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Parte I: Fundamentación teórica y estado de la cuestión
En ella se habla de convergencia y no de estandarización o armonización.
No se habla de la creación de una nueva categoría de titulaciones europeas,
sino de la creación de un marco de referencia común para las titulaciones
ya existían. Supone, en definitiva, un esfuerzo conjunto para reformar los
propios sistemas de educación superior de manera que se facilite la convergencia
a nivel europeo.
El Comunicado de Praga (2001) es la continuidad de Bolonia, ante el
compromiso de reunirse dos años más tarde para evaluar el progreso obtenido
en la consecución de los objetivos y decidir los nuevos pasos a dar. En
Praga los ministros reafirmaron su compromiso por establecer el Área Europea
de Educación Superior para 2010.
En este sentido, la Ley Orgánica de Universidades (LOU), aprobada por
el Parlamento español en diciembre de 2001, establece la necesidad de
adoptar medidas orientadas a la plena integración del sistema universitario
español en el Espacio Europeo de Enseñanza Superior. Entre estas medidas
se incluye el establecimiento de un sistema común de créditos, con objeto
de fomentar y alcanzar la compatibilidad de los estudios y de promover con
ello la movilidad de estudiantes y titulados en el ámbito de todos los países
de la Unión Europea.
La adopción por parte de todos los países miembros de la Unión Europea
del sistema de créditos europeos permitirá dar respuesta a la necesidad
de encontrar y establecer un sistema de equivalencias y de reconocimiento
a los estudios cursados en otros países.
La generalización de esta nueva unidad de medida académica es considerada
fundamental para la creación y establecimiento del Espacio Europeo
de Enseñanza Superior, ya que posibilitará que el trabajo desarrollado
por un estudiante en cualquier universidad sea fácilmente reconocible y reconocido,
académica y profesionalmente, en todos los países de la Unión
Europea, factor que fomentará la movilidad estudiantil y de titulados.
Los cambios en las instituciones universitarias hacia la convergencia
europea, pueden caracterizarse:
- Por una trasformación referida al cambio de cultura institucional: Requiere
cambios importantes en la cultura institucional. Supone cambios
en las asunciones, creencias, valores, ideologías y significados
que la gente hace sobre la organización.
- Un cambio profundo y extenso: No se trata de cambios puntuales ni
específicos, sino de cambios globales. Tiene una intensidad profunda
que afecta alas estructuras y políticas institucionales.
- Un cambio intencionado: No se trata de cambios que suceden porque
sí, sino que son provocados, intencionados. Puede hablarse de cambio
planificado, con objetivos y propósitos bien marcados. Requiere
intencionalidad, y por tanto toma de decisiones institucionales. Tiene
una orientación predeterminada.
- Un cambio que sucede con el tiempo: No se trata de un cambio revolucionario
que sucede rápidamente. Los cambios transformacionales
necesitan tiempo. Las instituciones educativas no están preparadas
por su dinámica, para efectuar cambios rápidos y acelerados. Por la
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