Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
45Ü<br />
por milagro, y por sefial <strong>de</strong> algunas aflicciones que en<br />
aquel tiempo sucedieren á la CompaBía; mostrando en esto<br />
su capitán Jesús el amor que tiene á los hijos <strong>de</strong> san Ignacio,<br />
pues sus trabajos'llora por todo el cuerpo con lágrimas<br />
<strong>de</strong> sangre. Fué también presagio <strong>de</strong> otras tribulaciones<br />
que pa<strong>de</strong>ció la Compañía, el milagroso sudor <strong>de</strong> dos<br />
imágenes <strong>de</strong> san Ignacio, que estos años pasados sudaron,<br />
una en Antequera, otra en Munebrega; obrando Dios por<br />
ellas muchos milagros; pero singularmente por la <strong>de</strong> Munebrega<br />
; que si hubiera <strong>de</strong> contar las muchas y gran<strong>de</strong>s<br />
maravillas, hasta resucitar muertos,que por ella ha obrado<br />
su divina Majestad manifestando la gran<strong>de</strong> gloria <strong>de</strong> su<br />
siervo, seria menester que se escrihiese una historia <strong>de</strong><br />
muy gran<strong>de</strong> volumen. Una beata déla ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> san Francisco,<br />
llamada María <strong>de</strong> Álava,que estaba muy afligida en<br />
el espíritu, la aconsejaron que se encomendase al santo<br />
padre Ignacio, porque por él alcanzarla alivio y remedio<br />
<strong>de</strong> su trabajo; y ella haciendo oración á nuestro Señor, se<br />
olvidó <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> Ignacio y <strong>de</strong>cia: O san Atanasio, ayudadme<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nuestro Señor, para que me libre <strong>de</strong><br />
esta tentación y aflicción gran<strong>de</strong> que pa<strong>de</strong>zco. Diciendo<br />
estas palabras oyó una voz que le dijo: No se llama Atanasio<br />
sino Ignacio: no du<strong>de</strong>s, sino que por su inlercesion alcanzarás<br />
lo que pidieres al Señor ; y así lo alcanzó.<br />
Muy notable y celebrado fué el caso que cuenta el padre<br />
Nicolás Duran, provincial <strong>de</strong>l Paraguay. Un muchacho ya<br />
<strong>de</strong> doce años estaba tan afligido y apasionado <strong>de</strong> mal <strong>de</strong><br />
corazón, que le solia dar diez veces al d¡a con extraña<br />
violencia y enajenamiento <strong>de</strong> sus sentidos. Después <strong>de</strong><br />
gran<strong>de</strong>s remedios, y <strong>de</strong> muchas oraciones y votos que se<br />
hicieron por su salud , ofreciéronle sus padres á san Francisco,<br />
para que llevase su hábito algún tiempo. Ya hablan<br />
comprado la estameña para hacerle el vestido; mas el muchacho<br />
repugnó diciendo, que no habia <strong>de</strong> llevar el hábito<br />
<strong>de</strong> san Francisco sino <strong>de</strong> san Ignacio, afirmando que en<br />
poniéndosele, habia <strong>de</strong> sanar <strong>de</strong> su mal. Porfiaban los padres<br />
que habia <strong>de</strong> ser el <strong>de</strong> san Francisco: perseveraba el<br />
hijo en que habia <strong>de</strong> ser el <strong>de</strong> san Ignacio. Concertáronse<br />
finalmente en que se echasen suertes entre los nombres <strong>de</strong><br />
los dos santos patriarcas; y por mas <strong>de</strong> veinte veces en<br />
que los padres y otras personas conocidas echaron suertes<br />
en varios tiempos y ocasiones, siempre salió la <strong>de</strong> san<br />
Ignacio; porque esta vez quiso Dios acreditar su santidad<br />
en aquella parte. Púsose el vestido <strong>de</strong> la Compañía el muchacho<br />
, y quedó luego libre <strong>de</strong> su mal, con extraña maravilla<br />
<strong>de</strong> todos, quedando los padres muy agra<strong>de</strong>cidos y<br />
<strong>de</strong>votos <strong>de</strong> nuestro santo patriarca.<br />
Un padre religioso y grave do la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> san Agustín,<br />
morador <strong>de</strong>l convento <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Burgos, estando<br />
en Quinlanilla do Somuñon, lugar <strong>de</strong>l arzobispo<br />
<strong>de</strong> Burgos, adon<strong>de</strong> habia ido por caridad para administrar<br />
los sacramentos á los apestados; á los 11 <strong>de</strong> noviembre<br />
<strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 1E99 fué á confesar una doncella como<strong>de</strong> veinte<br />
y dos años, llamada María, hija <strong>de</strong> Juan Gómez, labrador,<br />
que estaba con una recia calentura y herida <strong>de</strong> peste, á la<br />
cual aconsejó que se encomendase muy <strong>de</strong> veras al beato<br />
san Ignacio , y puso sobre el pecho una imagen <strong>de</strong>l dicho<br />
santo; y con solo este remedio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una hora el mismo<br />
padre halló sin seca ni calentura. Partieron <strong>de</strong> la ribera <strong>de</strong>l<br />
Araxi en el Genovesado, á 24 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1618, dos mujeres<br />
nobles, madre é hija, para otro lugar llamado Loan,<br />
á visitar un templo <strong>de</strong> mucha <strong>de</strong>voción <strong>de</strong> ia santísima Vír-<br />
LA LEYEND A DE ORO. DU 31 -<br />
gen <strong>de</strong>i Monte Carmelo; habiendo confesado y comulgado,<br />
volvían á su caga el miércoles <strong>de</strong> las cuatro témporas <strong>de</strong><br />
la pascua <strong>de</strong>l Espíritu Santo: llegaron á un rio muy caudaloso<br />
llamgdo Antonano, y venia muy crecido con las<br />
agur.s lluvias que habia recogido. Llegóse la hija cerca <strong>de</strong>l<br />
raudal á mirar la creciente, sin prevención <strong>de</strong> su peligro;<br />
porque ocupando el rio por momentos todas sus márgenes,<br />
<strong>de</strong>smoronó un ribazo <strong>de</strong> arena en que tenia puestos los<br />
piés, y sin po<strong>de</strong>r socorrerla cayó en el rio, el cual con su<br />
rápida corriente la llevó en un momento, envolviéndola<br />
en sus olas una milla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mar. En este tiempo vieron<br />
todos los que habían concurrido á la orilla, á las voces<br />
que daba su madre doña Violante, como fres veces sé fué<br />
á fondo y volvió á subir arriba. La hija, que se llamaba<br />
doña María, invocó á su favor á la Madre <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>l Monte<br />
Carmelo y san Francisco <strong>de</strong> Paula, cuya iglesia poco antes<br />
habia visitado, y á todos los ángeles y santos <strong>de</strong> la<br />
córte celestial: y viendo que sin remedio se ahogaba, le<br />
vino á la memoria invocar en su ayuda y favor % san Ignacio:<br />
y la ocasión do acordarse <strong>de</strong> su invocación en esta<br />
hora, fué porque seis dias ántes que le sucediese este naufragio<br />
, tuvo María un sueño en el cual le parecía que caía<br />
en el mar, y que cuando estaba para irse á pique se lo<br />
aparecia la Madre <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>l Monte Carmelo y san Ignacio<br />
, y que la sacaban <strong>de</strong> las ondas <strong>de</strong>l mar. Con este sueño<br />
le quedó una cordial <strong>de</strong>voción y liernisimo afecto á san Ignacio,<br />
y con grandísima confianza en sus merecimientos,<br />
le <strong>de</strong>cia : O bienaventurado Ignacio, anudadme; pues sabéis<br />
que tengo dos hermanos en vuestra religión. Acabada<br />
esta oración no se fué masá fondo: trocó toda la agua que<br />
habia tragado ; y súbitamente so halló <strong>de</strong>recha, abiertos<br />
los brazos en forma <strong>de</strong> cruz y los piés tan juntos como si<br />
se los hubieran alado con un cor<strong>de</strong>l, sin tragar gota <strong>de</strong> agua:<br />
ni le fueron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este punto molestas las crecientes <strong>de</strong>l<br />
rio, ni las ondas <strong>de</strong>l mar; ántes creciendo las maravillas<br />
<strong>de</strong> Dios, se halló <strong>de</strong> repente cercada <strong>de</strong> una nube hermosísima<br />
mas blanca que los campos <strong>de</strong> la nieve, y tan gran<strong>de</strong><br />
quellegaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mar al cielo : estaba toda, vestida y<br />
bordada <strong>de</strong> luz y hermosos rayos, que arrojaba san Ignacio<br />
que venia en medio <strong>de</strong> la nube, cuyos resplandores eran<br />
lúcidos y vehementes como los <strong>de</strong>l sol, y aun incomparablemente<br />
mayores; <strong>de</strong> suerte que lestííicó esta sierva <strong>de</strong><br />
Dios en su dicho, que no podía caber en entendimiento humano<br />
la aprensión <strong>de</strong> cómo eran , ni en la lengua había<br />
palabras con que <strong>de</strong>clararlo. Estaba toda la nube cercada<br />
<strong>de</strong> ángeles , tan hermosos y resplan<strong>de</strong>cientes , como si<br />
fuesen muchos soles juntos; y en la parle superior, cerca<br />
<strong>de</strong>l cielo , <strong>de</strong>scubría una matrona vestida <strong>de</strong> ropas reales<br />
y con corona en la cabeza tan hermosa, como la misma<br />
hermosura: tenia á los lados dos ángeles, que con gran<strong>de</strong><br />
reverencia recogíanlas sagradas vestiduras, y con admirable<br />
mo<strong>de</strong>stia y agradólas sustentaban en sus manos: eran<br />
las unas <strong>de</strong> color pardo , las otras <strong>de</strong> color blanco. Reconoció<br />
María , que esta señora era la Reina <strong>de</strong>l cíelo y la<br />
santísima Virgen <strong>de</strong>l Carmelo: volvió á invocar <strong>de</strong> nuevo<br />
á san Ignacio , pareciéndole que por su intercesión usaba<br />
<strong>de</strong> misericordia la Madre <strong>de</strong> ella , y <strong>de</strong>cia; O santo Ignacio<br />
, pedid misericordia para mí á esta Señora. Dicho<br />
esto, vió á san Ignacio, que con un rostro hermosísimo la<br />
miraba , y con los brazos abiertos la amparaba y g uardaha,<br />
y advirtió que la santísima Virgen, bajando <strong>de</strong> su<br />
trono, se acercó á san Ignacio y le puso á su lado, y 31'