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Capítulo II: Respuesta educativa y escolar al fenómeno migratorio
gos orales primero, y los escritos después, garanticen la integración en
equidad curricular en la escuela y en igualdad de derechos en la sociedad.
El modelo de educación bilingüe y bicultural con sus casos concretos de inmersión
lingüística, favorece la adaptación escolar y social.
Al referirme al alumnado, también pienso en la familia, agente educador
básico y elemento determinante de la personalidad del sujeto educativo.
Más aún que la institución educativa, por mucha calidad que muestre. La
importancia de la familia es primordial en la formación del autoconcepto y la
autoestima.
La escuela y la familia han de permanecer atentas en situaciones biculturales,
cuando se perciba que la distancia entre la cultura familiar y la cultura
escolar y social sea grande, pues puede generar problemas de identidad
del niño y del joven.
Asimismo, en la escuela se han de dar las condiciones necesarias para
que el niño y la niña de origen extranjero puedan crecer en su identidad
personal, sin estigmatizaciones, segregaciones o fracasos, antes de haber
adquirido las competencias fundamentales que les permitan autonomía en
la sociedad que les acoge.
La sociedad, y en concreto la escuela, etiquetan frecuentemente a los
hijos de inmigrantes con todos los estereotipos construidos sobre su cultura:
“salvajes”, “con retraso cultural”, “con déficit curricular”, “extranjeros”,
“inmigrantes”, “con necesidades educativas especiales”, etc. Lo cual dificulta
la adaptación e integración. Resulta evidente que la escuela no siempre
resuelva estas situaciones. Es la Administración educativa en general y el
profesorado mejor formado en particular, quienes han de decidir y actuar de
forma adecuada.
Imagen 7: La colaboración entre la escuela y la familia, vital para la integración y formación
del alumnado específico
Las familias inmigrantes están socialmente estigmatizadas
por un legado étnico-cultural que a veces es interpretado
por la sociedad de acogida de forma negativa, de
manera especial en los niños, dada su vulnerabilidad. En
este sentido, es necesario resaltar el principio de igualdad
de oportunidades y de compensación educativa, que la
Constitución Española da derecho y que la LOCE 23 también
plantea:
“El Estado podrá impulsar, mediante convenios con las Comunidades
Autónomas, actuaciones preferentes orientadas al logro efectivo de sus metas y objetivos
en materia de igualdad de oportunidades y de compensación en educación.” (Art.
40,2)
Cuando en el proceso de integración, aparecen la pobreza y la exclusión
social como factores negativos, tal proceso se puede debilitar si no encuentra
el apoyo de la sociedad o del alumnado mayoritario. En especial, el
proceso de integración del alumnado inmigrante no puede hacerse sólo
desde la escuela y la familia, sino que debiera apoyarse desde instituciones
23 Título I, Capítulo VII, Sección I, Artículos 40 y 41.
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