Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA 31. JULIO. 451
marido el brazo derecho la Reina del cielo y su mano sanlí- y devoción, anduvo corriendo sobre sus piés lodos los
sima , con el dedo índice señalaba á san Ignacio, y se lo claustros altos del convento , bajó las escaleras á la Iglesia
, y asistió al Te Dcum laudamus que todo el convento
mostraba diciendo: Vé aquí al santo que tú llamas. Entonces
María deshaciéndose en lágrimas y volviéndose al cantó en canto de órgano, y después acá se ha continuado
santo le decía: O bienaventurado Ignacio, perdonad mi el dicho milagro. Item : con diücultad grandísima se percibía
lo que hablaba, por el notable impedimento y tor­
atrevimiento y descortesía en no haber hablado con tanta
estima de vuestra santidad, como era razón con mi hermano,
do vuestra Compañía, diciendo quehabia entrado en palabra se le habian de preguntar muchas veces, y llepeza
de la lengua, de manera, que para entender una
una religión de uno que no era santo: y conheso diré aveces
por todas partes del mundo donde estuviere , que he clara, distinta y perceptiblemente, de suerte que no se
garse muy cerca: ahora después del dicho milagro habla
visto y conocido sois santo y santísimo, y confio en vuestros
merecimientos que me habéis de ayudar é interceder unánimes y conformes todos los religiosos, con alegría
le conoce impedimento, ni que le haya tenido. Item:
por mí á la Madre de Dios. Salió también á la defensa del común y universal han solemnizado este milagro, y dado
santo la Reina del cielo : diólc una amorosa reprensión á gracias al Señor por él, y cobrado particular devoción al
María diciendo: ¿Cómo te atreviste á decir que no era gloriosísimo san Ignacio de Loyola: y porque esto es así
santo ? Vé aquí como es santo, y de tantos sanios como has verdad, y lo jura cada uno de nosotros, lo firmó en Lima, á
llamado, él solo viene para ayudarte y por su medio has 9 de noviembre de 1607 , Fr, Barlolomé de Ayala.» A
de ser salva. Y aunque ella entendió estas palabras de la mas de lo referido, el médico que asistió á aquel convento
salvación de su alma, no se dijeron sino de la salud del de Lima y se llama el doctor Fernando de Vaidés, que
cuerpo librándola de las aguas. Tros horas duró esta maravilla
y estar la doncella encima del agua, hasta que enjo
, que fué testigo de vista de este milagro, porque en­
después vivió en Sevilla haciendo su oficio de médico, ditrando
un hombre á socorrerla desapareció la visión , aunque
no cesó el milagro: porque dándole el hombre empezado
con lo que había sucedido, encontró al dicho P. Fr.
trando él á visitar los enfermos de este convento, alborollones
, ella venia sohre las aguas como si fuera una tabla, Alvaro andando por la casa , y le dijo: ¿ Qué ha sido esto,
á vista de innumerable gente que hahia concurrido á un P. Fr. Alvaro? Respondió: Señor doctor, Dios y el santo
prodigio tan raro, atraídos de la hermosura de la nube que padre Ignacio me han sanado. El mismo dia que sucedió
vieron sobre del mar , y la iluminación de los rayos que este milagro, estaba en el colegio de la misma ciudad un
arrojaba les parecía desde la playa, que era un cielo adornado
de lúcidas estrellas. Llegó la doncella á tierra sin le­
la muerte, y recibidos el viático y la extremaunción: lla­
hermano muy al cabo de un recio tabardillo, esperando
sión ni mal alguno : así como llegó á la playa, hincadas mábase Cristóbal Mesa; y refiriéndole el caso uno de
las rodillas en tierra, puestas las manos y levantados los los que le asistían á su cabecera, para que se encomendase
á su santo padre, fueron tan grandes los júbilos que le
ojos al cielo hizo oración , y pidió á los presentes que diesen
las gracias á la santísima Virgen y á san Ignacio, porque
la habian librado de la muerte.
le dejasen levantar para ir á la iglesia á ayudar á los
causó esta nueva, que se encendió en devoción, y pidió
padres y hermanos á caniar el Te Dcum laudamus. Valióle
Otro caso raro fué lo que sucedió en el convento de
su fé no ménos que la vida; porque desde este punto comenzó
á mejorarse su salud, y en breve se quitó la calen­
Santo Domingo de Lima, que servirá para aumentarla devoción
de este gran siervo del Seflor. Referiré el caso con
tura: cosa que tuvieron los médicos por gran milagro.
las mismas palabras del testimonio jurado, que dieron de
él los religiosos del convento de Santo Domingo, y en su
nombre el procurador general el P. Fr. Bartolomé de Ayala
, que dice así
«El P. Fr. Alvaro Molina, sacerdote profeso del convento
del Rosario de Lima , que esludió en Santo Tomás
de Avila en España, y en esta provincia ha sido compañero
de los provinciales, y prior de Cuzco, que es la segunda
casado la provincia, y de Arequipa, que es la tercera, y
procurador general en esta provincia del Perú, con voto
encapítulo provincial de su órden, y definidor, conforme
al estilo de ella; ha estado paralítico y tullido de piés y
nianos mas de ocho afios, sin que porningnn modo y manera
pudiese andar sobro sus piés, ni levantar las manos
^ la boca, ni la cabeza, y que para ir á alguna parlo le
habian de llevar en un carretón , que para este efecto tiene
: de ocho dias á esta parle que leyó la historia y vida
del P. san Ignacio de Loyola , le cobró devoción , y la conl¡nuó
por todos estos dias ; y el dia de la octava de Todos
^s Santos de este año de 1607 , como á las cinco de la
larde, pono mas ó ménos, después de haber hecho vulo al
«helio santo de ayunarle su vigilia, el hacer de él memora
en maitines y vísperas, con antífona y oración, y serle
muy devoto á él y á su órden, le dió un impulso que se
'«vantase. Al punto dicho dia so levantó con dicho impulso
Fuera nunca acabar si hubiéramos de referir todos los
milagros do san Ignacio: porque no hay parte del mundo
que no haya experimentado con muchos beneficios lo que
puede este gran siervo del Señor con su divina Majestad.
Refieren muchos los autores do su vida : el P. Pedro de
Ribadeneira en la Vida breve; el doctor Blas Sánchez, y
mas copiosamente el P. Andrés Lucas: fuera de los cuales
han escrito la vida de este glorioso santo, el P. Mafeo, y
el P. Orlandioo en su Historia ; Fr. Lorenzo Surio en los
Comentarios, y oíros muchos. Canonizó á san Ignacio el
papa Gregorio XV, juntamente con su hijo san Francisco
Javier, apóstol de las Indias, san Isidro labrador, santa
Teresa de Jesús y san Felipe Neri, ano de 1622, y aquel
mismo ano, cosa de un mes áníes de su canonización , se
vieron tres soles en el cielo.
SAN GERMÁN, OBISPO Y CONFKSÜR.—Dos santísimos obispos
y colunas de la fé católica florecieron en el reino de
Francia, que se llamaron Germanos; el uno fué obispo de
París, del cual escribimos á los 28 de mayo; y el otro
obispo antisiodorense, cuya vida referiremos aquí, sacada
de la que escribió Constancio, varón grave y vecino á sus
tiempos, y la trae el P. Fr. Lorenzo Surio en su cuarto
tomo, y do lo que otros autores graves escriben de él.
Nació san Germán en la misma ciudad de Auxerrc da