Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

1)1 A 6. AGOSTO. 479
lionc fuerza, porque e) nuevo ya está abierlo y |mbl¡catlo,
y el Padre nos ha dado por maeslro y legisladora
su benditisiino Hijo Jesucrislo. También este misterio de
la transfiguración nos predica que hay limbo, ó infierno,
de donde vino el alma de 3Ioisés, y paraíso terrenal, de
donde se cree que vino Elias: que hay cielo, de donde
sunó la voz que oyeron los apóstoles; y que hay Iglesia
militante, que abraza á los casados, vírgenes y continentes,
significados por Pedro, Juan y Diego: y para lodos
estos misterios, quiso que el cielo y la tierra, el
infierno, los vivos y los muertos, diesen testimonio de la
grandeza y gloria de Cristo.
Quedó el monte Tabor, con la trasfiguracion del Señor,
gloriosísimo de toda veneración y reverencia, y los fieles
en la cumbre del monte, donde sucedió este admirable
misterio, edificaron después tres iglesias, por los tres
tabernáculos y moradas, que san Pedro dijo á Cristo
que era bien edificar, como lo testifica Beda, y junio á las
iglesias se labró un insigne monasterio, y siempre los
cristianos tuvieron aquel lugar por un santuario devotísimo
y le ¡han á visitar, regalándose en él, y despertando con
la memoria de aquel*beneficio sus corazones, 6 inflamándolos
en el amor del Señor, suslenlando las flaquezas y
miserias de esta vida con la esperanza de la eterna, que
Cristo nuestro Salvador nos representó en sugloriosa transfiguración.
Para memoria de este sagrado misterio instituyó
la santa Iglesia la fiesta de la Transfiguración. Los
autores que tratan de los divinos oficios, dicen que la insliluyó
Calixto III, el arlo de 1136 : lo mismo dice Platina
y algunos oíros escritores: y que el mismo papa escribió
el oficio que se habia de rezar en la fiesta de la Transfiguración
, y concedió las mismas indulgencias que se
ganan en la fiesta del santísimo Sacramento: y que la ocasión
que el sumo pontifice tuvo para hacer esto, fué una
señalada victoria, que aquel dia de 6 de agosto dió el Señor
á los cristianos en Hungría, contra los turcos, deshaciendo
el ejército poderoso que lenian, y cercaban á
Belgrado; y saliendo mal herido de la batalla 3Iahomet,
rey de los turcos, con grande gloria de Cristo y ensalzamiento
de su Iglesia católica : aunque otros autores dicen,
que esta victoria sucedió el dia de la Magdalena, á
22 de julio del dicho año de H56. Pero lo cierto es,
que la fiesta de la Trasfiguracion es mucho mas antigua
que lo que estos autores dicen, como se ve en los
Martirologios latinos y muy antiguos escritos de mano,
y en los Menologios de los griegos , que también
celebran la festividad de la Transfiguración! del Sehor;
y en Uvaldelberlo , que floreció por los años de 830,
Y escribió en verso el Martirologio , y pone la fiesta de la
Transfiguración á los C de agosto: y en los santos docto-
1,es antiguos de la Iglesia hay muchas oraciones de la
Transfiguración del Señor, que pone Lipomano y Surio,
Y refiere el cardenal Baronio en sus anotaciones del Mar-
'irologio romano. Lo que hizo el papa Calixto 111, fué componer
el oficio de la Transfiguración , y mandar que so
'^ase aquel dia, y conceder las indulgencias que dijimos,
^ que le rezasen; mas la inslilucion de la fiesta mucho
:',rites de Calixto fué en la Iglesia. Procuremos nosotros
aprovecharnos de ella: y puesto caso que en toda la vida
^ngamos obligación de acordarnos de nuestra patria , y
conocer que este mundo es lugar de destierro; pero
lllas particularmente lo debemos hacer en el dia que la
santa Iglesia nos refresca la memoria de este incomparable
beneficio, y nos pone delante de los ojos á Cristo glorioso
y transfigurado en el monte, para dispertar nuestra
flojedad. y encender mas nuestra tibieza, con el deseo y
esperanza de nuestra bienaventuranza é inmortalidad. Ko
nos dejemos vencer y engañar de nuestros apetitos y gustos:
mortitiquemos nuestra carne: tomemos nuestra cruz:
sigamos al Señor; y entendamos que el camino del cielo
no es tan áspero ni tan sembrado de espinas y dificultades,
como á primera vista parece: y aunque fuese mucho mas
fragoso, y hubiésemos de ir al cielo por puedas de navajas
y morir mil muertes cada dia, lodo seria nada y se
habia de tener por regalo, por alcanzar aquella visión y
gozo colmado de Dios, en la cual consiste la bienaventuranza
de nuestra alma: de la cual redundará en el mismo
cuerpo tanta gloria y hermosura, que de solo de haber
visto san Pedro una sola muestra de ella en el cuerpo del
Señor, quedó tan turbado, y tan enajenado y sin sentido,
que sin saber lo que se decia , pidió á Cristo que le dejase
estar perpetuamente en aquel sagrado monte. El Señor
por su misericordia nos dé gracia, para que de tal manera
vivamos en este valle de lágrimas, que merezcamos verle
en el monte alto del cielo, nó trasfigurado como le vio.
ron los tres apóstoles en el monte Tabor, sino como él es,
y como es glorificador y remunerador de todos sus escogidos
, y corona y gloria eterna de aquella bienaventurada
compañía. Amen.
SAN SIXTO II, PAPA Y MÁRTIR.—El mismo dia de la gloriosa
Transfiguración del Señor, á los (i de agosto, hace
conmemoración la santa Iglesia de san Sixto, II de este
nombre, papa y mártir, el cual fué griego do nación y
natural de Atenas; y de gran filósofo vino á ser humilde
discípulo de Cristo, y por sus grandes virtudes y altos
merecimientos, por la muerte de san Estéban papa y mártir,
fué colocado en la silla de san Pedro, y habiéndola
gobernado santísimamente poco ménos de un año, fué martirizado
en la persecución de Valeriano. El cual sabiondo
que san Sixto, con el admirable ejemplo de su vida y con
su predicación convertía muchos gentiles á la fé de Cristo,
y los animaba para que por ella muriesen con constancia y
alegría, le mandó prender; y traído á su presencia, procuró
con blandura y con aspereza atraerle ásu voluntad: y como
el santo se hurlase de lodo lo que decia Valeriano, le
mandó echar en la cárcel de Mamerlino, para que no queriendo
sacrificar al dios Marte, se hiciese justicia de él. A
tiempo que le llevaban á la cárcel, se fué tras él el bienaventurado
mártirsan Lorenzo: y abrasado de un ardiente y
encendido deseo de acompañarleen los tormentos, y morir
con él por Cristo, le dijo estas palabras, que refiere san
Ambrosio: «¿Adónde vas, padre, sin tu hijo? ¿Adonde vas,
santo sacerdote, sin tu diácono ? ¿Vas á ofrecerte á Dios
en sacrificio?Pues ¿cómo le quieres ofrecer ; fuera de tu
costumbre, sin ministro ? ¿ Qué has visto en mí por donde
me deseches? ¿Hasmehallado por ventura cobarde y fiaco
? Dísteme cargo, que administrase á los fieles e! Sacramento
de la sangre de Cristo; ¿y ahora quieres sin mi
derramar tu sangre? Escogístemo para lo que es mas; ¿ y
no me quieres para lo que es ménos? Mira que no te reprendan
de inconsiderado, aunque te alaben de fuerte;
puesta falla del discípulo es deshonra del maestro. Muchos
ilustres varones alcanzaron renombro de victoriosos
por haber vencido: muchos capitanes trkmraion por ta*