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Parte I: Fundamentación teórica y estado de la cuestión
Ante la creciente diversidad del alumnado y las reformas recientes del
sistema educativo a través de la LOCE, se necesita desarrollar estrategias
creativas y adaptadas, que por un lado formen a los educadores y por otro,
dispongan a la población escolar a la consecución de los objetivos culturales
y de integración para la convivencia, propios de su edad y circunstancia. Pareciera
que el sistema escolar español arrastra la inercia de repetir y reproducir
lo existente, sin una iniciativa anticipada de la Administración educativa,
que aporte al sistema y en concreto al profesorado y alumnado, las soluciones
necesarias ante las nuevas problemáticas. Son, por el contrario, las
iniciativas particulares, las que van sumando elementos y produciendo experiencias
loables de desarrollo ante los intereses de la diversidad escolar.
A esta situación y encrucijada se refieren, Cuevas López, Díaz Rosas y
Fuentes Viñas, (2000, 115) cuando expresan que
"...algunos profesores se encuentran en una encrucijada, que hace de su trabajo una
labor poco gratificante, ya que por una parte se sienten más cerca de la propuesta oficial
por coincidir con la cultura que tienen interiorizada y por otra, consideran que deben
atender a las peculiaridades de sus alumnos..."
5.1 Descenso del alumnado autóctono y aumento del extranjero.
Es conocido el descenso de la natalidad ocurrido en España en los últimos
años. Entre las consecuencias, la disminución de la población escolar
en las aulas, se aprecia en las estadísticas referidas a los alumnos matriculados
en los niveles no universitarios, entre los cursos 1991-92 y 2002-03.
Así, se pasó de 8.201.500 alumnos a 6.547.000, produciéndose una disminución
en once años de 1.654.500 alumnos menos, equivalente al 20,2%
del alumnado existente en 1991. Esta tendencia parece que será una constante
a corto y medio plazo en los próximos años, al continuar la tasa de
natalidad española entre las más bajas del mundo.
Por contra, en el mismo período de tiempo, el alumnado de origen extranjero
matriculado en el sistema educativo español, ha experimentado
una tendencia al alza, pasando en el mismo tiempo de 36.661 a 303.827,
progreso que lleva un aumento del 678%.
Los datos que podemos observar en la tabla 2, indican con claridad, el
crecimiento notable producido a partir del curso 1997-98 y, especialmente,
del 1999-00, donde se duplicó la cifra total durante los siete cursos incluidos
entre 1991 y 1997, volviéndose a duplicar a los tres años y a duplicar
nuevamente en apenas dos: entre los cursos 1999-00 y 2001-02. Se puede
decir que en los tres últimos años, en números redondos el alumnado extranjero
ha aumentado en 100.000 escolares. En porcentajes, el alumnado
extranjero con 36.661 alumnos en el curso 1991-92 tenía un 0,4%, pasando
en el 2002-03 a 303.827, con un 4,43% sobre el total de matriculados
en el sistema educativo. Aún así, el porcentaje es moderado, si lo comparamos
con países de la UE, que después de varios años del convivencia con
el fenómeno migratorio, ya han llegado al 8 ó 10%, aunque en determinadas
zonas de nuestro país, la concentración es mayor, alcanzando porcentajes
más altos, como veremos más adelante.
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