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texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

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contre les femmes et les les jeunes filles que j’avais occasion de voir […]” 11 .<br />

Sin embargo, ese rechazo frontal <strong>en</strong> algunas ocasiones no ha sido el resultado de<br />

esas lecturas, sino la causa de un elem<strong>en</strong>to exóg<strong>en</strong>o que ha actuado <strong>en</strong> la infancia<br />

produci<strong>en</strong>do un efecto Pigmalión. Uno de los casos más terribles es el de la nodriza que<br />

imbuye ideas proféticas sobre la suerte especial de su protegida, nacida para un destino<br />

superior al del común de los mortales. Así, Julie está segura de <strong>en</strong>contrar un día a su<br />

<strong>en</strong>amorado salamandra por unas palabras visionarias de su institutriz:<br />

Elle ne cessoit de donner des louanges à ma beauté ; et voyant que j’étois bi<strong>en</strong><br />

persuadée de ce que je valois, elle m’applaudissoit, et me faisoit <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dre qu’il n’y<br />

avoit ri<strong>en</strong> dans le monde qui fût digne de moi. [...] Ne vous afligez pas <strong>en</strong>core,<br />

continua ma gouvernante ; cont<strong>en</strong>tez-vous de savoir pour le prés<strong>en</strong>t que c’est un<br />

esprit tout de flamme, autrem<strong>en</strong>t dit un Salamandre. 12<br />

Ante esta perspectiva de cerebros congestionados por <strong>las</strong> más peregrinas ideas<br />

sobre los elem<strong>en</strong>tales, de rechazo y escrúpulo de la realidad mundana y de <strong>las</strong> relaciones<br />

<strong>en</strong>tre géneros, los g<strong>en</strong>ios se deslizan <strong>en</strong> estas obras como factores de intrusismo <strong>en</strong> una<br />

realidad ya organizada que no les pert<strong>en</strong>ece y que arrebatan con vistas a un futuro o a un<br />

pres<strong>en</strong>te ll<strong>en</strong>o de grandes esperanzas, pompa y boato pero, <strong>en</strong> la mayoría de los casos<br />

escaso o ningún conv<strong>en</strong>cimi<strong>en</strong>to. Y es que el fin de todos estos <strong>texto</strong>s es, sin duda,<br />

moral; <strong>en</strong> ellos transluce un apólogo tan invisible como los propios silfos, pero tan<br />

contund<strong>en</strong>te como sus promesas de inmortalidad.<br />

Ésta era ni más ni m<strong>en</strong>os la finalidad perseguida por el propio Montfaucon de<br />

Villars, como explica <strong>en</strong> los Entreti<strong>en</strong>s, que si contribuye con su obra al florecimi<strong>en</strong>to<br />

del motivo de los seres elem<strong>en</strong>tales <strong>en</strong> la literatura posterior, no es m<strong>en</strong>os su<br />

contribución moral. Cada una de <strong>las</strong> obras propuestas ti<strong>en</strong>e su moraleja final, alguna la<br />

lleva insertada incluso <strong>en</strong> el título y habrá que esperar al siglo XIX para ver actuar<br />

librem<strong>en</strong>te a estos seres sin que los persiga un apólogo <strong>en</strong>cubierto.<br />

Pero ¿qué tipo de apólogo?, ¿contra qué o quién? En primer lugar, sin duda,<br />

contra <strong>las</strong> propias teorías ocultistas que empañaban el recién estr<strong>en</strong>ado panorama de <strong>las</strong><br />

“Luces”. En última instancia y relacionado con esta idea, contra esa falsa sabiduría que<br />

hace perder la cabeza y desvía de los verdaderos propósitos o del sitio que cada cual<br />

debe ocupar, y esto leído especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> clave fem<strong>en</strong>ina. La razón principal es que<br />

una idea equivocada, un traspié sobre la propia id<strong>en</strong>tidad lleva a estas mujeres a buscar<br />

más allá de los límites de lo razonable lo que nunca <strong>en</strong>contrarán dejando pasar <strong>las</strong><br />

11 WIELAND, C. M., La salamandre et la statue, p. 219.<br />

12 L’Amant salamandre, p. 334.<br />

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