Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

490 LA LEY EN ti A DE ORO. DÍA 7.
do, Adon y san Aníoiiino, arzobispo do Florencia : y el
cardenal Baronio en las anotaciones sobro el Martirologio
advierte, que los Actos de san Donato están confusos, como
lo podrá ver el que quisiere, en el mismo autor. Nosotros
habernos sacado lo que nos parece mas verdadero y
mas conforme á lo que escriben de Juliano, emperador,
los autores antiguos do la bistoria eclesiástica y seglar.
SAN ALBERTO, CONFESOR. —Alos siete de agoslo hace
mención el Martirologio romano do san Alberto , religioso
del Carmen, varón santísimo : cuya vida, referida por el
P. Fr. Lorenzo Surioen su cuarto tomo, fué de esta manera.
Nació san Alberto en el reino de Sicilia : tuvo por padres
ix Benedilo y á Juana, personas de sangre ilustre, los
cuales vivian en fa ciudad do Trapano, ó Trapani, con
gran ejemplo de virtud y boneslidad. Hablan sido casados
veinte y seis afios, sin tener hijos : tomaron por medianera
á la sacratísima virgen María nuestra Scilora , y promeliéronlc,
que si les daba un hijo varón, lo consagrarían á
su servicio en la órdendosu nombre. Concibió Juana, y
estando preñada, vió on sueños que salia de su vientre un
cirio encendido muy resplandeciente; y la misma visión
tuvo Benedito, su marido, y por ella confiriéndola entre
sí, entendieron que el hijo, que la madre tenia en sus entrañas
, salido á lu?, habia de alumbrar á muchos. Nació el
niño: llamáronle Alberto : criáronle con gran cuidado, como
á hijo de oraciones, y dado la mano de Dios por intercesión
de la Virgen, y después que creció le aplicaron
á los estudios, para que aprendiese las letras convenientes
á su edad. Siendo de ocho años, como era hijo de
padres tan nobles y ricos, y 61 de suyo muy amable y
bien acondicionado, no faltó quien le pidió á sus padres
para desposarle con otra doncella de gran linaje y raras
partes: y aunque el padre venia bien en ello; la madre
no lo consintió, acordándose dd voto que habia hecho á
nuestra Sonora antes detenerlo, como hablan prometido
dedicarle á su servicio, si se le diese: y así la madre llamó
á su hijo Alberto, y le declaró el voto que habia hecho,
rogándole que le cumpliese y tomase á la Virgen sacratísima
por abogada y madre; y el niño prometió de hacerlo,
y tomando la bendición de sus padres, se fué al monasterio
dd Carmen, que está cercado Trapani, y pidió el
hábito: y aunque al principio los frailes no le quisieron
recibir temiendo á sus padres, después le recibieron con
gran gusto y alegría, porque sus mismos padres habiendo
sido reprendidos de la sacratísima Virgen, porque tardaban
tanto en darle lo que habian prometido, se les pidieron
y rogaron. Tomó el hábito con gran gozo suyo y
concurso de la gente noble; y áníes de tomarle con sus
propias manos, dió á los pobres el vestido que traia, y aunque
era niño comenzó luego á resplandecer y á mostrar
con sus virtudes que Dios especialmente le habia escogido
para gran gloria suya. Mas el demonio, temiendo el
daño que le podia venir, le acometió en figura de una doncella
nmy hermosa y graciosa, y lo tentó terriblemente,
para que dejase aquella vida áspera que habia comenzado,
y por su delicada y tierna edad no podia seguir, y se casase
con ella; pues tanto le amaba y deseaba su compañía.
Pero Alberto conoció que aquellos eran silbos de la serpienlo
venenosa é infernal, que se habia trasformado en
•iquella doncella ; y haciendo sobre sí la señal de la cruz
desapareció el enemigo que le tentaba.
Uizo MI profesión, y para mas perfeclamoníe ctímpoi lo
que habia prometido, se dió A los ejercicios de todas las
virtudes religiosas, y especialmente á la aspereza y penitencia.
Ayunaba muy amenudoy con gran rigor, los bines,
miércoles y viérnes, y traia un áspero cilicio: echábase
desnudo sobre unos palmitos : vestíase de paño grosero,
y no se avergonzaba de andar roto: nunca bebia vino,
y á los viérnes mezclaba con el pan la yerba de los
ajenjos, para mas mortificarse: huia la ociosidad, como
veneno de la virtud: era castísimo y amicísimo do la santa
obediencia: aventajábase sobre todos en la pobreza y humildad
: dió todo su patrimonio á los pobres religiosos; y
con estas virtudes mereció ser ilustrado del Señor, de
manera , que andando el tiempo, predicaba y convertia
muchos judíos á nuestra santa religión, especialmente
después que se ordenó de misa , aunque lo hizo contra su
voluntad y por pura obediencia do sus superiores; porque
so tenia por indigno llegarse al sacrosanto misterio
del altar para celebrar. Comenzó nuestro Señor á honrar
y glorificar á su santo, con muchos milagros que obró por
él. Estaba un domingo en la noche haciendo oración afectuosamente
en la iglesia: quiso el demonio espantarlo
apagando la lámpara que allí ardia , y no pudo, mas bízolacaeren
el suelo: pero el Señor la guardó, para que
no se quebrase ni apagase.
Tenia Roberto rey de Nápoles, cercada y muy apretada
la ciudad de Mesina, y los de dentro morían de pura
hambre, sin tener cosa que comer. Acudieron á san Alberto,
que ala sazón estaba en Mesina, para que su oración
alcanzase do Dios el remedio, que ninguna industria
humana podia descubrir. Oró Alberto en la misa con grande
fervor y eficacia, y luego se oyó un terrible trueno, y
de él una voz que á guisa de trompeta decia: Oido ha Dios
fus oraciones: y sin saber por donde, ó como hubiesen
entrado (porque el cerco de los enemigos era muy apretado),
se vieron en el puerto tres galeras cargadas de
provisión, que se repartió á la gente necesitada de la ciudad
: y con esto respiró y cobró ánimo y se defendió. Túvose
entendido que aquellas tres galeras habian sido guiadas
dolos ángeles; porque no parecieron mas, ni buho
quien conociese á los capitanes y marineros de ellas. Babia
un monge en el monasterio de San Salvador de Mesina
que estaba para morir de una apostema que se le habia
hecho en la garganta: hizo sobre ella la señal de la cruz
Alberto; y luego la apostema reventó, y escupiendo el
enfermo mucha materia por la boca, quedó sano.
Queriendo echar un demonio que atormentaba una doncella,
haciéndola la señal do la cruz sobre la frente, el
demonio le dió un bofetón en el carrillo derecho; y el santo
sin turbarse al punto volvió el otro corrillo, y le dijo al
demonio que lp diese otro : y no pudiendo el maligno y soberbio
espíritu sufrir tanta humildad, y tornando á hacer
sobre el'a la señal de la cruz y echarla un poco de agua
bendita, se partió de aquel cuerpo que atormentaba, dando
un espantoso trueno.
En Trapani libró á una mujer que habia seis dias que
peleaba con la muerte, por los crueles dolores de parto que
padecía , dándolo un poco de aceite bendito, con que so
untase el vientre, y diciendo: Nuestro Señor Jesucristo
por los merecimientos de su santísima Madre te sane: y
así como ella sin detrimento de su virginidad concibió y
parió sin dolor; así tú, sin peligrodetu vida, páras la cria-
(ura que tiencp en tu? entrarías, para que sea consagrada