06.04.2013 Views

texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

un señor persa que se <strong>en</strong>capricha de ella. El sofá que la sigue <strong>en</strong> su «destitución»,<br />

vuelve a cambiar a un lugar mejor, un magnífico palacio «donde brillaba todo el fasto<br />

de <strong>las</strong> Indias». [p. 75]<br />

Pero el sofá deja esta casa <strong>en</strong> busca de nuevos placeres, vagando durante mucho<br />

tiempo porque no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra un lugar plac<strong>en</strong>tero donde acomodarse. Por fin <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />

<strong>en</strong> un arrabal donde abundan <strong>las</strong> casas muy decoradas –petites maisons–, una<br />

pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>te a un jov<strong>en</strong> señor que de vez <strong>en</strong> cuando acude allí de incógnito. En este<br />

episodio asistimos a la visita de Zéphis, mujer virtuosa, y de Zulica, la coqueta.<br />

Mazulhim, el dueño de la casa, es el seductor. En el primer caso, ti<strong>en</strong>e que librar la<br />

batalla contra la virtud. Contaba con el cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de Zéphis, –había acudido<br />

librem<strong>en</strong>te a su petite maison– pero ella se le resiste, a pesar de que le ama, ti<strong>en</strong>e miedo<br />

a caer y necesita tomar aire fresco, salir del gabinete, ese espacio peligroso al que<br />

vuelv<strong>en</strong> después de un paseo por el jardín; ella, con aire indol<strong>en</strong>te, se si<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> el sofá y<br />

él se pone a sus pies, s<strong>en</strong>tado sobre cojines. [p. 123]<br />

La vanidad de Mazulhim se resi<strong>en</strong>te al no lograr seducir a Zéphis, así que la<br />

<strong>en</strong>gaña constantem<strong>en</strong>te y finalm<strong>en</strong>te la deja. Al cabo de unos días, aparece <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a<br />

Zulica que <strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el cabinet, por el que <strong>en</strong>seguida si<strong>en</strong>te admiración. [pp. 128-129]<br />

La decoración del cabinet sirve de pre<strong>texto</strong> para la adulación <strong>en</strong>tre ambos, para<br />

demostrarse su bu<strong>en</strong> gusto, para t<strong>en</strong>er un tema de conversación, para distraer la mirada.<br />

Cuando Mazulhim le pregunta qué le parece el techo del cabinet y ella contesta que, a<br />

pesar de estar muy recargado de dorado, lo <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra muy bello, <strong>en</strong> realidad ambos<br />

están buscando la ocasión del acercami<strong>en</strong>to de los cuerpos. Ella se si<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> sus rodil<strong>las</strong>,<br />

pero él, <strong>en</strong>seguida quiere aprovechar la iniciativa de Zulica y la si<strong>en</strong>ta sobre el sofá.<br />

Zulica, mujer con experi<strong>en</strong>cia, quiere sin embargo estar segura del amor del jov<strong>en</strong>,<br />

mostrándose contrariada con <strong>las</strong> prisas de Mazulhim. Zulica se marcha y el sofá la sigue<br />

para instalarse <strong>en</strong> su palacio. [pp. 136-149]<br />

Tras un int<strong>en</strong>to de reconciliación, la pareja acaba por separarse para no verse<br />

nunca más. El sofá asiste a más de una av<strong>en</strong>tura <strong>en</strong> casa de Mazhulhim, pero<br />

conv<strong>en</strong>cido de que no es allí donde va a <strong>en</strong>contrar su liberación, decide marcharse y<br />

buscar una casa <strong>en</strong> la que pueda ser más feliz que <strong>en</strong> ninguna otra. Entra <strong>en</strong> un vasto<br />

palacio pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>te a uno de los grandes señores de Agra. Durante un tiempo, estuvo<br />

vagando por él hasta que fijó su morada <strong>en</strong> un gabinete decorado con muy bu<strong>en</strong> gusto y<br />

magnific<strong>en</strong>cia. En este gabinete, «todo respiraba voluptuosidad»: adornos, muebles, el<br />

perfume que exhalaba; y debía de ofrecer mucha comodidad porque parecía el «templo<br />

162

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!