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APROXIMACIÓN A LOS GÉNEROS MUSICALES

Hasta finales del siglo XVIII la música estaba muy vinculada al estatus social. Existía una tradición dual. De un lado, la música escrita asociada a la aristocracia. Y otra, de tradición oral y ligada a una población básicamente rural, la música folclórica. Desde entonces hasta nuestros días, la música que hoy reconocemos como popular ha ido evolucionando en un extenso abanico de géneros y estilos que han ido más allá de su estructura armónica y melódica. Realmente, representan una parte importante de nuestra cultura. Géneros musicales que han evolucionado en función de la gran cantidad de avances tecnológicos, tanto en el ámbito de la perfección y fabricación de instrumentos como en todo lo relacionado con los medios técnicos de grabación. Tales avances favorecieron el consumo masivo de la música popular moderna provocando la eclosión de una industria exclusiva. Desde aquellos músicos que tocaban en los salones de baile, en plena eclosión de la Revolución Industrial, hasta nuestros días, la música popular moderna nos ha proporcionado innumerables matices estilísticos fruto de sus originales cimientos y de la correspondiente evolución en el tiempo. En la presente publicación os presentamos una extensa aproximación a todos esos géneros de forma cuidada y sistematizada. Así pues, os invitamos a transitar, entender e interpretar las numerosas sendas de la música popular moderna.

Hasta finales del siglo XVIII la música estaba muy vinculada al estatus social. Existía una tradición dual. De un lado, la música escrita asociada a la aristocracia. Y otra, de tradición oral y ligada a una población básicamente rural, la música folclórica.
Desde entonces hasta nuestros días, la música que hoy reconocemos como popular ha ido evolucionando en un extenso abanico de géneros y estilos que han ido más allá de su estructura armónica y melódica. Realmente, representan una parte importante de nuestra cultura.
Géneros musicales que han evolucionado en función de la gran cantidad de avances tecnológicos, tanto en el ámbito de la perfección y fabricación de instrumentos como en todo lo relacionado con los medios técnicos de grabación.
Tales avances favorecieron el consumo masivo de la música popular moderna provocando la eclosión de una industria exclusiva.
Desde aquellos músicos que tocaban en los salones de baile, en plena eclosión de la Revolución Industrial, hasta nuestros días, la música popular moderna nos ha proporcionado innumerables matices estilísticos fruto de sus originales cimientos y de la correspondiente evolución en el tiempo.
En la presente publicación os presentamos una extensa aproximación a todos esos géneros de forma cuidada y sistematizada.
Así pues, os invitamos a transitar, entender e interpretar las numerosas sendas de la música popular moderna.

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UNA APROXIMACIÓN A LOS GÉNEROS MUSICALES DEL SIGLO XX

Carolina, existía una industria discográfca. Hasta 1962, en las festas de

surferos se bailaban los discos que se podían encontrar: los

instrumentales de Sandy Nelson, como «Teen Beat» (1959) y de Te

Ventures, como «Walk Don't Run» (1960); el viejo shufe de Bill

Dogget, «Honky Tonk» (1956); un remake del «Guitar Boogie Shufe»

de Arthur Smith hecho por Te Virtues en 1959; «Stick Shift» (1961) de

Te Duals, en el que incluso sonaba un motor de coche andando; «Hide

Away» (1961) de Freddie King, virtuoso guitarrista de blues; y

«Memphis» (1963), una versión instrumental de Lonnie Mack de la

misma canción de Chuck Berry. El éxito constante de esta serie de temas

en las festas condujo a los músicos locales a dirigir sus discos a la escena

surf emergente.

Dick Dale and Te Del-Tones fueron uno de los primeros en

desarrollar un repertorio de canciones con letras que se referían

exclusivamente al argot y las actividades surferas, como «Let's Go

Trippin'» de 1961, editado por el sello Deltone, propiedad de Dale, que

fue un éxito menor en 1962. Llegó a gestarse una potente tendencia de

surf instrumental, con temas como « Wipe Out» (1963) de Te Surfaris

o «Pipeline» (1963) de Te Chantays, instrumentales semicomerciales

con connotaciones surf, grabados por pequeños sellos independientes

que llegaron a alcanzar los primeros puestos de las listas nacionales en

1963.

Los títulos de estos discos, pese a ser expresiones de argot

surfero, sonaban sufcientemente bien en la radio como para ser

califcados como discos de pop formales, por lo que el mundillo del surf

sirvió de plataforma para que cualquier intérprete pudiera hacerse un

nombre y alcanzar las listas nacionales. Pese a la lentitud de la industria

discográfca en valorar el potencial de una escena musical de base, varios

de los mayores sellos de la Costa Oeste, como Capitol, Liberty o

Imperial, respondieron fnalmente. Otra temática que se sumó, paralela a

la del surf, fue la de las carreras de bólidos, o música Hot Rod, hasta el

punto que un grupo de músicos formaron un equipo, con doble

identidad, que tan pronto grababa temas de surf bajo el nombre de los

Te Marketts como temas de bólidos como Te Routers.

Los principales componentes de la escena surf fueron: el dúo

Jan and Dean; varios productores independientes, como Lou Adler,

Steve Barri, Bruce Johnston, Terry Melcher y Gary Usher; el disc-jockey

Roger Christian; y los compositores de Te Beach Boys, Brian Wilson y

Mike Love, para los que el mundillo del surf era una genuina afción y,

probablemente, el único tema sobre el que componer con alguna

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