Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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Tenia cincuenta afíos de edad, Elias, cuando le dijo el
Seílor, que saliese á la campaña contra el rey Acab, y
'odo su reino. Obedeció Elias, y conociendo, que paro
'educir aquel pueblo , el mejor medio era, que el cielo
legase sus lluvias á la tierra, porque lo mas sensible
para el corazón bumano, no es, que le falten los bienes
del alma, sino los de su apetito: por esto lepidio á Dios,
le diese las llaves del cielo: otorgóselas su Majestad; y
arrojando llamas por la boca, se fué al rey y le dijo:
Pues no hay enmienda en tí, rey descreído, ni temor, en
lí i ó pueblo pérfido que desprecias al Señor, por verlo
blando, usando mal de su gran misericordia : vive el SeftorDiosde
Israel, ante cuyo acatamiento estoy, que no
babeis de ver rocío, ni lluvia del cielo sobre vuestros campos,
sino cuándo y cómo yo quisiere. Quedó atónito el
J'ey, pasmados los circunstantes y toda la corte temblando.
Con esto Elias, instruido del Señor, se salió de la ciudad
volviendo al cielo las llaves. Confirmó Dioselórden