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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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U<br />

LA LEYBND<br />

te todas cosas hnia <strong>de</strong> tratar y hablar con imijorcs, si no<br />

había precisa necesidad, para guardar mejor la castidad<br />

que lanío habia pedido á nuestro Señor. Nunca estaba<br />

ocioso: era el primero que venia al coro, y el último que<br />

salia <strong>de</strong> el. Después do maitines comunmente se quedaba<br />

en oración, ó estudiando ó escribiendo. En la comida era<br />

muy abslinenle: nunca comia carne, sino estando enfermo.<br />

Traia cilicio, ó una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> hierro junio á sus carnes.<br />

Dormia en el suelosobrc lastablas, y siendo mas viejo<br />

usaba algunas vecespor regalo un jergón <strong>de</strong> paja. Fué cosa<br />

propia <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l SeHor, que siendo tan flaco y tan<br />

<strong>de</strong>bilitado, y acosado <strong>de</strong> muchas enfermeda<strong>de</strong>s, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

mozo casi tísico, pudiese hacer una vida tan rigurosa y<br />

penitente. Or<strong>de</strong>náronle <strong>de</strong> sacerdote, y <strong>de</strong>cía cada día<br />

misa con gran <strong>de</strong>voción y ternura. Finalmente, la vida <strong>de</strong><br />

san Anlonino en el convento era un <strong>de</strong>chado para todos los<br />

religiosos, y un perfecto retrato <strong>de</strong> toda virtud ;• y así,<br />

aunque él era humildísimo y <strong>de</strong>seosísimo <strong>de</strong> estar <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> todos, y no ser superior <strong>de</strong> ninguno, no le <strong>de</strong>jaron gozar<br />

<strong>de</strong> su humildad y quietud, antes le levantaron y le hicieron<br />

prior <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> los mas principales convenios<br />

<strong>de</strong> su ór<strong>de</strong>n en Italia, que fueron el <strong>de</strong> Fiésoli, <strong>de</strong> Cortona,<br />

<strong>de</strong> Gaeta, <strong>de</strong> Sena, <strong>de</strong> Florencia, <strong>de</strong> Ñapóles y <strong>de</strong> Roma,<br />

y vicario general <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Roma y Ñapóles;<br />

el cual cargo le encomendaron, para que con el ejemplo<br />

<strong>de</strong> su santa vida, doctrina y pru<strong>de</strong>ncia, reformase la disciplina<br />

religiosa <strong>de</strong> su ór<strong>de</strong>n , que estaba muy estragada<br />

y caida , por ocasión <strong>de</strong> una cruelísima pestilencia que<br />

hubo el año <strong>de</strong> 1318, en la cual murió innumerable genle<br />

en llalla , y muchos religiosos <strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> santo Domingo,<br />

<strong>de</strong> los mas graves y mas celosos que la conservaban<br />

en su puridad. Hizo su oficio san Antonino admirablemente,<br />

visitando á pié , cuando podia , ó en un jumento,<br />

sus conventos ; y era tan gran<strong>de</strong> su humildad , que siendo<br />

superior se iba á la cocina y lavaba los platos y escudillas,<br />

y harria la casa y servia á los mozos, y hacia los oíros<br />

oficios bajos como el menor do todos; lo cual también<br />

hizo algunas veces, aun <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ser arzobispo. Y no<br />

era menor su caridad ni afabilidad con que trataba á sus<br />

subditos, amonestándolos con blandura, y corrigiéndolos<br />

con severidad, y mostrándose padre en todo, curando las<br />

llagas con vino y aceite, como ministro fiel <strong>de</strong>i Señor.<br />

Al tiempo que san Antonino se ocupaba en el gobierno<br />

y reformación <strong>de</strong> su ór<strong>de</strong>n, murió líarlolomé Zebarela,<br />

arzobispo <strong>de</strong> Florencia ; y <strong>de</strong>seando el papa Eugenio 1Y,<br />

que á la sazón presidia en la silla <strong>de</strong> san Pedro, proveer á<br />

la <strong>de</strong> Florencia <strong>de</strong> vigilante y santo pastor, puso los ojos<br />

en san Antonino, que sobre lodos resplau<strong>de</strong>cia como un<br />

sol entre las estrellas. Supo el santo, yendo <strong>de</strong> camino á<br />

Nápoles, la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>l sumo pontífice, y afligióse y<br />

congojóse <strong>de</strong> manera, que qiiiso navegar á la isla <strong>de</strong> Cer<strong>de</strong>ña,<br />

y escon<strong>de</strong>rse en ella hasta tanto que se hubiese proveído<br />

<strong>de</strong> arzobispo á la iglesia <strong>de</strong> Florencia. Poro nuestro<br />

Señor, que le habia escogido, le divirtió con la esperanza<br />

<strong>de</strong> que con otros medios mas blandos se podia excusar , y<br />

<strong>de</strong>sechar <strong>de</strong> sí aquella dignidad, <strong>de</strong> la cual se tenia por<br />

indigno, y juzgaba que era carga sobre sus fuerzas, y que<br />

habiéndose recogido á la religión, como puerto segnm,<br />

huyendo <strong>de</strong> las lempesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l siglo , tornaria á engolfarse,<br />

y correría gran riesgo su salvación. No hay persona<br />

tan ambiciosa, ni que baya tomado laníos medios para alcanzar<br />

el cargo ó dignidad qué preteníté, cuanlossanAn-<br />

A DE ORO. DÍA 2.<br />

tonino lomó para huir <strong>de</strong> la honra, que como sombra <strong>de</strong><br />

su cuerpo le seguía. Mas todo lo que hizo para excusarse<br />

fué en vano, porque el papa Eugenio IV estuvo muy lirme<br />

en su primera resolución , y le envió las bulas <strong>de</strong>spachadas<br />

graciosamente, y á <strong>de</strong>cir, que si no obe<strong>de</strong>cia le excomulgaria,<br />

y le mandarla que aceptase el arzobispado, so<br />

pena <strong>de</strong> analema. Recibidas las letras apostólicas , juntó<br />

san Antonino en su monasterio á los hombres mas graves<br />

<strong>de</strong> las religiones, <strong>de</strong>l clero y <strong>de</strong>l magistrado <strong>de</strong> la ciudad<br />

<strong>de</strong> Florencia, para consultar con ellos si estaba obligado<br />

á obe<strong>de</strong>cer al pontífice, y si habia alguna manera para<br />

po<strong>de</strong>rse escapar. Todos le respondieron que estaba obligado<br />

á obe<strong>de</strong>cer, y que aquel negocio era guiado por<br />

Dios, y que le ofeu<strong>de</strong>ria gravemente.si no lo aceptara.<br />

Hincóse entonces <strong>de</strong> rodillas el santo, y alzando las manos<br />

al cielo, dijo : «Rien sabéis vos. Señor mió, cuáu<br />

contra mi voluntad acepto yo este cargo, y solo pomo<br />

contra<strong>de</strong>cir á la vuestra y á la <strong>de</strong> vuestro vicario: y pues<br />

vos lo sabéis, yo os suplico que rae en<strong>de</strong>recéis, para que<br />

yo haga siempre la vuestra y lo que <strong>de</strong>bo.» Diciendo esto<br />

<strong>de</strong>rramaba muchas lágrimas <strong>de</strong> tristeza y sentimiento, y<br />

los que estaban presentes <strong>de</strong> admiración y <strong>de</strong>voción. Él<br />

tomó la posesión <strong>de</strong> la Iglesia, y vino á ella á pié y <strong>de</strong>scalzo,<br />

con gran<strong>de</strong> amargura y ternura <strong>de</strong> su corazón , y<br />

no menor alegría y regocijo <strong>de</strong> toda la ciudad, que tenia<br />

á Antonino por santo, y esperaba que la habia <strong>de</strong> gobernar<br />

como pastor , nó <strong>de</strong> la tierra , sino venido <strong>de</strong>l cielo.<br />

Salió aquel día toda la ciudad á recibirle, hombres y mujeres,<br />

nobles y plebeyos, pobres y ricos, los cuales viendo<br />

á su arzobispo tan humil<strong>de</strong> y <strong>de</strong>voto, se enleruecian y<br />

compungían , y se postraban en el suelo y le pedían su<br />

bendición, juntas las manos con tan gran<strong>de</strong> reverencia y<br />

respeto, como si fuera el mismo sumo pontífice.<br />

En sentándose en la silla, fué admirable la vida que<br />

hizo, el gobierno que tuvo, y las cosas que para gloria <strong>de</strong><br />

Dios y bien <strong>de</strong> sus ovejas iuslitujó. Su casa era como un<br />

monasterio muy recogido y concertado: familia poca; y<br />

como dice la bula <strong>de</strong> su canonización, <strong>de</strong> solas ocho personas<br />

, y entre ellas un compañero religioso; poro bien<br />

avenidas y temerosas <strong>de</strong> Dios, y á propósito para los negocios<br />

<strong>de</strong>l arzobispado. No habia a<strong>de</strong>rezos <strong>de</strong> aposentos,<br />

ni tapices, ni panos <strong>de</strong> seda, ni vasos ricos <strong>de</strong> oro ó plata,<br />

ni caballos, ni coches en la caballeriza ; solamente siendo<br />

ya viejo, y estando <strong>de</strong>bilitado, tenia para ir <strong>de</strong> camino un<br />

macho que le habían presentado ; porque <strong>de</strong>cía , que los<br />

bienes <strong>de</strong> los pobres no se habían <strong>de</strong> gastar en snslciilar<br />

bestias ni en otras superfluida<strong>de</strong>s. Daba <strong>de</strong> comer á sus<br />

criados con abundancia, pero nó con <strong>de</strong>masía; y él los<br />

enseñaba la templanza comiendo poco y cenando menos,<br />

y nunca preguntando lo qué habia <strong>de</strong> comer ó cenar,<br />

contentándose con lo que le daban. Había siempre lección<br />

á la mesa, y estaba el santo tan atento á lo que se leía,<br />

que cualquiera falla que hiciera el lector la enmendaba.<br />

Ayunaba las vigilias y cuatro témporas , el adviento , la<br />

cuaresma y lodos los viernes <strong>de</strong>l año ; y los <strong>de</strong> su casa<br />

hacían lo mismo. Siempre guardó la regla monástica en<br />

todo lo que pudo , no solo en el hábito , que siempre lo<br />

(rajo, sino en las ceremonias y estatutos <strong>de</strong> su religión.<br />

Tenia dos vicarios para <strong>de</strong>cidir las causas y pleitos que<br />

tocaban á su jurisdicción , hombres letrados y <strong>de</strong> buena<br />

conciencia , y dábales buenos salarios para quitarles la<br />

ocasión <strong>de</strong> torcer la justicia por interés. Jamás cousiulió

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