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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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148 LA LEYENDA DE ORO<br />

DIA 28.<br />

en muerte fueron innumerables. Sanó á muchos enfermos<br />

<strong>de</strong> graves enfermeda<strong>de</strong>s, y dió vista á los ciegos , oido á<br />

los sordos, piés á los cojos, vida á los muertos, y consuelo<br />

y libertad á los en<strong>de</strong>moniados, y todas sus cosas parece<br />

que eran medicinales y que daban salud: su oración, la<br />

jefial déla cruz hecha por él, su saliva, su vestido, las<br />

pajas <strong>de</strong> su camilla, su tocamiento, y finalmente cualquiera<br />

cosa <strong>de</strong> este glorioso santo , bastaba para vencer<br />

cualquiera enfermedad y trabajo : poique nuestro Señor,<br />

parece que le habia dado señorío é imperio sobre las<br />

notario suyo, le mandó que escribiese sobre su cama estas<br />

palabras: «A los 28 <strong>de</strong> mayo.» Y aunque entonces no<br />

se entendió lo que queria <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>spués cuando vieron<br />

que el mismo dia dió su bienaventurado espíritu al Señor;<br />

todos conocieron que el santo sabia el dia en que habia<br />

<strong>de</strong> morir, y que Dios se lo habia revelado. Murió <strong>de</strong> casi<br />

ochenta aüos, y el <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> ITS, y su sagrado cuerpo<br />

fué sepultado en el portal <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> San Vicente,<br />

con gran llanto y solemnidad: y en tiempo <strong>de</strong>l rey Pepino,<br />

padre <strong>de</strong>l emperador Carlomagno, como doscientos años<br />

criaturas. La letra escrita <strong>de</strong> su mano y la firma <strong>de</strong> su <strong>de</strong>spués, se trasladó por divina revelación á la Iglesia<br />

nombre daba salud. Estaba un monge ya habia dos años<br />

en la cama fatigado <strong>de</strong> calenturas ; recibió su abad una<br />

carta <strong>de</strong> san Germán , y tomándola en su mano el monge<br />

enfermo con mucha <strong>de</strong>voción , comenzó con la lengua á<br />

lamer la firma <strong>de</strong> la carta, y luego quedó sano. Otro caballero<br />

llamado Leu<strong>de</strong>gilito tenia una carta firmada <strong>de</strong><br />

san Germán, y estando alguno <strong>de</strong> su familia enfermo, le<br />

daba <strong>de</strong> beber un poco <strong>de</strong> agua, en la cual antes habia<br />

bañado aquella carta ; y con este solo remedio los enfermos<br />

sanaban. Pero <strong>de</strong>jando los <strong>de</strong>más milagros, ponjue,'<br />

como dije, son innumerables y se pue<strong>de</strong>n leer en su vida:<br />

»olo quiero yo referir el que Dios obró algunas veces por<br />

aan Germán, para remedio y consuelo <strong>de</strong> los pobres <strong>de</strong> ¡a<br />

tarcel, á los cuales parece que el santo era muy aficionado<br />

y <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> su consuelo.<br />

Yendo camino , llegó á un pueblo <strong>de</strong> un seíior con<strong>de</strong><br />

mayor, concurriendo á esta traslación el rey , los obispos<br />

y gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l reino, y obrando nuestro Señor muy notables<br />

milagros : entre los cuales fué uno , que ni el rey<br />

con los señores <strong>de</strong> su córle, ni los obispos ni los religiosos<br />

que allí estaban , pudieron mover el sanio cuerpo,<br />

hasta que el rey hizo - donación al santo <strong>de</strong> un territorio y<br />

villa que tenia al re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> algunas tierras que poseía<br />

algún monasterio, y por la vecindad eran maltratadas do<br />

los ministros <strong>de</strong>l rey.<br />

La vida <strong>de</strong> san Germán, obispo <strong>de</strong> París, escribió For<br />

Innato, obispo <strong>de</strong> Poiliers, autor <strong>de</strong> su tiempo, y la trao<br />

Surio en su tercer tomo. Hacen mención <strong>de</strong> él los Martirologios<br />

romano, <strong>de</strong> Beda, Usuardo y Adon , á los 28<br />

<strong>de</strong> mayo; y Gregorio Turonense en la Historia <strong>de</strong> Francia,<br />

líb. iv, cap. SI, y libro v, cap. 8, y en el libro <strong>de</strong> Gloria<br />

Confessor., cap. 92; y Aymon en el libro <strong>de</strong> su Historia,<br />

principal llamado Nicasio: supo que habia muchos presos cap. 9 y 1G; y Adon en su Crónica ; y Vincencío,<br />

en la cárcel: y siendo convidado á comer <strong>de</strong>l mismo con<strong>de</strong>,<br />

luego comenzó á hablarle el santo prelado <strong>de</strong> la misericordia<br />

y á rogarle que se apiadase <strong>de</strong> aquellos encarcelados<br />

, y se diese algún corte para que saliesen <strong>de</strong> la cárcel<br />

todos los que podian salir. Hízosc el con<strong>de</strong> sordo y<br />

no quiso oir á san Germán, y él se levantó <strong>de</strong> la mesa y<br />

«e fué á la cárcel, y postrado á la puerta, con muchas lágrimas<br />

suplicó á nuestro Sefior que le oyese y librase<br />

aquellos pobres, pues el con<strong>de</strong> no le habia querido oir. En<br />

acabando su oración, se quebraron las prisiones y se soltaron<br />

las ca<strong>de</strong>nas, y resplan<strong>de</strong>ció la cárcel, y se abrieron<br />

las puertas, y los presos salieron libres: y en castigo <strong>de</strong><br />

su dureza, Nicasio, queriendo dar satisfacción á san Germán<br />

, tuvo una enfermedad, <strong>de</strong> la cual el mismo santo le<br />

sanó. Otra vez le aconteció casi lo mismo con un tribunal<br />

ó maestre <strong>de</strong> campo , á quien rogó por ciertos encarcelados<br />

: y no habiendo alcanzado <strong>de</strong> él lo que pedia , lo<br />

alcanzó con sus oraciones <strong>de</strong> Dios, y railagrosamenle se<br />

abrieron las puertas <strong>de</strong> la cárcel en que estaban y quedaron<br />

libres. Otra vez apareció <strong>de</strong> noche á otros presos , y<br />

les dijo lo que habían <strong>de</strong> hacer para librarse, como se libraron<br />

: y castigando el juez al carcelero y los guardas<br />

por haberse huido los presos; el santo convidó á comer<br />

líb. xxi, cap. 63; y san Antonino, pág. 2 , lít. xn, cap. 6.<br />

La Historia <strong>de</strong> su traslación está en el séptimo lomo <strong>de</strong><br />

Surio, á los 23 <strong>de</strong> junio. Y Aymon escribó dos libros d»<br />

milagros que Dios obró en ella. Y Gregorio Turonense en<br />

el lib. vm, cap. 33 <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> Francia, y el car<strong>de</strong>nal<br />

Baronio en sus anotaciones <strong>de</strong>l Martirologio, y en<br />

el séptimo tomo <strong>de</strong> sus Anales, hablan mucho <strong>de</strong> san Germán,<br />

obispo <strong>de</strong> París.<br />

* SAN JUSTO^, OBISPO.—Fué este santo hijo <strong>de</strong> Cataluña<br />

antiguo principado <strong>de</strong> Espafla, y uno <strong>de</strong> los mas célebres<br />

hombres <strong>de</strong> su tiempo por su sabiduría. Educado en el<br />

santo temor <strong>de</strong> Dios, y en los sólidos principios <strong>de</strong> la<br />

virtud, <strong>de</strong>spreció las vanida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo, abrazó la<br />

carrera eclesiástica recibiendo el ór<strong>de</strong>n sagrado <strong>de</strong>l presbiterado,<br />

estando agregado á la santa iglesia <strong>de</strong> ürgel.<br />

Era tanta la fama <strong>de</strong> su virtud y sabiduría, que por<br />

muerte <strong>de</strong>l obispo fué promovido á la silla episcopal <strong>de</strong>l<br />

mismo Urgel por elección <strong>de</strong>l clero y <strong>de</strong>l pueblo. En el<br />

ministerio episcopal portóse como un verda<strong>de</strong>ro apóstol,<br />

procurando la reforma <strong>de</strong> costumbres, reprimiendo así la<br />

licencia que tantos estragos causaba en aquellos tiempos.<br />

Justo fué otro <strong>de</strong> los que asistieron al concilio <strong>de</strong> Toledo<br />

en el año 521. Algún tiempo <strong>de</strong>spués publicó un libro sobre<br />

al juez que traia consigo las llaves <strong>de</strong> la cárcel, en la cual<br />

el Cantar <strong>de</strong> los Cantares, que era tenido en gran<br />

habia echado á los guardas: y estando comiendo, llegaron<br />

allí los mismos guardas presos, con espanto <strong>de</strong>l mismo<br />

juez , que quedó atónito cuando vió <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí á los<br />

que pensaba que tenia presos, y <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> su llave, y<br />

conoció la gran santidad <strong>de</strong> Germán y las maravillas que<br />

estima por todos sus contemporáneos. En el año Si6 asistió<br />

al concilio Leridano, y luego ocupado en su diócesis<br />

<strong>de</strong> Urgel en apacentar su amado rebano. Murió en 28 <strong>de</strong><br />

mayo <strong>de</strong>l mismo año 546 , habiendo gobernado aquella<br />

silla doce anos.<br />

Dios obraba por los merecimientos <strong>de</strong> sus siervos.<br />

SAN PODIO, OBISPO.—Hijo <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Etruria, nació el<br />

Habiendo, pues, san Germán florecido con tantos milagros,<br />

y alumbrado el mundo con su vida y doctrina,<br />

nuestro Sefior le reveló el dia en que le quería librar <strong>de</strong><br />

«ftfi <strong>de</strong>stierro , y llevarle á gozar <strong>de</strong> sí: y llamando á un<br />

año <strong>de</strong> 930 , y fué educado como su elevada cuna exigía.<br />

Aprovechó extraordinariamente en las ciencias, y fué hecho<br />

canónigo en la abadía <strong>de</strong> San Andrés. Estando vacante<br />

la silla episcopal <strong>de</strong> Florencia, fué Podio consa-

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