Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

;Í30 LA LEYENDA DE ORO. DIA. 13
llamó un dia á su presencia, y no pudiendo conseguir que
ofreciesen incienso á las divinidades del paganismo, les
condenó á muy crueles tormentos, enlre ellos el de pasear
desnudos por toda la ciudad, y ser después arrojados á un
horno encendido, cuyo fuego consumió sus cuerpos y llevó
sus almas al cielo.
SANTA EPIFANÍA, MÁRTIR.—Solo sabemos de esta santa
lo que dice el Martirologio romano, sin que se hayan podido
encontrar en ninguna parte las actas de su martirio.
En tiempo del emperador Dioclcciano, dice el citado Martirologio,
y del gobernador Tertilo, habiéndola cortado
los pechos, entregó su alma al Criador en tierra de
Otranto.
SAN VIVEXCIOLO, OBISPO.—Pasó los primeros años de su
juventud en un monasterio del monte Jura, y estuvo unido
con estrechísima amistad con san Avito, obispo de Viena,
y con san Apolinar su hermano, también obispo. Cuando
fué elegido superior del monasterio de Coudat, lo gobernó
con sabiduría y prudencia, y al poco tiempo fué elevado
á la silla arzobispal de Lyon, floreciendo en ella como un
verdadero sucesor de los apóstoles. Asistió á varios concilios,
y contribuyó a la formación de algunos reglamentos
para e! buen régimen de los cristianos y de las costumbres
públicas. San Vi venciólo poseia, según Agoardo, una
grande erudición, lo cual prueban sus escritos y el elogio
con que hablan de él algunos autores. Ignórase la época
y las circunstancias de su muerte, la que debió suceder
después del año 317, porque en él congregó un concilio
para anular cierto matrimonio incestuoso de uno de los
primeros oficiales del rey de Borgoña.
SANTA MARCIANA VÍRGEN Y MÁRTIR.—Nació y murió en la
Mauritania durante los primeros siglos de la Iglesia. Su
martirio consistió en echarla á las fieras para que la devorasen,
y murió despedazada por un toro. El cuerpo de
esta santa fué después trasladado á Toledo, en España,
donde aun se venera, por cuyo motivo algunos autores la
han creído española, y han asegurado que habia padecido
martirio en dicha ciudad. Los continuadores de Bolandus
prueban basta la evidencia que son falsas las actas de
su martirio que se suponen escritas en Toledo, y son de
parecer que sania Marciana habia nacido, vivido y muerto
en la Mauritania.
SAN PATEBNIANO, OBISPO T CONFESOR.—Italiano de nación,
y dedicado á las cosas eclesiásticas desde sus primeros
años, pasó por todos los grados de la gerarquía clerical,
y mereció por su educación y por la solidez de sus conocimientos
ser mirado como un oráculo en su tiempo. El papa
san León, el Grande, á quien habia ayudado mas de una
vez con sus consejos, le elevó á la silla episcopal de Bolonia,
y le consagró por sí mismo. La reputación que se habia
adquirido con sus conocimientos aumentóse con el cargo
pastoral; pues fué uno de los prelados mas sabios y
mas santos de su siglo. Su pontificado duró veinte años,
intervalo suficiente para desplegar todos los recursos de
su celo y de su virtud en unos tiempos tan calamitosos. La
irrupción de los bárbaros le proporcionó"*oeasion para
prestar los beneficios inmensos á su rebaño, y murió
resplandeciente en milagros, el dia 12 de julio del ano
de íTO.
DIA 13.
SAN ANACLETO, PAPA T MÁRTIR.—Muerto vm Clemente,
papa y mártir, por común vokinlad de la Iglesia fué puesto
en la silla pontifical san Anacleto, griego de nación, natural
de Atenas é hijo de Antíoco, el año del Señor de 103,
imperando Trajano: el cual viendo que la religión cristiana
se aumentaba, y el culto de sus falsos dioses so disminuía
y menoscababa, levantó la tercera persecución
contra la Iglesia, pensando con tormentos poderla acabar;
pero antes se le acabó á él la vida, y la semilla y doctrina
del cielo regada con la sangre de los mártires, cada dia
florecía mas, y cuanta mas sangre se derramaba, daba
mas copiosa cosecha. Por esta persecución lan cruda, y
por estar los criólianos cada dia con el cuchillo á la garganta
para ser martirizados, ordenó san Anacleto, que al
cabo de la misa comulgasen todos los que se hallasen presentes.
Mandó asimis:no, que á la consagración del obispo
se hallasen presentes á lo ménos otros tres obispos (como
ánles lo habia instituido san Pedro), y que los clérigos se
admitiesen á las órdenes públicamenle, para quesea conocido
por virtuoso y digno de tan alto clioio el que fuere
admitido. Escribió algunas epístolas en que trata la autoridad
del sumo pontífice, á quien solo Dios puede juzgar,
y do solo él recibe la superioridad y poder sobre todas
los otras Iglesias; y habla altamente de las Iglesias
patriarcales. Escribió grandes alabanzas del apóstol
san Pedro, y edificó su capilla y otros lugares, donde
se sepultasen los pontífices sus sucesores. Celebró dos veces
órdenes en el mes de diciembre, y ordenó, en ellas seis
obispos, cinco presbíteros y tres diáconos: y después de
haber gobernado la Iglesia de Dios nueve años, tres meses
y diez dias, fué martirizado el ano del Señor de 112, y el
decimotercio del imperio de Trajano. Fué sepultado en el
Vaticano. Celebra la Iglesia su fiesta el dia de su martirio,
que fué á 13 de julio. San Ignacio, en una epístola
que escribe á María Ca^obolite, hace honorífica mención
de san Anacleto. Adviértase, que algunos autores griegos
confunden á Anacleto con Cleto, y de dos hacen uno, y
que en la sucesión de los cuatro piimeros papas, después
de san Pedro, vdrian mucho algunos escritores eclesiásticos,
y que no falla quien ponga el martirio de san Anacleto
en tiempo del emperador Domiciano; pero lo que aquí
habemos dicho, como mas cierto y mas común, se debe
seguir.
* Los SANTOS PROFETAS, JOEL YESDRAS.—Joel es el segundo
de los profetas menores que profetizó por los años 189
antes de Jesucristo, y fué hijo de Phatuel. Escrita su profecía
en hebreo con estilo vehemente, espresivo y figurado,
contiene la devastación de la Judea por los caldeos, y
bajo de este tipo la destrucción de Jerusalen por los romanos,
el fin del mundo, el juicio universal, las penas eternas
para los reprobos, y una gloria sin fin para los justos.
Esdras fué hijo de Saraias, pontífice soberano á quien
ríió muerte Nabucodonosor, ejerció el gran sacerdocio durante
la cautividad de Babilonia. El crédito de que gozaba
con Ai tajerjes Longimano fué muy útil á su nación ; este
príncipe lo envió á Jerusalen en una colonia de judíos, y
marchó cargado de riquezas para el templo que se habia
empezado á construir en tiempo de Zorobabel, y que él se
habia empeñado en concluir. Habiendo llegado á Jerusalen
407 afiosántes que Jesucristo, se dedicó en reformar algunos
abusos que se habían introducido en el pueblo, preparándose
para la dedicación de la ciudad. Dicha ceremonia
atrajo multitud de gentes á Jerusalen, y entonces Es-