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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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por milagro, y por sefial <strong>de</strong> algunas aflicciones que en<br />

aquel tiempo sucedieren á la CompaBía; mostrando en esto<br />

su capitán Jesús el amor que tiene á los hijos <strong>de</strong> san Ignacio,<br />

pues sus trabajos'llora por todo el cuerpo con lágrimas<br />

<strong>de</strong> sangre. Fué también presagio <strong>de</strong> otras tribulaciones<br />

que pa<strong>de</strong>ció la Compañía, el milagroso sudor <strong>de</strong> dos<br />

imágenes <strong>de</strong> san Ignacio, que estos años pasados sudaron,<br />

una en Antequera, otra en Munebrega; obrando Dios por<br />

ellas muchos milagros; pero singularmente por la <strong>de</strong> Munebrega<br />

; que si hubiera <strong>de</strong> contar las muchas y gran<strong>de</strong>s<br />

maravillas, hasta resucitar muertos,que por ella ha obrado<br />

su divina Majestad manifestando la gran<strong>de</strong> gloria <strong>de</strong> su<br />

siervo, seria menester que se escrihiese una historia <strong>de</strong><br />

muy gran<strong>de</strong> volumen. Una beata déla ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> san Francisco,<br />

llamada María <strong>de</strong> Álava,que estaba muy afligida en<br />

el espíritu, la aconsejaron que se encomendase al santo<br />

padre Ignacio, porque por él alcanzarla alivio y remedio<br />

<strong>de</strong> su trabajo; y ella haciendo oración á nuestro Señor, se<br />

olvidó <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> Ignacio y <strong>de</strong>cia: O san Atanasio, ayudadme<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nuestro Señor, para que me libre <strong>de</strong><br />

esta tentación y aflicción gran<strong>de</strong> que pa<strong>de</strong>zco. Diciendo<br />

estas palabras oyó una voz que le dijo: No se llama Atanasio<br />

sino Ignacio: no du<strong>de</strong>s, sino que por su inlercesion alcanzarás<br />

lo que pidieres al Señor ; y así lo alcanzó.<br />

Muy notable y celebrado fué el caso que cuenta el padre<br />

Nicolás Duran, provincial <strong>de</strong>l Paraguay. Un muchacho ya<br />

<strong>de</strong> doce años estaba tan afligido y apasionado <strong>de</strong> mal <strong>de</strong><br />

corazón, que le solia dar diez veces al d¡a con extraña<br />

violencia y enajenamiento <strong>de</strong> sus sentidos. Después <strong>de</strong><br />

gran<strong>de</strong>s remedios, y <strong>de</strong> muchas oraciones y votos que se<br />

hicieron por su salud , ofreciéronle sus padres á san Francisco,<br />

para que llevase su hábito algún tiempo. Ya hablan<br />

comprado la estameña para hacerle el vestido; mas el muchacho<br />

repugnó diciendo, que no habia <strong>de</strong> llevar el hábito<br />

<strong>de</strong> san Francisco sino <strong>de</strong> san Ignacio, afirmando que en<br />

poniéndosele, habia <strong>de</strong> sanar <strong>de</strong> su mal. Porfiaban los padres<br />

que habia <strong>de</strong> ser el <strong>de</strong> san Francisco: perseveraba el<br />

hijo en que habia <strong>de</strong> ser el <strong>de</strong> san Ignacio. Concertáronse<br />

finalmente en que se echasen suertes entre los nombres <strong>de</strong><br />

los dos santos patriarcas; y por mas <strong>de</strong> veinte veces en<br />

que los padres y otras personas conocidas echaron suertes<br />

en varios tiempos y ocasiones, siempre salió la <strong>de</strong> san<br />

Ignacio; porque esta vez quiso Dios acreditar su santidad<br />

en aquella parte. Púsose el vestido <strong>de</strong> la Compañía el muchacho<br />

, y quedó luego libre <strong>de</strong> su mal, con extraña maravilla<br />

<strong>de</strong> todos, quedando los padres muy agra<strong>de</strong>cidos y<br />

<strong>de</strong>votos <strong>de</strong> nuestro santo patriarca.<br />

Un padre religioso y grave do la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> san Agustín,<br />

morador <strong>de</strong>l convento <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Burgos, estando<br />

en Quinlanilla do Somuñon, lugar <strong>de</strong>l arzobispo<br />

<strong>de</strong> Burgos, adon<strong>de</strong> habia ido por caridad para administrar<br />

los sacramentos á los apestados; á los 11 <strong>de</strong> noviembre<br />

<strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 1E99 fué á confesar una doncella como<strong>de</strong> veinte<br />

y dos años, llamada María, hija <strong>de</strong> Juan Gómez, labrador,<br />

que estaba con una recia calentura y herida <strong>de</strong> peste, á la<br />

cual aconsejó que se encomendase muy <strong>de</strong> veras al beato<br />

san Ignacio , y puso sobre el pecho una imagen <strong>de</strong>l dicho<br />

santo; y con solo este remedio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una hora el mismo<br />

padre halló sin seca ni calentura. Partieron <strong>de</strong> la ribera <strong>de</strong>l<br />

Araxi en el Genovesado, á 24 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1618, dos mujeres<br />

nobles, madre é hija, para otro lugar llamado Loan,<br />

á visitar un templo <strong>de</strong> mucha <strong>de</strong>voción <strong>de</strong> ia santísima Vír-<br />

LA LEYEND A DE ORO. DU 31 -<br />

gen <strong>de</strong>i Monte Carmelo; habiendo confesado y comulgado,<br />

volvían á su caga el miércoles <strong>de</strong> las cuatro témporas <strong>de</strong><br />

la pascua <strong>de</strong>l Espíritu Santo: llegaron á un rio muy caudaloso<br />

llamgdo Antonano, y venia muy crecido con las<br />

agur.s lluvias que habia recogido. Llegóse la hija cerca <strong>de</strong>l<br />

raudal á mirar la creciente, sin prevención <strong>de</strong> su peligro;<br />

porque ocupando el rio por momentos todas sus márgenes,<br />

<strong>de</strong>smoronó un ribazo <strong>de</strong> arena en que tenia puestos los<br />

piés, y sin po<strong>de</strong>r socorrerla cayó en el rio, el cual con su<br />

rápida corriente la llevó en un momento, envolviéndola<br />

en sus olas una milla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mar. En este tiempo vieron<br />

todos los que habían concurrido á la orilla, á las voces<br />

que daba su madre doña Violante, como fres veces sé fué<br />

á fondo y volvió á subir arriba. La hija, que se llamaba<br />

doña María, invocó á su favor á la Madre <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>l Monte<br />

Carmelo y san Francisco <strong>de</strong> Paula, cuya iglesia poco antes<br />

habia visitado, y á todos los ángeles y santos <strong>de</strong> la<br />

córte celestial: y viendo que sin remedio se ahogaba, le<br />

vino á la memoria invocar en su ayuda y favor % san Ignacio:<br />

y la ocasión do acordarse <strong>de</strong> su invocación en esta<br />

hora, fué porque seis dias ántes que le sucediese este naufragio<br />

, tuvo María un sueño en el cual le parecía que caía<br />

en el mar, y que cuando estaba para irse á pique se lo<br />

aparecia la Madre <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>l Monte Carmelo y san Ignacio<br />

, y que la sacaban <strong>de</strong> las ondas <strong>de</strong>l mar. Con este sueño<br />

le quedó una cordial <strong>de</strong>voción y liernisimo afecto á san Ignacio,<br />

y con grandísima confianza en sus merecimientos,<br />

le <strong>de</strong>cia : O bienaventurado Ignacio, anudadme; pues sabéis<br />

que tengo dos hermanos en vuestra religión. Acabada<br />

esta oración no se fué masá fondo: trocó toda la agua que<br />

habia tragado ; y súbitamente so halló <strong>de</strong>recha, abiertos<br />

los brazos en forma <strong>de</strong> cruz y los piés tan juntos como si<br />

se los hubieran alado con un cor<strong>de</strong>l, sin tragar gota <strong>de</strong> agua:<br />

ni le fueron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este punto molestas las crecientes <strong>de</strong>l<br />

rio, ni las ondas <strong>de</strong>l mar; ántes creciendo las maravillas<br />

<strong>de</strong> Dios, se halló <strong>de</strong> repente cercada <strong>de</strong> una nube hermosísima<br />

mas blanca que los campos <strong>de</strong> la nieve, y tan gran<strong>de</strong><br />

quellegaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mar al cielo : estaba toda, vestida y<br />

bordada <strong>de</strong> luz y hermosos rayos, que arrojaba san Ignacio<br />

que venia en medio <strong>de</strong> la nube, cuyos resplandores eran<br />

lúcidos y vehementes como los <strong>de</strong>l sol, y aun incomparablemente<br />

mayores; <strong>de</strong> suerte que lestííicó esta sierva <strong>de</strong><br />

Dios en su dicho, que no podía caber en entendimiento humano<br />

la aprensión <strong>de</strong> cómo eran , ni en la lengua había<br />

palabras con que <strong>de</strong>clararlo. Estaba toda la nube cercada<br />

<strong>de</strong> ángeles , tan hermosos y resplan<strong>de</strong>cientes , como si<br />

fuesen muchos soles juntos; y en la parle superior, cerca<br />

<strong>de</strong>l cielo , <strong>de</strong>scubría una matrona vestida <strong>de</strong> ropas reales<br />

y con corona en la cabeza tan hermosa, como la misma<br />

hermosura: tenia á los lados dos ángeles, que con gran<strong>de</strong><br />

reverencia recogíanlas sagradas vestiduras, y con admirable<br />

mo<strong>de</strong>stia y agradólas sustentaban en sus manos: eran<br />

las unas <strong>de</strong> color pardo , las otras <strong>de</strong> color blanco. Reconoció<br />

María , que esta señora era la Reina <strong>de</strong>l cíelo y la<br />

santísima Virgen <strong>de</strong>l Carmelo: volvió á invocar <strong>de</strong> nuevo<br />

á san Ignacio , pareciéndole que por su intercesión usaba<br />

<strong>de</strong> misericordia la Madre <strong>de</strong> ella , y <strong>de</strong>cia; O santo Ignacio<br />

, pedid misericordia para mí á esta Señora. Dicho<br />

esto, vió á san Ignacio, que con un rostro hermosísimo la<br />

miraba , y con los brazos abiertos la amparaba y g uardaha,<br />

y advirtió que la santísima Virgen, bajando <strong>de</strong> su<br />

trono, se acercó á san Ignacio y le puso á su lado, y 31'

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