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APROXIMACIÓN A LOS GÉNEROS MUSICALES

Hasta finales del siglo XVIII la música estaba muy vinculada al estatus social. Existía una tradición dual. De un lado, la música escrita asociada a la aristocracia. Y otra, de tradición oral y ligada a una población básicamente rural, la música folclórica. Desde entonces hasta nuestros días, la música que hoy reconocemos como popular ha ido evolucionando en un extenso abanico de géneros y estilos que han ido más allá de su estructura armónica y melódica. Realmente, representan una parte importante de nuestra cultura. Géneros musicales que han evolucionado en función de la gran cantidad de avances tecnológicos, tanto en el ámbito de la perfección y fabricación de instrumentos como en todo lo relacionado con los medios técnicos de grabación. Tales avances favorecieron el consumo masivo de la música popular moderna provocando la eclosión de una industria exclusiva. Desde aquellos músicos que tocaban en los salones de baile, en plena eclosión de la Revolución Industrial, hasta nuestros días, la música popular moderna nos ha proporcionado innumerables matices estilísticos fruto de sus originales cimientos y de la correspondiente evolución en el tiempo. En la presente publicación os presentamos una extensa aproximación a todos esos géneros de forma cuidada y sistematizada. Así pues, os invitamos a transitar, entender e interpretar las numerosas sendas de la música popular moderna.

Hasta finales del siglo XVIII la música estaba muy vinculada al estatus social. Existía una tradición dual. De un lado, la música escrita asociada a la aristocracia. Y otra, de tradición oral y ligada a una población básicamente rural, la música folclórica.
Desde entonces hasta nuestros días, la música que hoy reconocemos como popular ha ido evolucionando en un extenso abanico de géneros y estilos que han ido más allá de su estructura armónica y melódica. Realmente, representan una parte importante de nuestra cultura.
Géneros musicales que han evolucionado en función de la gran cantidad de avances tecnológicos, tanto en el ámbito de la perfección y fabricación de instrumentos como en todo lo relacionado con los medios técnicos de grabación.
Tales avances favorecieron el consumo masivo de la música popular moderna provocando la eclosión de una industria exclusiva.
Desde aquellos músicos que tocaban en los salones de baile, en plena eclosión de la Revolución Industrial, hasta nuestros días, la música popular moderna nos ha proporcionado innumerables matices estilísticos fruto de sus originales cimientos y de la correspondiente evolución en el tiempo.
En la presente publicación os presentamos una extensa aproximación a todos esos géneros de forma cuidada y sistematizada.
Así pues, os invitamos a transitar, entender e interpretar las numerosas sendas de la música popular moderna.

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UNA APROXIMACIÓN A LOS GÉNEROS MUSICALES DEL SIGLO XX

Brother Jack McDuf, Shirley Scott, Charles Earland, Larry Young o

Richard "Groove" Holmes; los guitarristas Wes Montgomery y Grant

Green; o los saxofonistas Stanley Turrentine, Willis "Gator" Jackson,

Eddie "Lockjaw" Davis, David "Fathead" Newman, Gene Ammons,

Houston Person, Jimmy Forrest, King Curtis, Red Holloway, Eddie

Harris y Hank Crawford.

En los primeros años de la década de 1970, sellos como CTI

Records, hicieron de este estilo, ya muy evolucionado, seña de identidad

propia, consiguiendo importantes ventas con algunos de sus artistas,

como George Benson, Grover Washington, Jr., Eumir Deodato o

Johnny Hammond, que abrieron el camino a fusiones más comerciales

que desembocaron en el smooth jazz.

Free jazz y post-bop (1960-1970)

El bop evolucionó muy rápidamente durante la década de los

cincuenta y algunos músicos (George Russell o Charles Mingus entre

ellos) desarrollaron, a partir de los conceptos de intuición y digresión que

había anunciado la música de Lennie Tristano, formulaciones similares a

las que ya se habían dado en la música clásica en los años veinte, con la

irrupción, por ejemplo, de la atonalidad en el jazz de los años sesenta.

Está generalmente aceptado por la crítica que, al margen de los

antecedentes ya citados, el free jazz toma carta de naturaleza en 1960,

con la publicación del disco homónimo de Ornette Coleman y su doble

cuarteto, que supone una revolución estilística en el jazz, pero «no

solamente eso, sino una puesta en crisis, una relectura y una superación

virtual de todo lo que había sido el jazz, cuestionando los fundamentos

socio-culturales tanto como su desarrollo histórico». Coleman había ya

editado anteriormente algunos discos que anticipaban esta explosión,

como Te Shape of Jazz to Come o Tis Is Our Music, ambos para

Atlantic Records.

El free jazz prescindió de elementos hasta entonces esenciales en

el jazz, como el swing, el fraseo o la entonación, abriéndose además a

infuencias de músicas del mundo y politizándose de forma muy

ostensible. En los primeros años sesenta se asistió a una, aparentemente,

irresistible ascensión del free jazz que, paralelamente, recibió una ingente

cantidad de rechazos resumibles en una sola frase: «Esto no es música».

Críticas que, por otra parte, provinieron no solo del público o de

periodistas especializados, sino de músicos de jazz, como Roy Eldridge o

Quincy Jones. A mediados de la década, prácticamente todos los músicos

jóvenes de jazz estaban infuidos por el free. Cecil Taylor, Eric Dolphy y

192

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