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Capítulo II: Respuesta educativa y escolar al fenómeno migratorio
aplicar algunas estrategias organizativas para favorecer la convivencia, el
entendimiento y el respeto. Por ejemplo, en relación con el alumnado de religión
islámica 11 , o el respeto ante determinadas festividades propias 12 , según
el Acuerdo de Cooperación entre el Estado español y la Comisión Islámica
de España.
Según un estudio del Centro de Investigación y Documentación Educativa
(CIDE), recogido por la revista Dominical 13 (2003, 46-54), haciendo referencia
al curso 2000-01, “casi tres millones de niños recibieron clase de
religión católica en España; cerca de 8.000, de Religión Evangélica; casi
4.000, de religión Islámica, y 540, de religión Judía. Poco más de 800.000
niños optaron por otras actividades alternativas como el estudio”.
Durante el mismo año académico, eran más de 3.200 niños los que
asistieron a clases de Religión Evangélica en Andalucía, siendo con un millón
de alumnos la comunidad del Estado español con más niños en edad escolar;
en Madrid 1.325 y 920, en Cataluña. En esta misma religión, tiene menos
alumnado la etapa infantil, aunque con cifras importantes también:
Castilla y León (595) y Canarias (521) alumnos respectivamente. Por otro
lado, Cataluña con más de 1.300, ha sido la comunidad donde mayor número
de alumnado siguió el Islam. Le sigue Andalucía con 1.223, y Madrid,
con 851.
Me pregunto cómo quedarán los datos, cuando progresivamente se
vaya instaurando la LOCE conforme al calendario establecido, y la asignatura
de Sociedad, Cultura y Religión sea tomada valorada desde los nuevos
parámetros, incluso para la promoción de curso.
La Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, a través de un
estudio realizado en 140 países, expresa que en más de la mitad de los países,
la enseñanza religiosa es obligatoria y que en 54 el promedio de tiempo
dedicado a la instrucción religiosa, en los seis primeros años de escolaridad
de un niño es de 8,1%, unas 390 horas del total de su tiempo de enseñanza.
Estas cifras son llamativas, ya que las directrices en los últimos años
aconsejen que baje el número de horas. Parece que lo normal en Europa y
España es que se propongan unas 105 horas por año, tanto en Primaria
como en Secundaria.
Por otro lado, algunos de los responsables educativos judíos, musulmanes,
evangélicos y católicos, no están de acuerdo con la obligatoriedad
de las clases de Religión, y mucho menos que haya que evaluarla y se integre
en el currículo.
En ocasiones, el respeto a los pactos firmados entre las religiones y el
Estado no se cumple, llegando incluso a los tribunales. Por ejemplo, si un
centro tiene más de 10 alumnos de una determinada religión, pueden solici-
11 Que prohíbe el consumo de carne de cerdo y de animales necrófagos.
12 Según el Art. 12 del Acuerdo de Cooperación entre el Estado y la Comisión Islámica
de España relativo a los descansos y festividades religiosas: “los alumnos musulmanes (…),
estarán dispensados de la asistencia a clase y de la celebración de exámenes en festividades
propias: año nuevo islámico, culminación del ayuno de Ramadán, nacimiento y ascensión del
Profeta”.
13 El artículo se titula “Dios, en clase”, en la revista de fin de semana Dominical de El
Periódico, del 20 – 21 de diciembre de 2003.
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