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texto y sociedad en las letras francesas y francófonas

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aislados <strong>en</strong> un panorama serif 9 .<br />

En cuanto a los cuerpos, es el de 12 puntos el que domina pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te.<br />

Encontramos también algunas <strong>letras</strong> de 10 puntos, segundo cuerpo <strong>en</strong> importancia y<br />

luego algunos tamaños excepcionales aislados, como la Morland 24 de La fin du monde,<br />

la Garamond 16 de Cinéma cal<strong>en</strong>drier du coeur abstrait o la Elzévir 14 del Passager du<br />

transatlantique.<br />

En cuanto a la elección de los tipos, casi no es preciso señalar que la legibilidad<br />

de los caracteres con remate los hace ideales para el uso literario. La elección de <strong>las</strong><br />

garaldas puede explicarse por la dinámica de varios siglos de uso continuado. Estas<br />

<strong>letras</strong> se caracterizan por su equilibrio: <strong>en</strong>tre altura y anchura, con un contraste<br />

(difer<strong>en</strong>cia de grosor <strong>en</strong>tre líneas de una misma letra) armónico, con una modulación<br />

(inclinación del eje de ciertas <strong>letras</strong> como la o) ligera. Es sabido que estas <strong>letras</strong><br />

nacieron de la imitación de la escritura a pluma de la época del c<strong>las</strong>icismo humanista y,<br />

como rasgo fundam<strong>en</strong>tal, habría que destacar la facilidad de su lectura. La elegancia de<br />

<strong>las</strong> didonas, por ejemplo, no se acompaña de esta facilidad, <strong>en</strong> tanto que el contraste<br />

extremo de sus trazos hace que se dificulte la lectura.<br />

El gran desarrollo de la tipografía es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o que empieza <strong>en</strong> los últimos<br />

años del siglo XIX unido al desarrollo tecnológico. En los años diez puede decirse que<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a fase expansiva 10 tras veinte años ricos <strong>en</strong> innovaciones. Para dar<br />

una idea de la ext<strong>en</strong>sión de <strong>las</strong> creaciones tipográficas a inicios del siglo XX,<br />

podríamos, como ejemplo, citar el caso del tipo K<strong>en</strong>nerly de Frederic Goudy: creación<br />

de 1911 para un uso restringido, su lanzami<strong>en</strong>to comercial a través de la Monotype<br />

Corporation sólo se produce <strong>en</strong> 1920. Por otra parte, los años diez fueron cruciales <strong>en</strong> la<br />

revisión y mejora de los tipos tradicionales: por ejemplo, el carácter r<strong>en</strong>ac<strong>en</strong>tista<br />

Garamond es readaptado <strong>en</strong> 1912 por la fundición Deberny y Peignot de París y poco<br />

después casi todas <strong>las</strong> fundiciones de importantes hicieron sus propias versiones 11 .<br />

Podemos observar que, <strong>en</strong> cualquier caso, por lo que se refiere a la elección de los<br />

tipos, los autores de la vanguardia francesa optan por la moderación. Incluso podemos<br />

hablar de un evid<strong>en</strong>te c<strong>las</strong>icismo. El hecho de descartar los caracteres de palo seco me<br />

parece una muestra clara de esta cont<strong>en</strong>ción.<br />

9 La misma tónica se da <strong>en</strong>tre los libros catalogados por Peyré (2001) <strong>en</strong>tre 1916 y 1926: de quince<br />

títulos, diez utilizan garaldas, tres didonas , uno transición y uno letra de palo seco.<br />

10 La linotipia estaba bastante ext<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> París <strong>en</strong> los años de nuestro estudio. R<strong>en</strong>é Tancrède, por<br />

ejemplo, que imprimió numerosos volúm<strong>en</strong>es de Au Sans Pareil, poseía una máquina. A pesar de ello,<br />

Hilsum hizo componer también a mano (cfr. Fouché 1989: 16).<br />

11 Cfr. Blackwell (1993: 56-60).<br />

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