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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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IUA 31.<br />

la confianza <strong>de</strong> hijo á in.nlrií; y siiigulaimente en la caridad<br />

con los caulivos, como vci dadoro hijo <strong>de</strong> esla religión<br />

<strong>de</strong> re<strong>de</strong>ntores. Toda su ansia y <strong>de</strong>seo era <strong>de</strong>rramar su<br />

sangre y per<strong>de</strong>r la vida por Cristo, y por la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong><br />

los cautivos, y <strong>de</strong>cia lo <strong>de</strong> san Pablo: Mihi vivere Christus<br />

esl, mori iucrum. Deseo vivir en Cristo y morir por Cristo<br />

; porque comprar tal muerte con la vida es logro, y yo<br />

no quiero mas vida que á Criólo, y la muerte es ganancia<br />

para mí. Y el santo Fr. Serapio, uno <strong>de</strong> los primeros compañeros<br />

<strong>de</strong> san Pedro Nolasco, varón esclarecido en lodo<br />

género <strong>de</strong> virtud, y que <strong>de</strong>spués murió glorioso márlir <strong>de</strong><br />

Cristo, haciendo oficio <strong>de</strong> re<strong>de</strong>ntor, viendo los fervores<br />

y <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> san Ramón, solia <strong>de</strong>cir con espíritu profético,<br />

que Ramón no había <strong>de</strong> morir entre los moros, pero que<br />

<strong>de</strong>rramaria su sangre por Cristo y por cumplir su instituto,<br />

como lo mostró <strong>de</strong>spués el suceso.<br />

Acabado el año <strong>de</strong>l noviciado, hizo los tres votos comunes<br />

á todas las religiones, y el cuarto <strong>de</strong> su religión : y<br />

como era tan aficionado á las letras, so perfeccionó en la<br />

teología y se entregó á la lección <strong>de</strong> la sagrada Escritura;<br />

con que salió un varón consumado en todo género <strong>de</strong> letras,<br />

para servir como fiel ministro á la santa Iglesia; y<br />

aun juzgaban algunos que su ciencia tenia mucho <strong>de</strong> infusa,<br />

por ser mayor que sus esludios, como se vio <strong>de</strong>spués<br />

en las disputas que tuvo en África con los judíos y<br />

moros; lo cual no es difícil <strong>de</strong> creer en un varón tan regalado<br />

y favorecido dé Dios y <strong>de</strong> su 3Iadre. Or<strong>de</strong>nóse <strong>de</strong><br />

sacerdote por voluntad <strong>de</strong> la Virgen , y empezó á predicar<br />

por consejo <strong>de</strong> san Raimundo <strong>de</strong> Peñafort, con gran<strong>de</strong><br />

fruto <strong>de</strong> muchas almas, á las cuales sacó <strong>de</strong> los vicios con<br />

la eficacia <strong>de</strong> sus palabras. Ganó lauto crédito con su doctrina<br />

y ejemplo en Barcelona y en toda Cataluña, que le<br />

llamaban comunmente « el santo fraile. » A él acudían los<br />

dudosos por consejo: los afligidos por consuelo: los necesitados<br />

por remedio, y todos hallaban en él padre, maestro<br />

y consolador. Dió <strong>de</strong> puñaladas a su mujer un caballero<br />

<strong>de</strong> Barcelona, porque unos criados suyos la habían<br />

acusado falsamente <strong>de</strong> adulterio, por haberles reprendido<br />

ella algunas livianda<strong>de</strong>s: arrepintióse luego <strong>de</strong> su arrojo,<br />

entendiendo que su esposa no tenia la culpa que la impoiiiai;;<br />

fuése afligido á la celda <strong>de</strong> san Ramón , y contóle<br />

con muchas lágrimas lo que pasaba. Kl santo le consoló, y<br />

dijo, que como habia sido engaño é ilusión la culpa <strong>de</strong> su<br />

mujer, así lo hablan sido las puñaladas que le habia dado:<br />

que volviese á su casa y la hallarla viva y sana, y que<br />

los autores <strong>de</strong> aquella maldad presto pagarían su pecado.<br />

Todo sucedió como el santo lo dijo: porque el caballero halló<br />

á su mujer en su casa, ocupada en los oficios domésticos,<br />

•sin herida ni señal <strong>de</strong> ella; y los criados, huyendo <strong>de</strong> la<br />

juslicia, fueron cogidos aquel mismo dia, y convencidos<br />

<strong>de</strong> muchos <strong>de</strong>litos, con<strong>de</strong>nados á muerte, y al pié <strong>de</strong> la<br />

horca , confesaron la falsedad <strong>de</strong>l testimonio que habían<br />

levantado á aquella castísima señora. Por este suceso,<br />

principalmente es abogado san Ramón <strong>de</strong> las personas<br />

afligidas por falsos testimonios. Envió san Pedro Nolasco á<br />

san Ramón, en compañía <strong>de</strong>l santo Fr. Serapio, primero á<br />

Argel y <strong>de</strong>spués á Bugía, para redimir caulivos; y él iba<br />

muy alegre, con las esperanzas que llevaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>rramar<br />

su sangre y morir por Cristo, y aunque no se cumplió entonces<br />

su <strong>de</strong>seo, pa<strong>de</strong>ció muchos trabajos en cumplimiento<br />

<strong>de</strong> su ministerio, y por ellos le dió el Señor la conversión<br />

<strong>de</strong> algunos judíos y moros,con los cuales disputó, y<br />

AGOSTO. 623<br />

los convenció y ganó para la fé y religión cristiana. En<br />

volviendo á Barcelona, le envió san Pedro Nolasco á Roma<br />

por procurador general <strong>de</strong> su ór<strong>de</strong>n, para obtener <strong>de</strong> Gregorio<br />

IX, que su religión profesase la regla <strong>de</strong> san Agustín.<br />

Alegróse mucho el sumo pontífice con su venida; porque<br />

luego conoció su gran<strong>de</strong> santidad y sabiduría, y no<br />

ménos fué estimado <strong>de</strong> los car<strong>de</strong>nales y prelados <strong>de</strong> la<br />

córte <strong>de</strong>! pontífice: y habiendo conseguido lo que <strong>de</strong>seaba,<br />

y predicado en algunas ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Italia, con mucho<br />

aplauso y fruto se volvió á España, para dar cuenta á su<br />

santo padre <strong>de</strong> su legacía.<br />

Luego fué nombrado re<strong>de</strong>ntor para Argel, que era lo<br />

que él mas <strong>de</strong>seaba, y en aquel reino rescató muchos<br />

cuerpos <strong>de</strong>l cautiverio <strong>de</strong> los moros, y muchas almas <strong>de</strong>l<br />

cautiverio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios, redimiendo á los que estaban<br />

en peligro <strong>de</strong> faltar á la fé, y confirmando en ella á los que<br />

no podia remediar. Faltóle el dinero para el número do<br />

cautivos que habia rescatado : y enviando á su compañero<br />

con ellos, se quedó él en rehenes, en cumplimiento<br />

<strong>de</strong> su cuarto voto , gozosísimo por verse entre tantas ocasiones<br />

<strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer y moiir por Cristo, como le prometían<br />

la barbaridad y crueldad <strong>de</strong> los moros, enemigos <strong>de</strong> Cristo<br />

y <strong>de</strong> los cristianos. Deseoso <strong>de</strong> ganar algunas almas para<br />

el Señor, y hallar la corona <strong>de</strong>l martirio, disputaba frecuentemente<br />

con los judíos y moros, y les persuadía que<br />

recibiesen la fé: y fueron tan eficaces sus palabras, que<br />

convirtió diez judíos <strong>de</strong> los mas principales y doctos en su<br />

ley,y á algunos turcos nobles, á todos los cuales bautizó e|<br />

santo. Supo el bajá lo que pasaba, y <strong>de</strong>terminó quitar la<br />

vida á san Ramón con muy crueles tormentos ; y suspendiendo<br />

la ejecución <strong>de</strong> esta sentencia ú ruego <strong>de</strong> los turcos<br />

que habían dado sus cautivos en confianza, mandó que<br />

le diesen muchos golpes, azotes y bofetadas: lodo lo cual<br />

sufiia el santo con maravillosa alegría ; y á los caulivos<br />

que procuraban consolarle <strong>de</strong>cia: No hay para qué consolar<br />

con palabras al que Dios consuela con penas; ni necesita<br />

<strong>de</strong> consuelo, porque pa<strong>de</strong>ce, quien tiene su consuelo<br />

en el pa<strong>de</strong>cer. Tenedme envidia, nó láslima , porque<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> esta afrenta se escon<strong>de</strong> gran<strong>de</strong> honra : estas penas<br />

ocultan gran<strong>de</strong> dulzura, y en esta pérdida se halla<br />

mucha ganancia. Animaos vosotros á pa<strong>de</strong>cer por Cristo,<br />

y encontrareis el tesoro que encierra en los tormentos pa<strong>de</strong>cidos<br />

por su amor. No se apagó el celo ardiente <strong>de</strong> san<br />

Ramón con las aguas <strong>de</strong> tantas tribulaciones; antes mas<br />

encendido, y con nueva sed, nó solo <strong>de</strong> ganarlas almas,<br />

mas también <strong>de</strong> hallar la corona <strong>de</strong>l martirio, salía por las<br />

calles y plazas á predicar la fé <strong>de</strong> Cristo, confirmando en<br />

ella á los cautivos cristianos, y convirtiendoá los moros,<br />

á los cuales lavaba con las aguas <strong>de</strong>l santo bautismo. Irritado<br />

<strong>de</strong> nuevo el bajá contra el santo, porque <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cía<br />

á sus mandatos, mandó que le llevasen <strong>de</strong>snudo por las<br />

calles públicas <strong>de</strong> la ciudad, para mayor afrenta y vergüenza,<br />

y le azotasen <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> todo el pueblo, y en la<br />

plaza mayor le barrenasen los labios con hierros encendidos,<br />

y pusiesen en su boca un candado <strong>de</strong> acero para<br />

que no pudiese hablar <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> Cristo. Todo se ejeculó<br />

como el bárbaro lo habia mandado, guardando él mismo<br />

la llave; pero en vano cerraron la boca <strong>de</strong>l predicador <strong>de</strong>s<br />

Cristo: porque cuando no podia predicar con la voz, predicaba<br />

con la paciencia, y la sangre que corría <strong>de</strong> sus labios<br />

era mas eficaz para persuadir la fé, que las palabras <strong>de</strong> su<br />

boca, y con ella se animaban los cristianos cautivos, y los

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