Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

ACOSTO.
ses.» AI momento ?e apoderaron de ella los verdugos, y
la llevaron á una isla que forma el rio Licus cerca de la
ciudad, donde le quitaron sus vestidos y la amarraron á
un poste. Al rededor de este prepararon la hoguera, y durante
los preparativos así como después de haberle pegado
fuego, Afra no cesaba de dirigir al cielo fervorosas acciones
de gracias por la merced que el Señor le dispensaba.
Así acabó esta santa la carrera de la vida, recibiendo
la palma del martirio el dia 7 de agosto del ano 304, muriendo
también martirizada toda su familia, que había sido
bautizada con ella por san Narciso obispo de Gerona, el
cual había ido á la Recia por negocios importantes de la
Iglesia , volviendo después á su diócesis.
SAN EÜSINIO, MÁIITIU. — Era sóida Jo romano , y había
llegado á la edad de ciento y diez años , cuando un día
estando en Anlioquía , viendo las atrocidades que contra
los fieles cometía el emperador Juliano el Apóstata, lleno
de fervor y zelo por la religión de Jesucristo, se presentí)
al emperador, y le echó en cara su ceguedad y el furor á
que se entregaba. Al mismo tiempo le recordó la piedad y
todas las virtudes del gran Constantino á cuyas órdenes
él habia servido. Indignado el tirano de verse reprendido
por un soldado, mandó que le cortasen la cabeza, y
el ilustre veterano consumó su gloriosa carrera con la corona
del martirio.
SAN MEMIO, OBISPO.—Fué natural de Roma, ciudadano
distinguido, y vivió en tiempo de los apóstoles.- Enamorado
de la doctrina evangélica , se convirtió á la fé cristiana
, y fué bautizado por san Pedro. Toco después h> consagró
obispo el mismo apóstol y le envió al territorio de
Marne, el cual convirtió á Jesucristo, fundando la Iglesia
de Chalons y siendo su primer obispo. Créese que murió
en paz á principios del siglo II. Sus reliquias se guardan
todavía en la catedral de Chalons, y se cuentan muchos
milagros obrados por su intercesión.
SAN CASIANO, OBISPO y CONFESOR.—Casi nada se sabe de
cierto de este santo obispo. Dícese que habia nacido en
Egipto y que fué elevado al episcopado en el Oriente, y se
añade que en consecuencia de una visión pasó al Occidente,
cuando Cmslanlino el Grande se hubo declarado eu favor
del cristianismo, y que habiendo ido á parar á las Galías
san Relk'o, obispo de Autun, le hizo entrarsalervkio de su
Iglesia. En este estado S3 hizo respetar tan umversalmente
por sus afamadas virtudes, que fué elegido para suceder
á san Retico, muerto poco tiempo antes de la celebración
del concilio de Nicea. Ignórase hasta qué año vivió, pero
hay motivos para creer que su muerte no fué antes del
año 330.
SAN OSWALDO, IIEY \ MÁtinn.—Fué rey de Norlhum-
'jerland en Inglaterra. Despiu's de la muerte de su padre
Etelfrido, se vió obligado á refugiarse enlie los pidos , y
después á Irlanda, porque Edvino, que se había apoderado
de su reino, quería asesinarle. Durante su retiro de los
ncgocios conocióla religión cristiana y la abrazó, volviendo
en seguida á su patria, y derrotando en unagran batalla á
^ada-Wello, rey de los antiguos bretones, que en ellapcrdió
lavida. Antes de entraren acción, Oswaldo había mandado
hacer una gran cruz de madera, que plantó él mismo sobre
Utia altura, gritando en seguida á sus soldados que so
Prosternasen ante el signo de la redención, y que suphoasen
al Dios de las batallas se dignase concederles la vicloria-
El sitio donde habia estado clavada aquella cruz se
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llamó en adelante «campo del cielo,» siendo el primer trofeo
de la fé cristiana erigido en aquellas comarcas. El sa-)lo
rey, vencedor de sus enemigos, dió gracias al cielo por los
favores que le dispensaba, fué generoso y clemente, y poseyó
todas las virtudes de un príncipe cristiano. Su reinado
es memorable por las sabias leyes que dió á su pueblo, y
por el engrandecimiento que procuró á la religión de Jesucristo
en sus estados. Habia ya gozado algunos años de
perfecto paz, cuando Penda, rey de los mercios, le declaró
guerra , y el santo rey perdió la vida en la batalla de Marsefeld
el año 6í2, La Iglesia le venera desde enloncessobre
los aliares, y algunos Martirologios le dan el título
de mártir.
Los SANTOS CANTIDIO , CANTIDIANO v SÓBELO,
MÁRTIRES.
— Padecieron martirio en Egipto, y derramaron su sangre
por la fé en el siglo Hl. Sus reliquias obraron muchos milagros
, y sus nombres se encuentran en lodos los Martirologios
griegos y latinos de la mas remota antigüedad,
SAN PÁRIS, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Atenas, y habiendo
salido muy aventajado en las letras sagradas y en
lodos los estudios eclesiásticos, vino á Occidente, instado
por san Basilio el Grande , su ínfimo amigo. Llegado á
Terno, ciudad de Italia, y viendo que sus habitanles dormían
aun en las sombras de la idolatría , empezó á predicar
con tanto zelo el Evangelio, que al poco tiempo la población
presentaba un nuevo aspecto. A fuerza de razones
y milagros convenció de falsedad al paganismo, é hizo brillar
mascada dia la divinidad dekireligion que anunciaba.
Sebiéoa estos progresos de la fépor el papa san Silvestre,
llamó á su presencia á Páris, alabó su santo propósito , le
consagró obispo, y lo mandó olra voz con su bendición
apostólica á Temo cuya ciudad era ya toda cristiana. Elevado
á tan alia dignidad, redobló el san!o sus esfuerzos,
y correspondió de un modo tan satisfactorio á la confianza
de la Iglesia, que antes de su muerlc vió toda su diócesis
purificada de los errores de la idolatría. Resplandeció en
milagros toda su vida, y murió Iranquilamenle ol dia 3 de
agosto del año 316.
LA GLORIOSA
DIA 6.
TRASFIGURACION DEL SEÑOR. — Celebra la
Iglesia catódica á los 6 de agosto, el misterio altísimo y
regaladísimo de la gloriosa trasfiguracion de nuestro Sefior
Jesucristo: porque verdaderamente, es un grave testimonio
del misterio de la santísima Trinidad, y del de la
encarnación y magisterio del Hijo de Dios, y de la gloria
conque ha de venir á juzgar los vivos y los muertos, y
reformar los flacos y corruptibles cuerpos, y conformarlos
con el suyo, y de grande alivio y descanso para todos ks
hijos de Adán, que andamos navegando con tantos trabajos
y peligros entre las ondasy tempestades, para el puerto
tranquilo de nuestra bienavenlurada eternidad. La ocasión
que tomó el Señor para trasfigurarse , fué esta. Luego
que san Pedro, alumbrado con la luz del cielo, confesó que
Jei-ucrislo nueslro Salvador era Hijo de Dios vivo, y en
premio de esta confesión el Señor le prometió darle las
llaves del reino de los cielos, juntamente comenzó á avisar
ásusdiscípulos, que habiade padecermnebo en Jerusaleu
de los escribas y príncipes de los sacerdotes, y que
habia de morir en sus manos , y después do muerto resucitar.
Porque habiemb par boca de san Pedro establecido