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1HA 19. .UIL10. 377<br />
'lacer las misiones á los pobres lahradores en villas y lugares<br />
pequeños: asistir á los galeotes y otros semejantes:<br />
cn que se ve la pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> asistir por una parlo á los<br />
que so hallan mas <strong>de</strong>samparados <strong>de</strong> sustento espiritual,<br />
y guardar á los suyos <strong>de</strong> peligros, con este trato <strong>de</strong> gente<br />
sencilla. Y si bien con el progreso <strong>de</strong>l tiempo ha abrazado<br />
^ congregación empleos <strong>de</strong> lustre, como los ejercicios <strong>de</strong><br />
los or<strong>de</strong>nandos, seminarios, conferencias <strong>de</strong> eclesiásticos,<br />
y otros <strong>de</strong> este tenor no ménos celebrados que úülcs,ha<br />
sido no ménos dictado <strong>de</strong> una gran pru<strong>de</strong>ncia;<br />
pues el criar buenos curas y sacerdotes, es asegurar el<br />
h'Uto <strong>de</strong> sus apostólicos sudores en los al<strong>de</strong>anos.<br />
Ki se <strong>de</strong>ja conocer ménos su pru<strong>de</strong>ncia en el distribuir<br />
las reglas á su congregación, que ánles las vió puestas<br />
en ejecución que impresas en el libro, y tan acomodadas<br />
al fia <strong>de</strong>l instituto , y tan suaves, que ellas mismas<br />
convidan á su. observancia. €on ellas y con otras instrucciones<br />
previno los inconvenientes que podian nacer en<br />
el ejercicio <strong>de</strong> las misiones, <strong>de</strong> relajación en los misioneros,<br />
siendo ellas ocasión <strong>de</strong> mayor libertad; or<strong>de</strong>nando<br />
que fuesen á las misiones muchos sacerdoles juntos,<br />
y uno <strong>de</strong> ellos fuese señalado director <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más por<br />
el superior <strong>de</strong> la casa, con su misma autoridad para mandar,<br />
prohibir y obligar á la observancia, y con una total<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia do dicho director; <strong>de</strong> suerte, que ni salir <strong>de</strong><br />
la iglesia, ni mudarse <strong>de</strong> mi confesonario á otro pue<strong>de</strong>n<br />
s'n su licencia. Or<strong>de</strong>nó asimismo, qne en las misiones<br />
Sc tuviese la oración, rezado y exámenesdu conciencia<br />
0n común cada dia, con su conferencia espiritual cada<br />
Jojana, yendo juntos ála iglesia y volviendo juntos á<br />
Sli habitación mañana y lardo. Tor fin, que viviesen cotoo<br />
en casa; para que hiciesen el bien espiritual en los<br />
•'hos sin per<strong>de</strong>r nada <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r á su perfección. Lo que<br />
basta aquí se ha referido <strong>de</strong> estas virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> san Vieonte,<br />
se podría contar <strong>de</strong> su castidad , <strong>de</strong> su mortificación,<br />
<strong>de</strong> su obediencia, <strong>de</strong> su mansedumbre y do las<br />
<strong>de</strong>más, que todas concurrieron á formar este varón gran<strong>de</strong>;<br />
mas la brevedhd <strong>de</strong> esta obra no lo permite. Solo<br />
queda tratar do los milagros con que Dios ha -querido<br />
lloarará su fiel siervo, y manifeitar su santidad. Estos<br />
han sido muchos, con los cuales los necesitados han conseguido<br />
milagrosamente remedio por su intercesión, asi<br />
en el reino <strong>de</strong> Francia, como en otras pai'lcs. Mas como<br />
i'eferirlos lodos seria faltar al intento que llevamos <strong>de</strong><br />
Iwevo narración ¡ y <strong>de</strong> otra parle, antes <strong>de</strong> beatificar la<br />
iglesia algún siervo <strong>de</strong> Dios, se tiene una congregación<br />
Particular, don<strong>de</strong> con exactísimo examen se averiguan<br />
•Slls milagros, y es estilo <strong>de</strong> la santa se<strong>de</strong> el aprobar<br />
l,'es <strong>de</strong> ellos, y á nuestro santo aprobó cuatro; nos conlen-<br />
''"''"noscon referir estos cuatro solamente.<br />
El primero fué, que Nicolás Compoin, ciudadano <strong>de</strong> Pas><br />
y Ana su mujer, tenian un hijo llamado Claudio José,<br />
0 edad <strong>de</strong> diez años, que asaltado <strong>de</strong> una repentina y<br />
gemente fluxión álos ojos , perdió la vista, y en pocos<br />
'as los párpados se pegaron y cerraron tan estrechamenfl"eno<br />
hubo forma <strong>de</strong> abrirles, ni aun para ver si la<br />
funlí^ 0'Í0 e3tal)a quobrada' como se ÍaxS''^a cori jw><br />
ol'm;*mento, por eígran dolor que en los ojos pa<strong>de</strong>cía<br />
jese|!ferino. Aplicáronle sus padres una cierta agua que<br />
"'eren por algunos dias, y no sirvió <strong>de</strong> nada; y el muesr)0'10<br />
se quedó ciego por año y medio, sin quedar<br />
' ranza <strong>de</strong> sanar: cuando á persuasión <strong>de</strong> una <strong>de</strong>vola<br />
TOMO II.<br />
viuda, llamada Juliana Henaut, que babia conocido á san<br />
Viccnle y probado los efectos <strong>de</strong> su caridad, la madre<br />
llevó á su hijo ciego encima <strong>de</strong>l sepulcro <strong>de</strong> nuestro santo,<br />
con la intención <strong>de</strong> hacer una novena , para alcanzar su<br />
intercesión con Dios para la vista <strong>de</strong> su hijo. ¡Caso<br />
estupendo! La primera mañana, esíando orando la madre<br />
y el hijo ciego en dicho sepulcro, ambos ojos cerrados,<br />
como se ha dicho, por año y medio basta aquel<br />
punto, se abrieron súbitamente; y Claudio interrumpiendo<br />
la oración <strong>de</strong> su madre, <strong>de</strong> improviso le dijo : Mi madre,<br />
yo veo una señora que está <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> mí. Preguntóle la<br />
madre: ¿Cómo va vestida? De colorado, respondió Claudio;<br />
y así fué: porque enfrente <strong>de</strong>l muchacho estaba haciendo<br />
oración una dama vestida <strong>de</strong> hábito <strong>de</strong> ropa colorada.<br />
Salió alegre la madre <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dadas gracias,<br />
con Claudio su hijo, no llevándolo <strong>de</strong> la mano, porque<br />
no necesitaba <strong>de</strong> guia, viendo perfectamente. El padre,<br />
que habia visto salir <strong>de</strong> casa á su hijo ciego, quedó muy<br />
consolado, viéndolo con vista y sin mal alguno en los<br />
ojos. Así continuó <strong>de</strong>spués Claudio siempre con vista, y<br />
aprendió el arte <strong>de</strong> hacer trenzados, que pi<strong>de</strong> buena<br />
vista.<br />
El segundo milagro fué que María Ana, hija da Malurino<br />
Lullier y <strong>de</strong> Quintana , su mujer , vecinos <strong>de</strong> la parroquia<br />
<strong>de</strong> san Lorenzo, arrabal <strong>de</strong> París, se hallaba <strong>de</strong> edad<br />
<strong>de</strong> ocbo años sin haber podido proferir una palabra ni dar<br />
un paso, ni aun tenerse en pié, teniendo las piernas inútiles,<br />
como si fuesen rompidas. Dieron consejo ásus padres<br />
<strong>de</strong> proveerla do muletas : mas en vano; porque la niña<br />
no se podia valer <strong>de</strong> ellas, ni regirse en modo alguno, <strong>de</strong><br />
suerte, que la pobre madre, se vela obligada á llevarla<br />
en brazos, ó á arrastrarla en una silla, para <strong>de</strong>jarla tendida<br />
en un patio, don<strong>de</strong> estaba gran parte <strong>de</strong>l dia. La esperanza<br />
que habia concebido la madre, que Dios apiadándose<br />
<strong>de</strong> aquella miserable enferma, baria un dia un milagro<br />
para sanarla, hizo que no cuidase <strong>de</strong> remedios humanos,<br />
para recurrir únicamente á la intercesión <strong>de</strong> los santos. Hi <br />
zo , pues, muchos votos y novenas á alguno <strong>de</strong> aquellos<br />
santos que en París están en mayor veneración: mas porque<br />
Dios habia reservado esta milagrosa curación, para<br />
aumentar en los fieles el culto para con su siervo Vicente,<br />
nada se consiguió con aquellas rogativas para la niña,que<br />
quedaba sin habla y sin movimiento. En este tiempo ya so<br />
habian comenzado los procesos <strong>de</strong> la beatificación <strong>de</strong>l siervo<br />
<strong>de</strong> Dios, y corria por París la fama <strong>de</strong> los milagros que<br />
habian acaecido en su sepulcro, en la iglesia <strong>de</strong> San Lázaro.<br />
Por esto aconsejada la madre <strong>de</strong> una su amiga do<br />
llevar allá á su hija: lo ejecutó, y empezó una novena<br />
que apenas concluida , empezó la nifia á levantarse <strong>de</strong> la<br />
silla y á poiuTsc en pié, recuperadas las fuerzas <strong>de</strong> Ins<br />
piernas. Viendo la iiiadosa madre este milagro, confió<br />
conseguir el otro <strong>de</strong> la habla. Por esto empezó otra novena<br />
asimismo al sepulcro <strong>de</strong>l santo: confesó y comulgó ; y<br />
antes <strong>de</strong> llegar al fin <strong>de</strong> la novena, la bija andaba libremente<br />
, y hablaba distintamente; <strong>de</strong> modo, que sin dificultad<br />
aprendió á rezar. Toda la vecindad quedó atónita<br />
<strong>de</strong> ver á la niña <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su nacimiento muda y estropeada,<br />
andar y hablar con tanta facilidad. Cada uno preguntaba<br />
ála madre: ¿Como ha sido eso?Ella respondía: No<br />
ha sido otra cosa, que hacer yo con fervor dos novenas en<br />
e| sepulcro do Vicente, y en el cabo <strong>de</strong> ellas he conseguido<br />
por su intercesión la salud <strong>de</strong> mi bija.<br />
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