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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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452 LA. LEYENDA DE ORO. DIA 31<br />

padres nobilísimos: dióse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño á las letras y estudiólas<br />

con mucho cuidado y diligencia, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />

aprendido en Francia las arles liberales se fué á Roma<br />

para estudiar <strong>de</strong>rechos, y salió muy docto y elocuente,<br />

y ejercitó el oficio <strong>de</strong> abogado con gran<strong>de</strong> loa y opinión.<br />

Casóse con una señora noble, rica, virtuosa y en todo<br />

igual suya: y como era hombre <strong>de</strong> tantas préndaseos<br />

gobernadores <strong>de</strong> aquella provincia le comenzaron á ocupar<br />

en cargos y gobiernos <strong>de</strong> aquella república. Era muy<br />

amigo <strong>de</strong> caza y preciábase mucho <strong>de</strong> gran cazador, y<br />

hacia colgar los cuernos <strong>de</strong> los venados que mataba en un<br />

gran<strong>de</strong> y hermoso peral que estaba en medio <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong><br />

su misma ciudad, <strong>de</strong> la cual á la sazón era obispo Amador,<br />

varón santísimo. Iba ála manoei santo prelado á Germán,<br />

y procuraba apartarle <strong>de</strong>l continuo ejercicio y sobrada<br />

ocupación que tenia <strong>de</strong> la caza y <strong>de</strong> aquella vana ostentación<br />

que hacia <strong>de</strong> poner en público aquellos cuernos,<br />

como trofeo <strong>de</strong> sus victorias: y viendo que no podia acabar<br />

cesa con él, un día que estaba Gorman ausente, mandó<br />

cortar el peral, y arrojar fuera la ciudad aquellos que<br />

<strong>de</strong> él estaban colgados. Sintió esto sobremanera Germán,<br />

y <strong>de</strong>terminó <strong>de</strong> vengarse <strong>de</strong>l obispo: pero en el mismo<br />

tiempo que él juntaba gente y tramaba la venganza, Dios<br />

nuestro Señor reveló á san Amador, que se llegaba ei<br />

tiempo en que le quería librar <strong>de</strong> las miserias <strong>de</strong> esta vida<br />

y llevarle á gozar <strong>de</strong> la felicidad eterna, y que su voluntad<br />

era que Germán le sucediese en el obispado. Juntó san<br />

Amador en la iglesia el clero, nobleza y pueblo; <strong>de</strong>claróles<br />

lo que <strong>de</strong>l cielo le había sido revelado; consolóles <strong>de</strong><br />

su muerte, y díjoíc^que en lodo caso hagan obispo á Germán,<br />

para que se cumpla la voluntad <strong>de</strong> Dios. Todo el<br />

pueblo se conmovió, y cerraron las puertas <strong>de</strong> la iglesia,<br />

echaron mano <strong>de</strong> Gorman que estaba presente, y le presentaron<br />

á san Amador, que le ccrló el cabello, y le quitó<br />

ol vestido seglar y rico, y lo vistió <strong>de</strong> clérigo, exhortándole<br />

á bajar el cuello, y tomar el cai go <strong>de</strong> prolado que<br />

Oíosle daba, y servirle en aquella dignidad con perfecto<br />

corazón y cuidado. Ko pudo Germán resistir á la revelación<br />

<strong>de</strong> Dios, y á la fuerza <strong>de</strong> todo el pueblo; y así <strong>de</strong>spués<br />

do la muerto <strong>de</strong> san Amador fué consagrado do<br />

obispo, y con la consagración se mudó tanto su vida,<br />

que bien se vió que la mano <strong>de</strong>l Señor que le había escogido<br />

le guiaba y estaba sobre él. La que ántes era su<br />

mujer comenzó á ser su hermana: los vestidos ricos y<br />

galanos se trocaron en cilicios y hábito pcnilenle: las riquezas,<br />

que ántes se buscaban y llevaban para vanida<strong>de</strong>s,<br />

servían <strong>de</strong> remediar las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pobres. Des<strong>de</strong><br />

el día que comenzó á ser sacerdote hasta el postrero do<br />

su vida, nunca comió pan <strong>de</strong> trigo ni bebió vino, ni usó<br />

<strong>de</strong> aceite , ni vinagre, ni <strong>de</strong> legumbres , ni <strong>de</strong> sal para<br />

sabor á lo que comia; solo las pascuas <strong>de</strong> Navidad y <strong>de</strong><br />

la Resurrección echaba una gota <strong>de</strong> vino en el agua, por<br />

la solemnidad do la fiesta. Cuando había <strong>de</strong> comer, primero<br />

gustaba un poco <strong>de</strong> ceniza, y <strong>de</strong>spués comia pan <strong>de</strong><br />

cebada , que él mismo había cogido y molido ; y esta comida<br />

era una vez al día á la lar<strong>de</strong>, y algunas veces se lo<br />

pasaban los tres días, y aun toda la semana sin comer.<br />

No mudaba la túnica ni la cogulla, hasta que con la vejez<br />

estaban gastadas y consumidas. Traía siempre un cilicio<br />

á la raíz <strong>de</strong> las carnes, y el mismo vestido en el invierno<br />

y en verano. Su cama era el suelo cubierto <strong>de</strong> ceniza, y<br />

<strong>de</strong> un cilicio con un pobre cobertor, y sin almohada: dormía<br />

siempre vestido, y pocas veces se quitaba d cíngulo<br />

ni los zapatos. Era <strong>de</strong>votísimo <strong>de</strong> las reliquias <strong>de</strong> los santos<br />

, y las traía siempre en un relicario colgadas al cuello.<br />

Recibía á todos los huéspe<strong>de</strong>s que venían á él, con maravillosa<br />

alegría, y les lavaba él mismo los piés, y los regalaba<br />

y hacía comer, ayunando él. Edificó un monasterio alH<br />

cerca su ciudad para recogerse, y en el golfo <strong>de</strong> tantas y<br />

tan varias ocupaciones, que por razón <strong>de</strong> su dignidad tenia,<br />

hallar puerto quieto y seguro.<br />

No pudieron los <strong>de</strong>monios, enemigos do nuestra salud,<br />

sufrir tanta perfección, y <strong>de</strong>terminaron hacer cruda guerra<br />

á san Germán á fuego y sangre. Tentáronlo por mil<br />

vías: acometiéronle y diéronle muchos terribles asaltos,<br />

sin po<strong>de</strong>r hacer mella en aquel pecho sagrado , que como<br />

una firme y fuerte roca hacia burla <strong>de</strong> todas las ondas y<br />

alteraciones <strong>de</strong>l mar. Viendo que no podían prevalecer<br />

contra el pastor, se quisieron vengar <strong>de</strong> él en sus ovejas:<br />

y permitiéndolo así nuestro Señor, causaron una cruel<br />

enfermedad en todo el pueblo, que le daba en la garganta,<br />

con la cualmurió innumerable gente, chicoé y gran<strong>de</strong>s,<br />

sin remedio. Acudió á Dios el santo pontífice, y bendiciendo<br />

un poco <strong>de</strong> aceite , mandó que se untasen con él; y<br />

con esto cesó aquelia plaga : y <strong>de</strong>spués un <strong>de</strong>monio, que<br />

el mismo santo echó <strong>de</strong> un hombre á quien atormentaba,<br />

confesó que toda aquella mortandad había venido por<br />

obra <strong>de</strong> ellos, permitiéndolo el Señor para mayor gloria<br />

<strong>de</strong>l santo, y enmienda y castigo <strong>de</strong>l pueblo.<br />

Levaalóse en Inglaterra (como lo dijimos en la vida do<br />

san Lupo) la herejía <strong>de</strong> Pelagio, y cundía como cáncer,<br />

y dcslruia aquella isla. Fueron enviados <strong>de</strong>l concilio <strong>de</strong> los<br />

obispos san Germán y san Lupo, para apagar aquel incendio,<br />

y apagáronle los dos déla manera que allí queda referido.<br />

Solo hay que advertir tres cosas, que en osla empresa<br />

fueron propias <strong>de</strong> san Gorman, <strong>de</strong>jando las otras,<br />

que en san Lupo lo fueron comunes. La primera lo quo<br />

aconteció con la santa virgen Genoveva en el territorio do<br />

París, cuando iba á Inglaterra: lo cual no repelimos aquí,<br />

por haberlo escrito en la vida <strong>de</strong> la misma virgen á los 3<br />

do enero.<br />

La segunda, que estando en Inglaterra, el <strong>de</strong>monio lo<br />

hizo caer y lastimar un pié gravemente; <strong>de</strong> suerte que le<br />

fué forzoso estar echado, porque no se podía mover: y<br />

estando así, se emprendió fuego en una casa allí vecina, y<br />

creciendo con el viento que soplaba, y llegándose á la <strong>de</strong><br />

san Germán, acudió mucha gente para librar al santo<br />

obispo, y él no se movió: tanta era la constancia y seguridad<br />

que tenia en ei Señor : el cual mandó á las llamas<br />

que no tocasen aquella casa en quo estaba el santo; y así<br />

la salvaron, haciendo ceniza las que estaban al re<strong>de</strong>dor,<br />

y en lodo lo que el pueblo, por atajarlas, había puesto<br />

sus manos. Allí don<strong>de</strong> estaba echado el santo, venia gran<br />

multitud <strong>de</strong> gente enferma en el alma y en el cuerpo para<br />

que los curase; y él á todos curaba y daba remedio <strong>de</strong>l<br />

ciclo, sin querer tomar ninguno para su pié, hasta que el<br />

Señor se le dió: porque vino un ángel, vestido <strong>de</strong> ropas<br />

blancas como la nieve, que tomándole por la mano le dijo :<br />

Levántate, y está firme sobre tus piés; y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel mo -<br />

monto quedó sano.<br />

La tercera cosa es que habiendo san Germán (ornado<br />

con san Lupo <strong>de</strong> Inglaterra á Francia, estando ocupado<br />

en su Iglesia , haciendo obras <strong>de</strong> varón mas divino que<br />

humano , tuvo nueva que la herejía do Pelngio tornaba

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