06.04.2013 Views

texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

la l<strong>en</strong>gua hasta los <strong>en</strong>tresijos temáticos y formales de nuestra pintura, casi todo el<br />

panorama de este país está cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> el marco de estas páginas. Faltan cosas, por<br />

supuesto, pero lo que está, es. Michel del Castillo, situado <strong>en</strong> la otra orilla, no la del<br />

exiliado, pero sí la del derrotado <strong>en</strong> la guerra civil y durante algunas de sus secue<strong>las</strong>, nos<br />

ofrece una mirada sobre España distinta y nueva, por <strong>en</strong>cima de los valores<br />

comúnm<strong>en</strong>te establecidos, una visión con ojos de ave que no pierde de vista ni a Francia<br />

ni a España: “Mes profondeurs baign<strong>en</strong>t dans l’hispanité, tantôt niée, tantôt exaltée. Je<br />

ne me s<strong>en</strong>s plus l’âge de lui échapper” 3 .<br />

Empezar por la A no obedece sólo a la regla inflexible del ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to<br />

alfabético. Repres<strong>en</strong>ta, además, la necesidad de estampar <strong>en</strong> la m<strong>en</strong>te del lector<br />

francés 4 , principal pero ni mucho m<strong>en</strong>os único destinatario, la idea de que, sin la<br />

pres<strong>en</strong>cia y es<strong>en</strong>cia de la cultura árabe –la que acarrea la etimología de tantos oficios,<br />

disciplinas, expresiones populares-, España sería un país bi<strong>en</strong> distinto: “l’islam andalou<br />

ne fut pas une par<strong>en</strong>thèse (…), il fut une perman<strong>en</strong>ce qui a marqué le paysage, dessiné<br />

les villes, laissé, dans les m<strong>en</strong>talités, dans les esprits, dans l’appar<strong>en</strong>ce physique, une<br />

empreinte indélébile” 5 . De esa constatación objetiva, histórica, insoslayable se<br />

despr<strong>en</strong>de de inmediato el gran debate, aún hoy inconcluso, que inauguraron dos de<br />

nuestros grandes historiadores: Sánchez Albornoz y Américo Castro 6 , la guerra política<br />

3 Michel del Castillo (1977), La tunique d’infamie, Paris, Fayard, p.24<br />

4 Michel del Castillo, Le Dictionnaire..., op.cit. p. 227-228. Como un ejemplo del tópico inoxidable, el<br />

novelista cu<strong>en</strong>ta su sorpresa al ver, tras instalarse definitivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Francia <strong>en</strong> el otoño de 1953, cómo,<br />

además, de sus amigos, Jean-Paul Sartre le da toda una comida-confer<strong>en</strong>cia sobre España y el franquismo,<br />

sin hablar español y sin haber estado nunca <strong>en</strong> España.<br />

5 Michel del Castillo, op. cit., p. 15-16<br />

6 Las suger<strong>en</strong>tes reflexiones de Ortega y Gasset sobre España (su ya clásica pregunta, “Dios mío, ¿qué es<br />

España?”, aparece <strong>en</strong> 1914, Meditaciones del Quijote. Obras Completas, tomo 1, ed. Alianza Editorial,<br />

Madrid, 1983, pág. 360) motivan a la historiografía española a indagar sobre “el ser de España”, sobre su<br />

realidad histórica. Excepcionales ejemplos son los historiadores, Américo Castro y Claudio Sánchez<br />

Albornoz. Entre ambos, y con telón de fondo la situación española de la guerra civil y el exilio, surge una<br />

<strong>en</strong>riquecedora y viva polémica acerca de qué es España y qué lo español. Américo Castro arranca de la<br />

complejidad del hecho histórico, elevando lo vital, lo exist<strong>en</strong>cial, a presupuesto básico de su p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

de clara raíz romántica. Para Castro hay una “morada vital” hispano-ibera, hispano-romana o hispanovisigoda<br />

que no es la propia de los españoles (ser español y habitante de la P<strong>en</strong>ínsula Ibérica son dos<br />

cosas distintas). El ser español se forma a partir de S. VIII <strong>en</strong> la tolerante y fructífera conviv<strong>en</strong>cia de tres<br />

culturas: la cristiana, la judía y la árabe. Esta concepción fue es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te expuesta por A. Castro <strong>en</strong> su<br />

obra, La realidad histórica de España, México, ed. Porrúa, 1954, <strong>en</strong> especial págs. 144-174 (cito por la<br />

última y r<strong>en</strong>ovada 4ª edición de 1971). Con tal obra Claudio Sánchez Albornoz polemizó con<br />

extraordinario brío intelectual, <strong>en</strong> su obra, <strong>en</strong> dos tomos, España, un <strong>en</strong>igma histórico, Bu<strong>en</strong>os Aires,<br />

1956 (cito por la octava edición <strong>en</strong> EDHASA, Barcelona, 1981). Sosti<strong>en</strong>e Sánchez Albornoz con ejemplar<br />

profundidad y sistemática (“la audacia de Castro suscitó la mía” pág. 12) que lo histórico es complejo y<br />

evolutivo y hay una “contextura vital” (pág. 61) que exige buscar al ser español más atrás de los siglos<br />

medievales, <strong>en</strong>raizando lo español <strong>en</strong> lo romano (págs. 114 y ss.), <strong>en</strong> lo visigodo (págs. 130 y ss.) y <strong>en</strong> la<br />

relativa influ<strong>en</strong>cia árabe (págs. 189 y ss). La polémica, materialm<strong>en</strong>te, se cerró con la muerte de A.<br />

Castro, el 25-7-1972. Sobre sus contornos fundam<strong>en</strong>tales y su influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el desarrollo historiográfico<br />

549

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!