Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

II
reino, le pidió algunas reliquias que llevar. Mandóle el
santo sacar un lienzo, é hincándose de rodillas con gran
reverencia, tomó con ambas manos la tierra que pudo de la
plaza, y ecliósela en el pañuelo al embajador. Admiróse
de esta novedad y fuese á su posada con intento de arrojar
la (ierra; pero al desenvolver el lienzo, halló toda la tierra
convertida en sangre congelada. Mas admirado volvió al
santo pontífice y le contó lo que pasaba, y él respondió:
«No os admiréis de eso; porque toda esta tierra está regada
con sangre de mártires.» Y con esto estimó y vene^
ró las reliquias que despreciaba antes. Acostumbraba el
santo pontífice hacer oración delante de un Crucifijo,y llegaba
muchas veces á besarle los piés. Pusiéronle en elfos
veneno para quitarle la vida, y llegando el sanio á cumplir
su devoción y besar los piés de la imagen, retiró
los pies el Crucifijo que ló atónito y desconsolado, volvió
segunda y tercera vez á procurar besar los piés al Crucifijo,
y todas tres veces lo retiró. Conoció entonces con luz
interior la causa, y mandó limpiar el veneno : con que pudo
después besar los piés de la imágen sin dificultad; dando
gracias á Dios que por modo tan maravilloso habia
guardado su vida. Esta hechura de Cristo cruciGcado está
en el convento de San Pablo de Valladolid: es de marfil,
y aun conserva en los piés la señal del veneno. Pero mayores
milagros son la conversión de las almas ; y de estos
hizo muchos el santo pontífice con su oración. Habia
procurado, siendo cardenal, reducir á un judío su conocido,
llamado Elias Carcosio, hombre poderoso, docto en su ley
y presidente de la sinagoga : y él, como burla y enfretenimiento
le dijo: Cuando el cardenal Fr. Miguel sea
papa, seré yo cristiano. Después de algunos dias cuando
pi;so Dios á su siervo en la silla de san Pedro, fué Elias á
darle el parabién; y el santo, valiéndose de la ocasión le
dijo: Ea Elias, ya por la misericordia de Dios soypapa:
ahora lo que resta es, que vos seáis cristiano y cumpláis
vuestra palabra. No trataba de esto el judío, y volvióse á
su casa confuso: encomendóle á Dios el santo pontífice
con lágrimas é instancias, y al fin se rindió Elias, y volvió
con tres hijos suyos y un sobrino, para que los hiciese
ciislianos. El mismo santo les dió el bautismo, tercer dia
do pascua del Espíritu santo en la iglesia de San Pedro, con
grande solemnidad, y mandó que asistiesen los judíos
principales de la sinagoga al bautismo, y con sus ruegos
alcanzó de Dios, que treinta de aquellos judíos se convirtiesen
á nuestra santa fé.
Hizo el santo pontífice en seis años de su pontificado, lo
que era bastante para un siglo, y quiso Dios sacar de esta
vida, al que todos deseaban eterno. Apretóle el mal de la
orina de que era muy fatigado, por el mes de enero
de 1372, que era el sexto de su pontificado: convaleció
por marzo, aunque no le dejaron los dolores; pero él disimulaba
cuanto podia, y atendía á los negocios como s¡
estuviera sano, y ayunaba los dias que tenia de costumbre
como si estuviera robusto, y cuando mas le apretaban los
dolores decia : Adauge, Domine, dolores, dum adaugeaspatieruiam.
Aumentad Señor los dolores, como aumentéis la
paciencia. Yiéronse estos dias muchos prodigios funestos,
queanunciaban(á lo quesocreyó) la muerte del santo pontífice;
y él tuvo prendas del cielo, de que estaba cercana
su partida ala eternidad; porque llegándole á hablar de
algunos negónos dijo : que tenia oli o de mas importancia,
que era disponerse para la cuenla que habia de dar
LA LEYEND A DE ORO. ük 7.
al sumo pontífice Y juez de vivos y muertos. Salió á visitar
l:is santas reliquias á pié, como por despedida, y dándole
algunos la enhorabuena de la mejoría, dijo: Yo, hijos,
ya estoy libre del peso; rogad por buen sucesor, que importa
á la cristiandad. Volviendo ásu palacio, se echó en
la cama para morir: donde se hizo leer los salmos penitenciales
muy de espacio, y muchas veces la pasión, por
el texto de san Juan, quitándose el bonete siempre que oía
el nombre de Jesús. Y habiendo árites confesado muchas
veces y recibido el viático, recibió ta extremaunción al último
de abril, y luego puesto de rodillas sobre la cama, encomendó
á Dios primero su alma, y después que favoreciese
á su iglesia. Decíanle algunos que Dios le daria vida;
pues era tan necesaria para la Iglesia; y él dijo: «No hallareis
fácilmente quien mayor deseo haya tenido de extirparlas
herejías; pero Dios que es poderoso á levantar de
las piedras hijos de Abrahan, os dará un sucesor nuestro
que mejor os rija.» Dos horas ántes de morir, le dió un
desmayo que pensaron era ya querer espirar, y empezaron
á decirle la recomendación del alma, pero volviendo
en sí di jo: que no era tiempo, que él avisaría y la diria con
ellos. Luego llamó á algunos cardenales y les encomendó,
que eligiesen un sucesor lleno de celo de Dios, y que solo
buscase su gloria, y el provecho de su Iglesia, y la exaltación
de su fé, y después pidió al maestro general de la
orden de predicadores que le asistía con muchos religiosos,
que le dijesen la recomendación del alma; y acabada,
puestos los ojos en el cielo, y los brazos delante del pecho
en forma de cruz, encomendando su Iglesia á Dios, le
entregó su dichosa alma, jueves, primer dia del mes de
mayo, entre las cuatro y cinco de la tarde, del año de
iflif teniendo sesenta y ocho años de edad, y habiendo
administrado su pontificado, y regido la Iglesia santísimamente
seis años, tres meses y veinte y cuatro dias.
El sentimiento de la ciudad de Roma por la muerte de
tan santo pontífice, tan amoroso padre y tan vigilante
pastor, era cual se puede pensar, y no se puede decir, y
se explicaba mejor con sus lágrimas que con nuestras
palabras; pero muy inferior á la alegría que tuvieron en
su glorioso tránsito los ángeles del cielo, líeveló Dios su
gloria á diversas personas. Al mismo punto que expiró,
una doncella romana virtuosa, puesta en lo último de la
vida , dió voces, diciendo á un religioso capuchino que la
ayudaba á bien morir , y á su madre , que mirasen la
gloria con que llevaban los ángeles el alma de Pió V. Ella
poco después murió, y le siguió sin duda. En Bolonia le
vió otra sierva de Dios coronado eon tres diademas de
gloria, y acompañado do ángeles que le llevaban al cielo.
También se apareció á sania Teresa de Jesus de camino
para el cielo. Estuvo cuatro dias el sagrado cadáver en la
iglesia de San Pedro, con innumerable concurso de los
que venían á venerarle, y tocar rosarios é imágenes, y
llevar alguna prenda suya por reliquia; y habiéndole cortado
parle de las ropas , fué necesario encerrarle dentro
de una capilla, dejando un pié solo fuera de la reja,
porque no cortaran la carne; y poner guarda de alabarderos,
para que le defendiesen. El cuerpo perseveró esto
tiempo con lascarnos, nó secas y amarillas como de hombre
muerto, sino frescas, blandas, tratables como de hombre
vivo. Pero lo mas maravilloso es , (pie viniendo algunas
mujeres deshonestas, á quienes el santo habia
castigado, para gozarse y triunfar, viendo muerto al qu»