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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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1)84 LA LEYENDA DE ORO. DIA 27<br />

médico: Padre general, yo le digo que el P. Melchor está<br />

<strong>de</strong>sahuciado, y que tiene poco tiempo <strong>de</strong> vida : y al portero<br />

: Dígale á monseñor que el P. Melchor se está muriendo.<br />

Parlia ya éste; pero el siervo <strong>de</strong> Dios lo llamó, y<br />

dijo : Dígale solo á monsefiorque el P. Melchor está ya<br />

bueno, y que el Seíior nos lo ha prestado por su misericordia.<br />

Oyendo esto el médico, solo añadió : Las oraciones<br />

<strong>de</strong>l padre general pue<strong>de</strong>n hacerlo. Y así fué: porque en<br />

aquel mismo instante recobró el moribundo la salud. Teniendo<br />

el príncipe <strong>de</strong> Yintimilla precisión <strong>de</strong> escribir á<br />

Roma á san José, y sabiendo que parlia <strong>de</strong> Palermo, en<br />

don<strong>de</strong> sucedió este caso, á la misma ciudad, don Francisco<br />

Ibarra y Montenegro, capitán <strong>de</strong> infantería, le entregó<br />

el príncipe la carta para que la pusiera en sus manos. La<br />

lar<strong>de</strong> antece<strong>de</strong>nte á su viaje <strong>de</strong>jó el capitán la cartíren casa<br />

<strong>de</strong> don Juan <strong>de</strong> Rosa , primer capellán <strong>de</strong> las galeras<br />

reales <strong>de</strong> Sicilia , con ánimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>spachar algunos negocios<br />

que tenia en la misma ciudad y volver por ella al<br />

anochecer. Así lo hizo: y lomando la carta <strong>de</strong> encima <strong>de</strong><br />

una mesa, en don<strong>de</strong> la hahia <strong>de</strong>jado, leyó el sobrescrito y<br />

halló que no <strong>de</strong>cia : Al general <strong>de</strong> las Escuelas Pias; sino:<br />

Al príncipe <strong>de</strong> Yintimilla. Creyendo que habia sido equivocación,<br />

se la volvió á este, que la abrió y halló ser toda<br />

escrita <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> san José, y respuesta puntual <strong>de</strong> la<br />

que la misma lar<strong>de</strong> le habia escrito.<br />

Déla luz <strong>de</strong>l cielo, con que veia las cosas ocultas y distantes<br />

y profetizaba lo futuro, dió innumerables testimonios.<br />

Era muy frecuente cuando los discípulos le besaban<br />

la mano, ó repren<strong>de</strong>rlos <strong>de</strong> los pecados ocultos, y exhortándolos<br />

al oido que se confesaran; ó alentarlos á la perseverancia<br />

cuando estaban en gracia <strong>de</strong> Dios, y á muchos<br />

les <strong>de</strong>cia el estado que hablan do lomar. Siendo ya <strong>de</strong> setenta<br />

y nueve años <strong>de</strong> edad, se hallaba el car<strong>de</strong>nal Domingo<br />

Ginnasi, enfermo <strong>de</strong> mucho peligro: mandó llamar<br />

á san José, y éste le dijo luego que le vió: Yueslra eminencia<br />

aun tiene diez años <strong>de</strong> vida. El efecto acreditó la<br />

profecía; porque habiendo curado <strong>de</strong> aquella enfermedad,<br />

no murió hasta que pasaron diez años <strong>de</strong>spués que le dijo<br />

estas palabras el siervo <strong>de</strong> Dios. Enfermó <strong>de</strong> un catarro (según<br />

el dictamen <strong>de</strong> todos) incurable, el berraanoJuan<strong>de</strong> San<br />

Carlos, operario <strong>de</strong> las Escuelas Pias, que ya tenia setenta<br />

y Ires años <strong>de</strong> edad : visitóle san José y le dijo : Hermano,<br />

no tema ; porque aun ha <strong>de</strong> vivir doce años. Sanó y<br />

concibió tanta seguridad en la promesa <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios,<br />

que habiendo vuelto á enfermar siete años <strong>de</strong>spués; aunque<br />

le <strong>de</strong>cían que no tenia remedio su dolencia, respondía.<br />

No tengo miedo , porque aun me fallan cinco años <strong>de</strong> los<br />

doce que me ha profetizado el padre generíd. Así sucedió,<br />

porque no murió hasla que so cumplieron los doce años.<br />

Por la semana sania <strong>de</strong>l fño 1639 resolvió el marqués<br />

Francisco Bisela, irse con su familia á un lugar <strong>de</strong> sus eslados<br />

con ánimo <strong>de</strong> divertirse. Sentíalo mucho la marquesa,<br />

su mujer, pareciéndole impropio <strong>de</strong> aquel tiempo cualquiera<br />

diversión. Dióle aviso á san José para que procurara<br />

disuadir á su marido: oyólo el siervo <strong>de</strong> Dios, y<br />

quedando un poco suspenso , arrojó un profundo suspiro<br />

y dijo : Pobre caballero, va huyendo <strong>de</strong> la muerte: pobre<br />

caballero, si se va no volverá mas. Por mas instancias<br />

que le hicieron no quiso ce<strong>de</strong>r el marqués: y estando éste<br />

para partir, avisado <strong>de</strong> parle <strong>de</strong> la marquesa por medio<br />

<strong>de</strong> un hijo suyo <strong>de</strong> lo que pasaba, dijo segunda vez: Pobre<br />

caballero; va huyendo <strong>de</strong> la muerle y no volverá mas.<br />

Para acreditar aun con mas claridad que sabíalo que habia<br />

<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r, el viernes santo envió dos <strong>de</strong> sus religiosos<br />

sacerdotes , con ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>tuviesen en compañía<br />

<strong>de</strong> los marqueses todo el tiempo que estos gustasen.<br />

Fueron bien recibidos, y el marqués habiendo hecho confesión<br />

general con uno <strong>de</strong> ellos, comulgó por <strong>de</strong>voción ti<br />

domingo <strong>de</strong> Pascua. A! dia siguiente al empezar á comer,<br />

fué asaltado <strong>de</strong> un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> apoplejía, que al punto le<br />

privó <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> los sentidos y potencias, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> dos<br />

dias le quitó la vida.<br />

Aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio tuvo san José y su ¡nstitulo,<br />

po<strong>de</strong>rosos émulos que no perdonaban á diligencia para<br />

embarazar sus progresos, la religión se veia muy dilatada<br />

por toda la cristiandad. Por los años <strong>de</strong> 16 40 se hallaba<br />

propagada en seis provincias, es á saber, <strong>de</strong> Roma , Génova,<br />

Ñapóles, Toscana, Alemania y Sicilia , <strong>de</strong> las cuales<br />

las tres primeras las fundó el siervo <strong>de</strong> Dios por sí mismo,<br />

y las otras fres por medio <strong>de</strong> sus hijos. También dos años<br />

ántes don Pablo Duran, obispo <strong>de</strong> Urgel, habia hecho una<br />

fundación <strong>de</strong> las Escuelas Pias en el lugar <strong>de</strong> Guisona,<br />

<strong>de</strong>l principado <strong>de</strong> Cataluña : y aunqne se perdió en la»<br />

guerras que por este tiempo agitaron al mismo principado;<br />

se compensó esta pérdida con el establecimiento <strong>de</strong> la religión<br />

en la isla <strong>de</strong> Cer<strong>de</strong>ña y en el reino <strong>de</strong> Polonia, cuyo<br />

rey Uladislao 1Y mandó <strong>de</strong>spachar su real <strong>de</strong>creto, sin<br />

prece<strong>de</strong>r instancias <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la religión , por el cual<br />

con voces <strong>de</strong> singular honra , no solo admitía en sus dominios,<br />

sino también llamaba al piadoso instilólo, el cual<br />

no se propagó en otros reinos y provincias , por no tener<br />

bastantes individuos: así en una carta <strong>de</strong>l ano 16.13 lo<br />

escribió el siervo <strong>de</strong> Dios : « Si me hallara con diez mil<br />

religiosos, en ménos <strong>de</strong> un año tendria en don<strong>de</strong> emplearlos.»<br />

Sin embargo, para que brillara mas lo heroico <strong>de</strong> su<br />

paciencia entre las mayores contradicciones, permitió el<br />

Señor que habiéndose valido el <strong>de</strong>monio <strong>de</strong> dos que vivían<br />

entre sus hijos, con ejemplo pocas veces visto en la Iglesia<br />

<strong>de</strong> Dios, tuviesen pretexto los émulos, que no dormían,<br />

para procurar la total extinción <strong>de</strong>l instituto, no hallándose<br />

este viciado, ni en la cabeza, ni en los miembros, y les<br />

falló poco para llegar á conseguirlo. Por falsos informes,<br />

aunque verisímiles , que dieron algunos sugolos (cuyos<br />

ojos flacos no podían sufrir el copioso resplandor que esparcían<br />

sus méritos), <strong>de</strong> haber ocupado ; lgnnas escrituras<br />

pertenecientes al santo tribunal <strong>de</strong> la Inquisición , al<br />

principio <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 16í2 á las diez <strong>de</strong> la mañana<br />

fué llevado por medio <strong>de</strong>loda Roma ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> ministros,<br />

y acompañado <strong>de</strong> sus asislcntcs, procurador general<br />

y secretario , al mismo tribunal <strong>de</strong>l santo Oficio : y<br />

aunque <strong>de</strong>scubierta su inocencia , luego fué puesto en libertad<br />

, y aun traído como en triunfo por las mismas calles<br />

por don<strong>de</strong> habia sido llevado; prevaleciendo la malicia<br />

<strong>de</strong> los contrarios á san José y á su obra , permitió el<br />

Señor, para ejercicio <strong>de</strong> su siervo, que sin embargo <strong>de</strong> la<br />

rectitud <strong>de</strong> las personas que habian <strong>de</strong> juzgar aquella causa,<br />

fuera ofuscada la justicia : así pasados solos cinco meses,<br />

expidió la sagrada congregación <strong>de</strong>l santo Oficio un<br />

<strong>de</strong>creto, que aprobó el pontífice Urbano YIII, por el cual<br />

san José fué <strong>de</strong>puesto <strong>de</strong>l generalato que el mismo pontífice<br />

habia perpetuado en su persona, y nombrados con título<br />

<strong>de</strong> visitadores para mandar la religión , primero el<br />

padre Agustín Ubaldini déla congregación Somasca, varon<br />

<strong>de</strong> costumbres irreprensibles, y <strong>de</strong>spués, por renuncia

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