ellos continuamente alabasen al Señor. De aquí pasó<br />
á la provincia <strong>de</strong> Baviera, y la ilustró con su predicación,<br />
y <strong>de</strong> allí pasó á Boma, acompañado <strong>de</strong> mucha<br />
y muy lucida gente <strong>de</strong> Francia, Inglaterra y Baviera<br />
: parte por su <strong>de</strong>voción , para pedir favor al Señor<br />
por intercesión <strong>de</strong> los apóstoles san Pedro y san Pablo; y<br />
parte por conocer al nuevo y santo pontífice, y conferir con<br />
él las cosas en que dudaba, para bien <strong>de</strong> los fieles ya<br />
convertidos, y <strong>de</strong> los que esperaba se habían <strong>de</strong> convertir,<br />
y para <strong>de</strong>sarraigar los malos usos y <strong>de</strong>pravadas costumbres<br />
que entre los cristianos se habían introducido. Todo<br />
se hizo como san Bonifacio <strong>de</strong>seaba, y el papa le dió su<br />
bendición, y muchas reliquias y dones, y todas las letríis<br />
apostólicas que quiso, para los principes, obispos y pueblos<br />
<strong>de</strong> Gennania , para don<strong>de</strong> volvió, y <strong>de</strong> camino visitó<br />
al rey délos longobardos, y por reverencia <strong>de</strong> san Agustín,<br />
cuyo cuerpo está en la ciudad <strong>de</strong> Pavía, se <strong>de</strong>tuvo allí<br />
con el rey algunos días; y babiendo sido convidado <strong>de</strong>l<br />
duque <strong>de</strong> Baviera, Utilon, llegó á aquella provincia y predicó<br />
en ella con gran fruto , ó inslifuyó tres obispos para<br />
<strong>de</strong>sterrar algunos , que no siéndolo, se hacían obispos.<br />
Y siendo muerto Cárlos Martelo, y babiéndole sucedido<br />
dos hijos suyos, Pipino y Cario Magno, procuró qne se celebrase<br />
concilio, que ya por espacio <strong>de</strong> ochenta años no se<br />
había celebrado, para reparar los daños innumerables que<br />
habían resultado <strong>de</strong> darse las Iglesias por favor á los legos<br />
idiotas y hombres perdidos, y <strong>de</strong> haber promovido á los<br />
ór<strong>de</strong>nes mayores á personas criadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su niñez en los<br />
vicios: los cuales, por babor hecho callos en ellos, vivían<br />
torpe y disolutamente, y escandalizaban el pueblo é inficionaban<br />
y afeaban el grado y dignidad sacerdotal. En<br />
este concilio se halló Cario Magno, y en él presidió san<br />
Bonifacio, como'legado do la se<strong>de</strong> aposlólica , y se or<strong>de</strong>naron<br />
muchas cosas, muy útiles para el culto divino y<br />
bien <strong>de</strong> la Iglesia; y algunos clérigos y obispos fueron<br />
privados <strong>de</strong> su dignidad, y entre ellos un arzobispo <strong>de</strong><br />
Maguncia, llamado Gervilio, por haber muerto por su mano<br />
á un soldado que en guerra había miierlo á su pfidre.<br />
Fn su lugar <strong>de</strong> este arzobispo <strong>de</strong> Maguncia sucedió san<br />
Bonifacio, por voluntad <strong>de</strong> Cario Magno y <strong>de</strong> Pipino -su<br />
hermano, y confirmación <strong>de</strong>l sumo pontífice Zacarías, que<br />
había sucedido á Gregorio, papa III, ya difunto ; al cual<br />
escribió san Bonifacio con Rruchardo, obispo <strong>de</strong> Horbipoli,<br />
suplicándole hiciese otro arzobispo <strong>de</strong> Maguncia, y enviase<br />
á Alemania otro mejor que él, para que en nombre do<br />
la se<strong>de</strong> aposló'ica fuese legado é hiciese los negocios <strong>de</strong><br />
ella. Es'o escribió Bonifacio , papa , por haber entendido<br />
que algunos maloshombres le habían calumniado y puesto<br />
mal con su santidad,^' creído que el papa les había dado<br />
crédito, aunque en esto segundo, como hombre, se engañó.<br />
Pero san Zacarías, como pastor santo y benigno , respondió<br />
amorosamente á Bonifacio, y le dio satisfacción do<br />
lo que escribía, y le alabó <strong>de</strong> lo que Dios había obrado<br />
por él, y le exhortó á llevar a<strong>de</strong>lántelo que para tantaglo-