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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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:Í2 LA LEYENDA DE ORO. DIA 9.<br />

con ser tan rica y tan opulenta , fué lan pobre y lan <strong>de</strong>sinteresado,<br />

que no quiso tener cuenta con sus rentas y<br />

aprovechamientos, ni aun cuu los <strong>de</strong> la misma Iglesia;<br />

antes remitía estos cuidados á los mayordomos y ministros,<br />

cuyos<strong>de</strong>ciaque eran, y no délos obispos, que se <strong>de</strong>ben<br />

ocupar en apacentar sus ovejas con el ejemplo <strong>de</strong> santa<br />

vida , y con el pasto <strong>de</strong> saludable doctrina ¡ y hablando<br />

el mismo santo <strong>de</strong> esto, escribe estas palabras : «Aunque<br />

la codicia es fea en todas las cosas; mucho mas fea en las<br />

sagradas: y si todos acerca <strong>de</strong> las riquezas fuesen <strong>de</strong> mi<br />

parecer, no habria tantos daños on la Iglesia <strong>de</strong> Cristo. »<br />

Pero sucedió, que un hombre que se llamaba Máximo,<br />

egipcio <strong>de</strong> nación, y filósofo cínico <strong>de</strong> profesión, compuesto<br />

on lo exterior y en lo interior vano y ambicioso, en la<br />

apariencia oveja, y en la existencia lobo verda<strong>de</strong>ro, seentró<br />

por la puerta <strong>de</strong> Gregorio, se le hizo muy amigo, mostrándose<br />

mo<strong>de</strong>sto, menospreciador <strong>de</strong>l mundo y pru<strong>de</strong>nte,<br />

y habiendo sido bautizado y hecho miembro <strong>de</strong> la<br />

Iglesia, pasó tan a<strong>de</strong>lántela familiaridad <strong>de</strong> los dos, que<br />

san Gregorio le sentaba consigo en su mesa y le comunicaba<br />

los negocios, y tomaba su parecer ¡ porque como era<br />

sant.o, juzgaba el corazón ajeno por el suyo y por lo que<br />

veia <strong>de</strong>fuera, 1Q interior <strong>de</strong> Máximo que no podia ver: el<br />

cual, como otro Judas pretendió ven<strong>de</strong>r á su maestro, y<br />

echarle <strong>de</strong> su silla y haberla para sí, y lo negoció y alcanzó<br />

en Alejandría, engañando á Pedro , patriarca, con<br />

embustes y mentiras; y volvió á Gonslantiuopla para lomar<br />

la posesión <strong>de</strong> ella, aunque los católieps tomaron las<br />

fjriflas y se la <strong>de</strong>fendieron, y echaron <strong>de</strong> la ciudad, enojándose<br />

mucho con san Gregorio, por haberse hado tanto<br />

<strong>de</strong> aquel hombre doblado é hipócrita, y admitídole á su<br />

familiaridad; y fué necesario que el santo les diese razón<br />

<strong>de</strong> sí, y les dijese, con cuánta benignidad <strong>de</strong>be ser recibido<br />

cualquiera que viene al sagrado bautismo y <strong>de</strong>jando la<br />

ignorancia <strong>de</strong> la vana filosofía, se abraza con la luz <strong>de</strong> la<br />

verdad <strong>de</strong> la Iglesia; y con las buenas razones que les di-<br />

"jo, los sosegó.<br />

Era ya emperador <strong>de</strong> Oriente el gran Teodosio, español,<br />

príncipe aun mas esclarecido por su piedad y singularreligion,<br />

que por el gran valor y fortaleza militar con que<br />

sujetó y triunfó <strong>de</strong>sús enemigos, el cual vino á Constantinopla<br />

en esta sazón, y honró y reverenció á san Gregorio,<br />

como á padre suyo y luz <strong>de</strong> la Iglesia católica, y columna<br />

y amparo <strong>de</strong> nuestra santa religión, y le rogó que se encargase,<br />

como pastor, <strong>de</strong> aquella grey, agra<strong>de</strong>ciéndole los<br />

trabajos que había lomado: y porque todavía los herejes<br />

arrianos tenian por suyo el templo patriarcal <strong>de</strong> Constantinopla,<br />

el emperador le prometió quitárseles y darlo á los<br />

católicos y señaló el dia en que lo habia <strong>de</strong> hacer. Publicóse<br />

esto por la ciudad : turbáronse los herejes y tomaron<br />

las armas, quejándose <strong>de</strong>l emperador y amenazando <strong>de</strong><br />

muerte á Gregorio, y en efecto le intentaron matar i mas<br />

Teodosio dispuso su guardia por la ciudad, <strong>de</strong> manera que<br />

no sucedió el alboroto que se temian, y él mismo vino al<br />

templo para dar la posesión á Gregorio. Sucedió aquel dia,<br />

que una niebla muy oscura y espesa se puso sobre la ciudad<br />

<strong>de</strong> Constantinopla, <strong>de</strong> manera que mas parecía <strong>de</strong> noche<br />

que <strong>de</strong> dia. Tomando <strong>de</strong> esto ocasión los arrianos, <strong>de</strong>dan<br />

que este era milagro <strong>de</strong> Dios, qne mostraba que no<br />

ora su voluntad que se les quitase aquel templo; mas quedaron<br />

burlados y confusos cuando vieron que al tiempo<br />

que el emperador y san Gregorio llegaban á la puerta <strong>de</strong><br />

la iglesia, súbitamente <strong>de</strong>sapareció la niebla, y se <strong>de</strong>scubrió<br />

un dia muy claro y resplan<strong>de</strong>ciente que fué muy alegre<br />

para los católicos. Entrados en la iglesia, san Gregorio<br />

se puso <strong>de</strong> rodillas y con lágrimas en sus ojos hizo gracias<br />

á nuestro Señor por la merced que le hacia, en restituir<br />

aquel templo por su mano á su <strong>de</strong>voción y servicio.<br />

Lo mismo hacia el emperador y los católicos se abrazaban<br />

unos á otros, y se daban el parabién: solos los herejes se<br />

<strong>de</strong>shacían en rabia y pesar. Quiso el emperador que Gregorio<br />

se sentase en su silla y tomase enteramente la posesión<br />

<strong>de</strong> su dignidad; pero él le suplicó que no se lo mandase,<br />

y hablando por un pregonero al pueblo (porquepor<br />

las muchas voces y gritos no le oian), les pidió que aquel<br />

dia todo se gastase, sin tratar <strong>de</strong> otra cosa, en alabanzas<br />

<strong>de</strong> la Santísima Trinidad, que así triunfaba <strong>de</strong> sus enemigos<br />

y con esto se sosegó el emperador, admirándose <strong>de</strong><br />

la mo<strong>de</strong>stia y santidad <strong>de</strong> Gregorio, y llamándole á su<br />

palacio y rogándole que le visitase á menudo; lo cual no<br />

hacia san Gregorio sino pocas veces; porque como era<br />

amigo <strong>de</strong> quietud, huía <strong>de</strong>l tráfago <strong>de</strong> la corte, y echó <strong>de</strong><br />

ver que aunque el emperador era principe bien inclinado,<br />

humano, justo y piadoso, algunos <strong>de</strong> sus principales ministros<br />

eran codiciosos y favorecían mas á los que le untaban<br />

las manos, que nó á los que lo merecían; y el<br />

santo no hallaba tanta entrada con ellos, como fuera<br />

razón.<br />

Todo el favor que el emperador hacía á Gregorio, era<br />

tósigo para los herejes, los cuales <strong>de</strong>terminaron acabarle;<br />

y para salir con su intento, se concertaron con un mozo<br />

hereje como ellos, valiente, bravo y atrevido, que entrase<br />

á vueltas <strong>de</strong> otra gente que iba á visitar á san Gregorio,<br />

por estar enfermo y buscase ocasión para cometer la maldad.<br />

Hízolo él así y cuando se vió en el aposento <strong>de</strong>l santo<br />

, al tiempo que por haber menos gente le pudiera herir,<br />

se echó á sus piés pidiéndole perdón con muchos sollozos<br />

y lágrimas; y como san Gregorio le preguntase<br />

¿qué quería ? ^por qué lloraba? el mozo sin po<strong>de</strong>r hablar<br />

no hacia sino llorar y sollozar, hasta que uno <strong>de</strong> los que<br />

estaban presentes, le dijo: Este mozo, padre, ha entrado<br />

aquí inducido <strong>de</strong> los herejes, para matarte, y te hubiera<br />

quitado la vida con esta espada, si Cristo no le hubiera <strong>de</strong>tenido<br />

; y ahora arrepentido llora su pecado y te pi<strong>de</strong> perdon.<br />

Entonces el santo volviéndose al mozo y abrazándole<br />

con mucha blandura, le dijo: Dios te perdone, hijo carísimo,<br />

y te guar<strong>de</strong>; pues á mí me ha guardado: yo también<br />

te perdono. Solo una cosa te pido, que <strong>de</strong>jes la herejía y<br />

seas católico, y sirvas al Señor con sincero y perfecto corazón.<br />

Con esta tan suave y paternal respuesta, quedó el<br />

mozo mas confuso, y todos los católicos muy edificados,<br />

alabando á Dios que les habia dado tal pastor. Pero para<br />

que san Gregorio lo fuese perpetuamente y con mayor<br />

unión y conformidad <strong>de</strong> todos (porque algunos <strong>de</strong>cían que<br />

no lo era sino Máximo; otros que siendo obispo <strong>de</strong> Nazianzo,<br />

no podia pasar á otra Iglesia sin or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> algún<br />

concilio legítimo); el emperador procuró que sejunta.se<br />

concilio en Constantinopla, para establecer mas la fé <strong>de</strong>l<br />

concilio Níceno contra ios herejes arríanos, y con<strong>de</strong>nar<br />

las herejías que <strong>de</strong> nuevo se habían inventado, y <strong>de</strong> camino<br />

colocar con mayor autoridad á Gregorio en su silla.<br />

Juntáronse ciento cincuenta obispos <strong>de</strong> Oriente, y faltaron<br />

los obispos <strong>de</strong> Egipto, con Timoteo que ya era patriarca<br />

Alejandrino, y los obispos <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte, En aquel concilio

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