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DIA 31.<br />
ó retoñar en Inglaterra , y que todavía quedaban algunos<br />
inficionados <strong>de</strong> aquella pestilencia , do los cuales como do<br />
una pequeña centella se podia temer algún gran fuego: y<br />
como él era tan celoso y estaba tan <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> trabajar y<br />
pa<strong>de</strong>cer por Cristo, tomando en su compañía á Severo,<br />
obispo <strong>de</strong> Tréveris varón santísimo, se partió para Inglaterra;<br />
y en llegando, sanó á un mozo cojo que no podia<br />
<strong>de</strong> ninguna manera andar: y con aquel milagro, toda la<br />
gente que habia acudido á él para recibirle y honrarle<br />
como h ministro <strong>de</strong> Dios, se sujetó á su o<strong>de</strong>dieneia y se <strong>de</strong>claró<br />
por católica, entregando á los dos santos los autores<br />
<strong>de</strong> aquellos errores, para que los <strong>de</strong>sterrasen fuera <strong>de</strong>l<br />
reino, y con esto se volvió á su casa gozoso y como triunfante<br />
san Germán, habiendo tenido tan feliz suceso esta<br />
jornada. Pero luego se le ofreció otra <strong>de</strong> gran servicio <strong>de</strong><br />
Dios: porque habiéndose Aecio, capitán general <strong>de</strong> Valentiniano<br />
III, emperador romano , enojado con los pueblos<br />
<strong>de</strong> Bretaña la menor, los entregó á Krcarico, rey <strong>de</strong> los<br />
hemones, que era gentil y hombre feroz, para que los castigase<br />
como á rebel<strong>de</strong>s; y él lo prelendia hacer con rigor,<br />
y ponia en or<strong>de</strong>n su ejército para ejecutar su furor contra<br />
los pobres británicos; los cuales, viéndose <strong>de</strong>samparados<br />
en tan gran<strong>de</strong> angustia, no tuvieron otro remedio para salir<br />
<strong>de</strong> ella, sino suplicar á san Grennan que se encargase<br />
<strong>de</strong> aquel negocio, y aplacase con sus ruegos á aquel rey<br />
bárbaro que los pretendía <strong>de</strong>struir: y como el sanio ora<br />
tan benigno y piadoso, movido <strong>de</strong> las lágrimas y gemidos<br />
<strong>de</strong> tanta gente miserable, luego se partió en busca <strong>de</strong>l<br />
rey <strong>de</strong> los alemanes, que ya marchaba con su ejército: y<br />
habiéndole topado en el camino armado y bravo con sus<br />
escuadrones, baldándole por intérprete al principio blandamente<br />
y <strong>de</strong>spués con mas gravedad, finalmente echó<br />
mano <strong>de</strong> la rienda <strong>de</strong>l caballo, en que iba el rey, y le <strong>de</strong>tuvo,<br />
y con él á todo el ejército: y el Señor , que movía á<br />
san Germán movió también al rey , para que no se enojase,<br />
sino que so admirase <strong>de</strong> su constancia y le reverenciase<br />
y obe<strong>de</strong>ciese. Concedió el bárbaro todo lo que el sanio<br />
le pidió , con condición que se alcanzase <strong>de</strong> Aecio , ó<br />
<strong>de</strong>l emperador , el mismo perdón que él concedia á los<br />
pueblos <strong>de</strong> Bretaña: y <strong>de</strong> aquí resultó otro trabajo al santo<br />
<strong>de</strong> ir á Italia , para alcanzar <strong>de</strong>l emperador Valentiniano,<br />
clltl <strong>de</strong> este nombro, que estaba en llavena, el dicho<br />
perdón. Hizo esta jornada con muy poca compañía, y casi<br />
solo ; pero eran tantos los que por el camino le salían á ver<br />
y reverenciar, que no se podían numerar, y en los luga-<br />
'"cs don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scansaba é ilustraba con su presencia , se<br />
hicieron muchas ermitas, capillas y oratorios, y se pusiwoa<br />
muchas cruces, para memoria <strong>de</strong> haber estado allí<br />
eI santo. Llegó á Ravena, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> era obispo el santo y<br />
e¡ocuenle Pedro Crisólogo, <strong>de</strong>l cual recibido y reveren-<br />
Clado como un ángel venido <strong>de</strong>l cielo, y no ménos <strong>de</strong> Plac,(lia,<br />
madre <strong>de</strong> Valentiniano, que, por ser e' hi'o mozo,<br />
gobernaba el imperio: y era princesa no ménos piadosa<br />
^ue po<strong>de</strong>rosa : la cual luego envió á visitar á san Germán<br />
eon presente <strong>de</strong> una riquísima fuente <strong>de</strong> plata , llena <strong>de</strong><br />
Cosas <strong>de</strong> comer regaladas, aunque ninguna era carne.<br />
Aceptó el santo prelado aquel regalo que Je envió la esn-<br />
Pftfatriz, y dió á sus criados la comida , y á los pobre las<br />
bíenle do plata , y envió á la emperatriz en un plato <strong>de</strong><br />
dadora un poco <strong>de</strong> pan do cebada, que él comía: y la<br />
^npei alriz Jo IVPÜMÓ Con tañía <strong>de</strong>voción, que hizo guarne-<br />
(l,r <strong>de</strong> oro p]ato ) y guarci5 d pan do cebada para con<br />
JULIO. 453<br />
él sanar las dolencias <strong>de</strong> muchos. Convidóle un dia la emperatriz<br />
á comer , y fué á caballo en un jumentillo , por<br />
estar ya con los años, trabajos, vigilias y ayunos , consumido.<br />
Estando comiendo, avisaron secretamente á la emperatriz<br />
, que el jumento <strong>de</strong> san Germán súbitamente era<br />
muerto; y ella mandóaparejar un cuartaguillo mansísimo,<br />
en que volviese. Cuando lo supo el santo, dijo: ^Tráiganme<br />
mi jumento, que con él tengo <strong>de</strong> volver: y llegándoso<br />
adon<strong>de</strong> estaba muerto, le dijo: Levántate, compañero;<br />
que ya es hora que volvamos á casa: y luego se levantó,<br />
y lo llevó, como ánles. Yendo un dia por la ciudad <strong>de</strong><br />
Ravena , acompañado <strong>de</strong> gran multitud <strong>de</strong> gente, pasó<br />
por la cárcel, don<strong>de</strong> habia gran número <strong>de</strong> presos,<br />
los cuales dieron voces, suplicando á san Germán que los<br />
socorriese, y entendiendo que eran presos los que clamaban<br />
, se puso en oración, y luego se abrieron las<br />
puertas <strong>de</strong> la cárcel, y los grillos y las ca<strong>de</strong>nas se lescaye-»<br />
ron, y los que estaban atados con ellas salieron libres; y<br />
acompañando al santo, entraron en la iglesia haciendo<br />
gracias á Dios por la merced que les habia hecho. Como<br />
estos obró el santo otros muchos y gran<strong>de</strong>s milagros en el<br />
tiempo que estuvo en Ravena, don<strong>de</strong> tuvo revelación, que<br />
Dios le quería sacar <strong>de</strong> la cárcel <strong>de</strong> su cuerpo y llevarle<br />
á la gloria, y así cayó malo <strong>de</strong> una enfermedad grave,<br />
que le acabó, en la cual le visitó y sirvió la emperatriz<br />
Placidia con gran<strong>de</strong> caridad y afecto: y finalmente alséplimo<br />
dia <strong>de</strong> la enfermedad, voló su purísimo espíritu al cielo<br />
con gran<strong>de</strong> alegría <strong>de</strong> los ángeles y santos, y tristeza y<br />
llanto <strong>de</strong> los que estaban en la tierra , y le veían morir.<br />
<strong>Los</strong> bienes, que <strong>de</strong>jó el santo, se repartieron <strong>de</strong>esta manera.<br />
La emperatriz tomó para sí el relicario que traia a I<br />
cuello: san Pedro Crisólogo, obispo <strong>de</strong> Kavena, heredó el<br />
cilicio y la cogulla : y otros seis obispos, que acompañaban<br />
á san (¡erman, repartieron lo que quedaba <strong>de</strong> esta<br />
manera; uno lomó el manto, otro el cíngulo: dos dividieron<br />
la túnica ; y dos el sayo que traia.<br />
Innumerables fueron los milagros que nuestro Señor<br />
obró por san Germán en vida y en muerte. Libró muchos<br />
en<strong>de</strong>moniados, y á uno que había hurtado cierta cantidad<br />
<strong>de</strong> moneda, le hizo confosar el hurto y restituir los dineros.<br />
A un gentil, por nombre Mamertino, que era muy<br />
superslrcioso en la adoración <strong>de</strong> sus falsos dioses, y riego<br />
<strong>de</strong> un ojo, manco <strong>de</strong>una mano, le sanó, é hizo cristiano<br />
y monge, y <strong>de</strong>spués fué gran varón. Yendo <strong>de</strong> camino,<br />
llegó al santo y á su compañía un pobre caminante <strong>de</strong>sabrigado<br />
y <strong>de</strong>scalzo, y á la noche estando todos durmiendo,<br />
hurtó el jumento en que iba san Germán ; pero queriendo<br />
huir , no pudo, ni pasar a<strong>de</strong>lante : y conociendo<br />
su yerro, se echó á sus piés y confesó su pecado; y el<br />
santo con mucha gracia, le dijo: Si yo ayer , cuando te<br />
vi <strong>de</strong>snudo , te vistiera , no tuvieras tii necesidad <strong>de</strong> hurtar:<br />
y mandóle dar limosna , para que se vistiese. O'ra<br />
vez encontró algunos pobres en el camino , que lo pidieron<br />
limosna : mandó á su diácono , que Ies diese tres ducados<br />
, que solos tenia ; y el diácono dió á los pobi es dos<br />
ducados, y guardó el tercero para el gasto. En el mismo<br />
^ia le trajeron doscientos ducados <strong>de</strong> limosna , y el santo<br />
dijo á su diácono: Toma estos dineros , y entien<strong>de</strong> tu poco<br />
ánimo y caridad ; pues hoy quitaste á los pobres lo que<br />
yo le mandé dar; y si lo dieras, ahora recibieras trescientos<br />
ducados por estos doscientos. Sanó muchos enfermos<br />
<strong>de</strong> varias y graves enfermeda<strong>de</strong>s , y dió vida á ios