Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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no y recibir el bautismo, como hombre que enlendia que
por él se habia de salvar, y que no habia otro camino para
el cielo, sino los merecimientos y la sangre de nueslr o Hedenlor.
Vistiéronle de blanco como era costumbre hacerlo
con los recién bautizados , y mandó el emperador que se
le llevasen y le subiesen sobre un pulpito , donde habia
una estatua de Venus, para que de allí fuese mejor visto y
oido del pueblo, y el regocijo fuese mayor. Estando en el
púlpiio, se volvió Ginés áDioclepiano y á toda la gente,
y les habló de esta manera: Oyeme, emperador; y vosotros
, si sois hombres cuerdos, oidme. Antes de ahora,
siempre que yo oia nombrar á los cristianos, ciego y loco
en la idolatría , procuraba ( como otros) perseguirlos , é
incitar al pueblo para que los persiguiese, y era tal el
enojo que tenia contra ellos, que por esta causa dejé á mis
padres y deudos, queriendo ánles vivir pobre y desventurado,
que en mi patria entre cristianos. Con este mismo
odio determiné estos dias escudrinar y querer saLer las
cosas délos cristianos, nó para creerlas, sino para mofar
de ellas y represenlarlas en el teatro, y entretener y alegrar
la gente, como habéis visto. Pero al mismo punto
que quei ian echar el agua del bautismo sobre mi cabeza,
y me preguntaron si creia lo que los cristianos creen, levantando
los ojos en alto, vi una mano que bajaba del
cielo sobre mí, y ángeles con rostros de fuego , que en un
libro leian los pecados que en mi vida cometí. Diéronme
los ángeles : De estos pecados serás libre, con esta agua,
con que quieras ahora ser bañado, si de veras y de todo
corazón la deseas. Yo así la deseé y pedí; y luego que
cayó sobre mí el agua, vi la escritura del libro borrada,
sin que en él quedase señal alguna de letra. Dijéronme
los ángeles: Ya has visto , como has sido limpio de esta
culpa y mancilla : procura conservar la limpieza que has
recibido, y no manchar mas tu alma con pecado. Mira
pues, emperador, y mirad vosotros ó romanos, lo que es
justo que yo haga. Yo procuré agradar al emperador de la
tierra ; y el Emperador del cielo me miró con ojos benignos
y me admitió en su gracia: quise causar risa á los
hombres, y causé alegría y regocijo á los ángeles: y por
tanto digo, que de hoy masconQeso á Jesucristo por verdadero
Dios, y os amonesto que todos hagáis lo mismo,
y que salgáis de las tinieblas de que yo he salido , para
que evitéis los tormentos que yo he evitado.
De esta manera habló Ginés; pero oyendo sus palabras,
quién podrá explicar como el emperador quedó atónito y
fuera de sí, y el furor y enojo con que mandó que todos
los representantes fuesen traídos á su presencia, y allí
azotados , pensando que ellos también, como Ginés, eran
cristianos ; pero ellos le dijeron que no eran cristianos, ni
estaban engañados, como Ginés; que loque el emperador
creia , creian ellos, y adoraban á los dioses que él adoraba
: que si pecó Ginés; no era justo, que lo pagasen
lodos: y para que viese el emperador que no eran cristianos,
dijeron grandes blasfemias contra Cristo. Entonces
el emperador dejando á los otros, se embraveció mas con-
''•a Ginés, y faltó poco que allí con sus manos no le matase
, según estaba fuera de sí. Mandóle herir allí delante
de todo el pueblo con varas y apalear con gruesos palos,
y llevar á la cárcel, y al otro dia mandó á un prefecto,
Ñamado Piauciano, que le atormentase cruelmente, hasta
Renegase á Cristo. Pusiéronle en el ecúleo, desgarráron-
^ tos colados con uñas de hierro; y abrasáronle con ha-
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chas encendidas. Decíale el prefecto : Miserable de ti, obedece
al emperador y sacrifica ; y alcanzarás su gloria y
vivirás. Respondía Ginés: Procuren la gracia y amistad
de estos reyes, los que no temen á aquel Rey que yo vi,
y adoré y adoro ; poique aquel es verdadero Rey, que
abriéndose los cielos yo vi, y usando conmigo de misericordia
me alumbró con el agua del bautismo, y de burlador
de los cristianos me hizo ci isliano; y me pesa en el alma
de haber perseguido su satito nombre, y conozco que por
ello merezco cualquiera pena y castigo. A este Emperador
del cielo es justo que obedezca, cuyo imperio durará para
siempre ; y nó á tuocleciano, que es hombre mortal, y
su imperio en el suelo, y presto se ha de acabar. Dale
(dice) priesa : aumenta las peñas y tormentos: que por
mas que hagas, no apartarás á mi Sefior Jesucristo de mi
corazón. Avisó el prefecto al emperador de la constancia
de Ginés, y del esfuerzo y alegría con que sufría los tormentos;
y el emperador le mandó degollar: y así se hizo,
á los 25 de agosto , y en este dia el Martirologio romano,
y los demás hacen mención de san Ginés , el Representante,
y fué por los años del Sefior de 303 , imperando
Diocleciano , como se ha dicho. En Roma fué ilustre la
memoria de san Ginés, y se le edificó templo: y san Gregorio
III, papa, le reparó , adornó y enriqueció de muchos
dones, como se dice en el libro de los Romanos Pontífices.
Adviértase que Mombrieio y Pedro de Natálibus confunden
á los Ciñeses, el escribano y el representante, y de
dos hacen uno; pero la verdad es que fueron dos distintos,
y de ellos hacen mención el Martirologio romano, y
los otros autores.
¿Pues quién , leyendo el martirio de este glorioso mártir,
no se maravilla de los secretos juicios del Sefior?
¿ Quién no se espanta del abismo de sa misericordia?
¿Y de aquel piélago sin suelo de infinita bondad, que así
rauda los corazones, y conviértelas espinas en rosas y las
serpientes en palomas, los lobos en corderos, y los perseguidores
de Cristo en mártires de Jesucristo ? ¿ Que en el
mismo tiempo que Ginés hacia burla del bautismo, recibiese
de veras el bautismo? ¿Y haciendo escarnio de los
misterios de nuestra santa religión, fuese alumbrado y
santificado por la gracia del Crucificado , á quien él tenia
tan grande aborrecimiento, trocándole el mismo Sefior el
corazón y no forzándole la voluntad, sino ayudándole para
que creyese lo que no creia, abrazase lo que aborrecía, y
muriese por aquella fé, que poco antes tanto escarnecía? El
Martirologio romano hace mención á los 14 de abril de otro
representante llamado Ardaleon: el cual estando representando
las cosas de los cristianos y haciendo burla de ellos,
en la misma represenlacion se convirtió y fué ilustre
mártir del Señor : y á los 13 de setiembre hace mención
de otro también farsante , que se decía Porfirio: el cual,
en presencia del emperador Juliano Apóstata, por escarnio
recibió el bautismo ; y el Señor le trocó el corazón súbitamente^
confesando con gran constancia que era cristiano,
le cortaron la cabeza, por mandado del mismo emperador,
y mereció la corona del martirio: y san Agustín escribiendo
áLipio, epístola 67,cuenta lo quesucedióáotrofarsante,
que se decía Dioscoro, y era gran burlador de los cristianos,
y al cabo con la enfermedad de sus hijos y otros azotes
se hizo cristiano y fué siervo del Sefior, haciendo él
burla de los burladores y coovirtíendolas burlas en veras,
para mostrar mas su omnipotencia é infinita bondad.